DE PRIMERA MANOPrincipales

ISSSTE: Abandono criminal del gobierno a sus burócratas 

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EN LA DÉCADA de los años setenta y aún en los ochenta, se habló de “números negros” en instituciones de salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado.

Ambos organismos competían en cuanto a la eficiencia. Los obreros pertenecientes a empresas de la iniciativa privada, envidiaban en algunos aspectos el excelente servicio que brindaba a los burócratas federales, el ISSSTE.

Al paso de los años y de los sexenios, la insensibilidad gubernamental incluyó el abandono al sector Salud.

En nuestros días, el IMSS se ha defendido como ha podido, sin llegar a los niveles óptimos de hace tres o cuatro décadas.

Pero el colapso total, está en los hospitales del ISSSTE. La “cuarta transformación” sólo ha refrendado el abandono al Sector Salud y entre su andanada ha abandonado a su suerte los servicios médicos y cuadro de medicamentos de sus burócratas.

En Hermosillo, el deteriorado estado del hospital “Fernando Ocaranza”, del ISSSTE, se ha visto incrementado al paso de las décadas en este siglo XXI:

Edificio colapsado con instalaciones eléctricas e hidráulicas de hace más de cincuenta años; aire acondicionado tan deficiente, que a los pacientes se les solicita que lleven su ventilador personal; insuficiente equipo sanitizante y el instrumental médico ha caducado o de plano, brilla por su ausencia.

Aspirar a ser consultado por un especialista o, más aún, lograr la programación de una intervención quirúrgica, supera los deseos de un sueño o una quimera.

Por todo eso y más, es que los derechohabientes tienen toda la razón al manifestar sus frustraciones e impotencia ante las autoridades locales, tal y como lo mostraron ayer frente a palacio de gobierno.

Desde el gobierno federal, instancia a la que corresponde solucionar el problema, el ofrecimiento es de oídos sordos. Pero quienes sufren son sonorenses y no les queda más remedio que voltear hacia el Gobernador del Estado para que por su conducto “algo” se pueda hacer.

Es una situación muy desesperante. Está de por medio, la salud y la vida de esa derechohabiencia.

Es terrible luchar contra funcionarios que no tienen ese problema. Cuando se enferman hacen valer su seguro de gastos médicos mayores, o son atendidos preponderantemente en los mejores hospitales del gobierno, entre ellos, los militares.

EL DÍA de ayer, la gobernadora de Campeche, LaydaSansores, emitió el aviso de detener la andanada propagandística en contra de Alejandro “Alito” Moreno… Y es que el máximo jerarca del PRI –se advierte- ya tuvo un acercamiento con la “cuarta transformación” al avalar una iniciativa de una legisladora priísta para que el Congreso de la Unión decrete la permanencia del ejército en las calles, encabezando la lucha contra el crimen, hasta el año 2028… Esta acción ha provocado ya una reacción radical en las dirigencias de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, con quienes el PRI mantuvo la alianza “VaXMéxico”… MarkoCortez, del PAN, advirtió a “Alito” la necesidad de definirse… “Son millones de mexicanos a quienes dimos nuestra palabra de luchar por evitar que el actual gobierno militarice la Nación; si no desiste de esa iniciativa para que el ejército siga por años en las calles, no sólo se romperá la alianza legislativa, sino también la alianza electoral”… En términos muy similares se pronunció Jesús Zambrano, del PRD, pero más allá de eso, Miguel Ángel Osorio, coordinador de los senadores del PRI, habló claro: “desconocemos tal iniciativa; solicitamos al diputado Rubén Moreira que venga a darnos una explicación, nuestra bancada votará en contra de la reforma que pretende que la Guardia Nacional depende de la SEDENA”… Las primeras conclusiones están a la vista: “Alito” pudo haber negociado con la “cuatroté” su situación personal, abandonando la causa de la alianza con otros partidos; hoy más que nunca está en riesgo el rompimiento de la alianza VaXMéxico y la escisión al interior del PRI es tal real como la lluvia que cae del cielo.