DE PRIMERA MANOPrincipales

Fiebre en la 4-T: Los jefes no saben lo que hacen sus subalternos

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Y EJEMPLOS hay varios… A nivel federal, Adán Augusto López “no sabía” que el secretario de seguridad pública durante su mandato como gobernador de Tabasco, –Hernán Bermúdez– era jefe del grupo delincuencial “La Barredora”, apéndice del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Rafael Ojeda Durán, secretario de la Marina Armada de México en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, alertó a la Fiscalía General de la República de la existencia de “problemas” dentro de su dependencia “pero no hizo referencia a sus sobrinos, Farías Laguna”, acusados ahora de haber sido los operadores del “huachicol fiscal”.

Y como dice el dicho “también se cuecen habas” en Sonora: Un funcionario menor dentro del Consejo para la Concertación de la Obra Pública (CECOP), Alán Araujo Ahumada, subdirector de contabilidad y control presupuestal, se dio el lujo de desviar a su favor 106 millones de pesos, seguramente, sin que se enteraran sus jefes, en especial el coordinador del organismo, David Mendoza, el cual ya fue removido de su cargo, pero no señalado en el ilícito.

¿Será posible que un gobernador, un secretario encargado de una de las dos organizaciones más poderosas del ejército mexicano y el jefe de un funcionario menor, desconozca las actividades de sus subalternos, sobre todo si estos últimos son sus familiares?

Al difundir esta información el oficialismo, pondera la actuación que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum está llevando a cabo contra la corrupción, -a diferencia de su antecesor en cuyo sexenio se originaron varios desfalcos-, pero se puede advertir sin ingenuidad alguna, la protección política que se está ejerciendo por altos mandos.

Una primera conclusión es fácil de digerir: Implicar públicamente a Adán Augusto o al general Ojeda de los escándalos mayúsculos en que se han envuelto, no solo le pega durísimo a la imagen de la “cuarta transformación”, sino que el golpe le llegaría también a un señor que vive en Palenque y al que habrá qué cuidar por encima de cualquier otro interés.

 

IMPOSIBLE que la realidad alrededor de los marinos involucrados en el “huachicol fiscal”, supere a cualquier serie policiaca de Netflix… Sobre todo por la serie de muertes que se han  presentado de manera sucesiva y que han sido narradas con especial certeza, entre otros, por Héctor de Mauleón, quizá el periodista mexicano más enterado en temas de seguridad pública en el país… Muy difícil también, que haya total credibilidad en las versiones oficiales, como la que se ha manejado en el caso del capitán de navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, de Tamaulipas, “quien se suicidó” según el gobierno y, además, “estaba fuera de toda acción ilícita” según lo precisó el fiscal Alejandro Gertz Manero… Y ayer, la muerte “accidental” del capitán Adrián Omar del Ángel Zúñiga en Puerto Peñasco, como consecuencia de accionar su propia arma durante una práctica de tiro real…Y éste último, curiosamente, estuvo al frente de la aduana de Manzanillo, en Colima, lugar donde en noviembre pasado se asesinó a Rubén Guerrero, el vicealmirante que se atrevió a redactar una carta y hacerla llegar al secretario Rafael Ojeda, en la que acusaba a los hermanos Farías Laguna (sobrinos del propio Ojeda) de encabezar una red de “huachicol” en el país… Quizá habría que añadir a lo anterior, la trascendencia de que existe una orden desde palacio nacional para llegar a las últimas consecuencias en este caso, con una sola excepción: No involucrar al general secretario.

 

IMÁGENES hicieron trascender el túnel que la Secretaría de la Defensa Nacional construye para sacar las vías del casco urbano en Nogales, totalmente inundadas luego de las intensas lluvias que han azotado ese lugar… Claro, la obra no está terminada y se puede reparar… El problema mayor está quizá, en que el nombre de esa obra no aparece como prioritaria en el proyecto de egresos del gobierno federal para el año 2026…