La diáspora de los pápagos: huir de la miseria, la discriminación y la exclusión
Por Imanol Caneyada/
La explotación minera a cielo abierto ha contaminado el agua y las tierras de cultivo, provocando el desplazamiento y la amenaza de desintegración del pueblo tohono o´odham en Sonora
Los pueblos originarios de Sonora han sufrido históricamente el acoso de los colonos que llegaron a la región a partir del siglo XVIII. A lo largo de tres siglos han sido despojados de sus tierras, expulsados y desplazados. A partir del siglo XIX, con la complicidad del Estado mexicano, terratenientes, empresas mineras y posteriormente maquiladoras, han impactado de tal forma en su hábitat, en sus costumbres y su cultura, que muchos de estos pueblos están al borde de la desaparición o se han visto obligados a emprender una migración desesperada hacia las urbes o al país vecino.
El caso de los tohono o´odham (mal conocidos como pápagos) es ejemplar. A partir de mediados del siglo XX, este pueblo inició una diáspora paulatina hacia las urbes o allende la frontera, al grado de que en la actualidad se contabilizan alrededor de 500 integrantes de la tribu en Sonora, frente a unos 30 mil en Arizona.

Para ahondar y conocer más sobre esta situación, entrevistamos a Victoria Osornio Tepanecatl, licenciada en Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia con la tesis “La sociedad tohono o’odham del desierto de Altar y Yuma: Entre la comunidad y las fronteras estatales”. En Julio de este año egresó de la maestría en Estudios Socioculturales del Instituto de Investigaciones Culturales de la UABC, ahora se encuentra terminado una segunda tesis sobre la territorialidad o’odham.
Su estrecha relación con el pueblo tohono o’odham está vinculada a la investigación académica, la cual le ha permitido integrarse a la comunidad y acompañarlos en su proceso sociocultural e histórico.
Durante la colonia, los tohono o´odham fueron utilizados como mano de obra barata (esclava) para la minería y otras actividades agroindustriales. En la actualidad, ¿prevalece la misma situación?
Específicamente en la región de la Pimería Alta o Paragüería, la minería (o los llamados reales de minas) formaron parte de la estructura colonial junto con las misiones y los presidios. Esta triada —misión, presidio y reales de minas— fue la estructura que se impuso en la región y por consiguiente al pueblo tohono o’odham (debemos tener presente que hablamos de un pueblo seminómada que históricamente tiene una dinámica de movilidad) no sólo sufrió una modificación en su organización territorial sino también sociocultural, pues al crearse los pueblos de misión, la población o’odham se redujo y permitió que los misioneros (jesuitas), militares, y mineros se establecieran en su territorio. Esta triada da paso a la formación de localidades o ciudades que ahora conocemos, y con ella se establece una base económica por medio de la explotación de los recursos naturales de la Paragüería. Distintas investigaciones señalan que los excedentes de las cosechas del trigo, del maíz y del frijol entre otros, así como la ganadería, fueron canalizados a los circuitos que se encontraban vinculados con los reales de minas.
Actualmente, es claro que la ruta de la minería es la misma que en la época colonial, recordemos que históricamente existen varios momentos de la actividad minera, desde la época precolombina hasta ahora; en lo personal creo que el problema no es la minería sino el modelo de extracción de los minerales en la actualidad, pues muchos son a cielo abierto y eso afecta directamente al medio ambiente; hay contaminación de agua y a las tierras de cultivo, es decir hay destrucción de territorios provocando desplazamientos. En el caso de los o’odham, la situación o su relación con las mineras varía, esta tiene que ver con el tipo de representatividad agraria de cada localidad, ranchería o comunidad.
El hecho de que haya alrededor de 500 tohono o’odham en Sonora y unos 30 mil en Arizona, ¿tiene que ver con las condiciones de vida que encuentran en México? ¿Podríamos hablar de un desplazamiento paulatino, una diáspora histórica provocada por la miseria y la explotación?
Efectivamente existe un desplazamiento de los o’odham de sus comunidades o rancherías a ciudades como Caborca, Sonoyta, Puerto Peñasco y Sells, en Arizona, por falta de fuentes de trabajo, educación y de salud, desde mediados del siglo pasado.
Existen investigaciones que señalan que el principal factor de migración o’odham se da a mediados del siglo pasado, debido principalmente a la escasez de agua para sus cultivos, lo que afectó directamente su agricultura (su economía), y otra, por las políticas de colonización del desierto. Al migrar a las urbes tuvieron que incorporarse por necesidad a trabajos muy urbanos.
Por otro lado, que se tenga un censo con tanta diferencia creo que responde también a un proceso de discriminación por parte de la población no indígena (mestiza) en la región. Me sorprende aún, pero me he encontrado con un gran número de personas que aún piensa que los pápagos tienen inclinaciones a tomar alcohol, o de que no quieren trabajar. Esa creencia aún está muy naturalizada en la población no indígena, eso explica por qué en los censos los o’odham no se asumen como tal.
Ahora bien, que los tohono o’odham migren a trabajar a las ciudades no necesariamente implica que abandonen sus comunidades, la movilidad es parte de ser o’odham. Si bien sus comunidades se localizan o están muy adentradas en el desierto y no son de fácil acceso, ellos mantienen un contacto con su lugar de origen.
Hay que tener presente que es un pueblo que tiene muy claro su condición fronteriza, ellos se siguen moviendo dentro de su territorio histórico, los o’odham desbordan la frontera para seguir asistiendo a sus ceremonias o encuentros familiares.

¿De qué manera la minería, la maquiladora y otras actividades industriales en la región han impactado en la cultura de los tohono o´odham, en su forma de vida, en su forma de ver el mundo?
La minería ha impactado no solo en la cultura o’odham, sino que ha tenido un rol importante en la formación del país, y en las formaciones de las ciudades en general. Se han ubicado cuatro etapas, la primera es en la época previa a la conquista, la cual se le conoce como minería rudimentaria; Xavier Velarde, quien recorrió la región, menciona en sus escritos sobre la Pimería Alta que su población tenía poco conocimiento de los metales, “sólo estimaban las pedrezuelas llamadas chalchigüites”. Para el siglo XIX la minería está vinculada con la inestabilidad del país y la formación del estado mexicano. Hay registros e investigaciones que señalan que desde 1834 en algunas comunidades o’odham tuvieron un crecimiento poblacional debido a la minera, ya que ofrecía trabajo no sólo para la población de ahí, sino para otras poblaciones.

Poco después en 1848, la fiebre de oro de California provocó el abandono de minas y haciendas de Sonora. (Velasco José Francisco Noticias estadísticas del estado de Sonora). Ya en el siglo XX la minera es cuando tienen un mayor auge. La minera ha estado muy presente desde entonces en la realidad o’odham y, como señalo anteriormente, la situación o su relación con las mineras varía, tiene que ver con el tipo de representatividad agraria de cada localidad, ranchería o comunidad.
Desde tu experiencia, ¿consideras que el Estado mexicano (gobiernos federal, estatal, municipales, Congreso, poder judicial, sociedad), por omisión, por ignorancia, por exclusión, permite y promueve las condiciones de pobreza del pueblo tohono o´odham, su explotación, su indefensión, su desplazamiento?
A partir de las reformas de 1992 y después de la reforma al artículo 27 constitucional y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hay dos hechos importantes en el futuro de la industria minera: el primero permitió el cambio en la orientación de la legislación minera, mientras el segundo marcó las pautas de lo que debería aprobarse, lo cual no sólo implica a la legislación sobre minería, pues incluye el acceso a la tierra bajo la cual se encuentran los minerales, el uso del suelo, el uso del agua para el procesamiento del mineral, la prevención o remediación de la contaminación ambiental y la inversión extranjera en este rubro. Actualmente en las concesiones o rentas de tierras para la explotación de los megaproyectos, en este caso la minería, tienen que solicitar la aprobación de la comunidad agraria, no del pueblo en general. Justo por su carácter jurídico.
Entonces estamos hablando de dos cosas: una es la relación de la minería y una determinada localidad y otra es la relación de un pueblo entero, como el tohono o´odham, que en términos de identidad está vinculado a un territorio histórico pero al que en términos jurídicos no se le toma en cuenta a la hora de otorgar una concesión.
También está la parte de impacto ambiental: ¿qué va a pasar con las tierras una vez que se terminen las concesiones?