La bota del gobierno en tiempos de tiranía

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
TAMPOCO ha cambiado este país ni sus integrantes del gobierno al aplicar una justicia “selectiva”, tal y como ocurría en las décadas del PRI más totalitario.
En aquellos años, “perderla” con el jefe en turno significaba represión, aislamiento, cárcel y en ocasiones, hasta el riesgo de perder la vida.
Hasta se había convertido en costumbre por los presidentes en los setentas, ochentas y todavía los años noventa, en castigar a algunos señalados “corruptos”, en aras de obtener cierta credibilidad de Juan Pueblo, con la característica esencial de que los condenados recibían la animadversión de Los Pinos.
Así, por ejemplo, en 1982, el ingeniero Jorge Díaz Serrano asumió un escaño en el Senado luego de haber sido director general de PEMEX y hasta precandidato presidencial en el sexenio del Presidente José López Portillo, pero no contaba con la venganza del nuevo primer mandatario, Miguel de la Madrid, quien lo desaforó y envió a la cárcel.
Tuvieron qué pasar largos años para que la justicia liberara al nogalense, otrora brillante técnico que encontró la fórmula para que México se convirtiera en uno de los productores de crudo más importantes del mundo.
Había otros corruptos, desde luego, pero con la bendición presidencial nadaron en el privilegio y la opulencia. Por eso Juan Pueblo empezaba a acumular su rencor y desdén contra el gobierno y contra el PRI.
En nuestros días, se ha evidenciado públicamente la corrupción de servidores públicos ligados a la “cuarta transformación”, pero son cubiertos con el velo de la impunidad que se desprende de palacio nacional.
En este grupo están, entre otros, familiares del Presidente como su hermano Pío y su prima Felipa. Ni qué decir de integrantes del gabinete como Manuel Bartlett y su hijo, Irma Eréndira Sandoval, Alejandro Esquer, Zoé Robledo y dirigentes de MORENA, empezando por Mario Delgado y el hoy gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Jr., que se beneficiaron con el dinero del “huachicol” de un delincuente ya desaparecido.
Pero cuando se trata de adversarios o enemigos del Presidente, los ojos del “autónomo” fiscal general, Alejandro Gertz, están muy atentos para recibir los expedientes que le envían desde palacio o, directamente, de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Bueno, el caso más reciente es el actual, cuando –sin duda- todo el peso del Estado se ha volcado en contra de Alejandro “Alito” Moreno, presidente del comité ejecutivo nacional del PRI y exgobernador de Campeche.
Ahora, tampoco este señor es un “santo”, pero resulta inocultable la intención de hacerle daño y, de ser posible, enviarlo a la cárcel.
La gota que derramó el vaso, fue la decisión de Moreno de “patear” la iniciativa de reforma eléctrica propuesta por el Presidente. El priísta fue bujía para que toda la oposición se uniera en la Cámara de los Diputados y dicha reforma, simple y llanamente, no pasara.
A partir de ese momento, la campechana LaydaSansores recibió maletines cargados con audios donde “Alito” madrea a medio mundo y no se ha tentado el corazón ni respetado la Ley para difundirlos.Se sabe protegida.
Y ayer, nada más y nada menos, el suspirante a la candidatura de MORENA al gobierno de Veracruz y actual presidente de la mesa directiva de la Cámara de los Diputados, el “padrecista” Sergio Gutiérrez Luna, anunció haber recibido y darle curso a una solicitud de juicio de procedencia para desaforar como diputado al jerarca del PRI y sentarlo ante un ministerio público, un juez y quizá verlo en la cárcel.
¿Qué ha cambiado en México en esa materia?
¡Nada!
Bueno, pero afortunadamente, el Presidente ha reiterado que “la venganza no es su fuerte”.
¿Se imaginan si lo fuera?
HOY ESTARÁ en Hermosillo Salomón Chertorivski… Exfuncionario federal y aspirante a gobernar la ciudad de México, viene ahora envuelto en los colores de Movimiento Ciudadano… Claro, Ernesto de Lucas y Natalia Rivera, serán los primeros en asistir al evento preparado en su honor y estar muy atentos.