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Genocidio poblacional

El objetivo de la ideología de género es una reingeniería social mediante la destrucción de la familia; el proyecto para el control poblacional es drástico y es totalitario, desde legalización del aborto, anticonceptivos, drogas, ecologismo antihumano

Por Dr. Jorge Ballesteros

Con la caída del Muro de Berlín, lo único que cayó fue la Unión Soviética; pero el marxismo, como materialismo histórico ateo que es, sigue gozando de muy buena salud.

Si bien el marxismo como régimen de gobierno totalitario y como modelo económico se hizo pedazos en la vieja URSS, nadie puede negar que vestido de arcoíris, renace en una contracultura conocida como ideología de género, convirtiéndose en una epidemia pestilente, que ha infectado a gran parte del mundo.

Su objetivo es lograr una reingeniería social mediante la deconstrucción marxista de la cultura y la destrucción de la familia.

Se sirve del poder coercitivo de los gobiernos para imponer una ética subversiva contraria al interés de los ciudadanos.

Es patrocinada por el poder político de los organismos internacionales y por los intereses financieros de la élite antinatalista ambientalista global.

Dos, son sus objetivos principales:

  1. La reducción drástica de la población.
  2. La reducción de los niveles de consumo a niveles preindustriales.

Se hace evidente por qué todos los grandes temas promovidos por los Rockefeller a partir de 1960 conducen de una u otra forma a lograr ese resultado. A saber:

  1. a) La legalización del aborto y de los anticonceptivos.
  2. b) La promoción y difusión de la ideología de género.
  3. c) La financiación de los grupos ecologistas-humanófobos.

La ideología de género o neomarxismo está promovida por las élites del poder. La ONU y la Unión Europea, así como las grandes fundaciones, como la Rokefeller, la Guggenheim, Goldman Sachs, Rothschild, Barclay Capital, JPMorgan Chase,  McKinsey, Merrill Lych, Bank of America, Jay Coleman del Deutsche Bank, millonarios como Bill y Melinda Gates, George Soros, Ted Turner y Warren Buffet o las organizaciones no gubernamentales de gran tamaño como la Federación Internacional de Planificación de la Familia (Planned Perenthood Federatión) y la Unión Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA), han desatado desde 2009 un ataque violento en contra de la vida, el matrimonio y la familia.

Tienen un interés común: reducir el crecimiento de la población en este planeta a través de los anticonceptivos, abortos, divorcios, drogas, ecologismo antihumano,  promoción de la ideología de género, disolución del matrimonio tradicional y destrucción de la familia: todo esto sirve para el propósito de crear un Nuevo Orden Mundial”.

La ideología o pensamiento que mueve a esta élite antinatalista ambientalista global se sintetiza en una declaración del Club de Roma manejado por los Rockefeller: «Si la lucha contra un nuevo enemigo nos une, hemos concebido la idea de que la contaminación, el calentamiento global, la escasez de agua y el hambre, son el enemigo perfecto. Y todos esos peligros son causados por la intervención humana. Por tanto, el verdadero enemigo es la propia humanidad”.

Este “Ecologismo antihumanista” pretende trasmitir el mensaje de que para salvar a este planeta, el peligro es el hombre, que es el gran depredador. Las políticas de población que desarrolla la ONU a través del fondo para población, de la OMS y de la UNESCO, está desde hace muchos años promoviendo el control de la población en el 3er mundo y hoy día desde esas agendas de las Naciones Unidas se utiliza a la ideología de género como medio o instrumento para el control de la población.

Hay ataques a la maternidad, al matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer de parte de estos organismos, además de la propagación de la homosexualidad y del aborto para reducir el nacimiento de nuevos niños.

De un documento del fondo para la población es la siguiente frase: “Para hacer efectivo a largo plazo los programas de planificación familiar, deben de buscar no solo reducir la fertilidad dentro de los roles de género existentes sino más bien cambiar los roles de género a fin de reducir la fertilidad”.

El proyecto para el control poblacional a través de la ideología de género, es drástico, y es totalitario, estructurado en cuatro niveles:

  1. Los bebés no deben ser concebidos (promoción de la homosexualidad, la esterilización, la anticoncepción).
  2. Aborto: los bebés concebidos deben ser matados antes de nacer.
  3. Depravación infantil: los niños que logren nacer deben ser corrompidos.
  4. Perversión adulta: los mayores de edad deben ser privados de todo valor moral, de forma que su razón pueda ser confundida y su voluntad debilitada, promoviendo el hedonismo y la cultura de la muerte a través de los medios de comunicación y de cualquier expresión anticultural posible. Así se puede lograr más fácilmente el control de la población, y el ciclo vuelve a empezar con crecientes posibilidades de éxito.

El proyecto está detalladamente descrito en la obra monumental de Michael Jones Libido Dominandi: Sexual Liberation and Political Control. Jones desentraña la historia y las estrategias de las redes internacionales para reducir el sexo a placer, y para abrir la puerta a un sinfín de relaciones antinaturales, todo por motivos de control político global.