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La felicidad está determinada por el sistema bioquímico

La búsqueda de la felicidad sigue en auge y la constante es el cambio sin esfuerzo, el negocio seguirá creciendo. Es muy notorio el vacío existencial

Por  Rosa Chávez Cárdenas

La ciencia dice que nadie alcanza la felicidad ganando la lotería, consiguiendo un ascenso o por el enamoramiento. La gente se vuelve feliz por las sensaciones placenteras en su cuerpo. El placer viene del interior, una buena noticia, por ejemplo, los escalofríos recorren la columna vertebral, oleadas de electricidad surcan el cuerpo, sientes mariposas en el estómago. El problema es que las sensaciones placenteras desaparecen rápidamente.

En la evolución, el sistema bioquímico se adaptó a incrementar las probabilidades de supervivencia y reproducción, no de la felicidad. Es notorio, el sistema sigue con la alarma en alerta, cuidando la supervivencia, cerebros acelerados que impiden sentir sensaciones placenteras. La clave de la felicidad es combinar la dosis adecuada de excitación y tranquilidad, pero estamos atrapados en el estrés, al aburrimiento y seguimos descontentos.

Hoy en día un porcentaje de niños son medicados para controlar la hiperactividad y el déficit de atención, incluso a niños sanos los medican para mejorar su rendimiento para estar a la altura de las expectativas de las escuelas y sus padres.

Lo que debe cambiar es el sistema escolar, permitir que se desarrollen la creatividad, que sean felices y no someterlos a tantas reglas como escuela militar, los saturan.

En cuanto a las drogas legales, la Industria farmacéutica ha invertido en mercadotecnia para ofrecer fármacos para cualquier condición: para dormir, la ansiedad, la depresión, los cambios de humor, los trastornos hormonales.

Hace unos años el fármaco de moda era el Valium (Diazepam) lo recomendaban como si fuera aspirina, tan adictivo que lo conseguían en el mercado negro. Hoy en día siguen consumiendo benzodiacepinas indiscriminadamente, muchos tienen 40 años consumiendo la pastilla para dormir.

El cambio sin esfuerzo, “la psiquiatrización de la vida” Fármacos para hacer frente a los problemas de la vida cotidiana, se puso de moda el Cannabis, lo ofrecen como panacea de todos los males. El negocio es enorme, es más fácil ingerir una pastilla que someterse a terapia, meditar, practicar ejercicio y regular la ansiedad con la respiración.

La pandemia incrementó el estrés, la depresión y la ansiedad, pero no les conviene olvidarse del Covid, quieren seguir infundiendo el miedo, muchos ya se dieron cuenta que las vacunas no han servido de protección para no contagiarse. El sistema inmunológico es el que nos sigue protegiendo.

En cuanto a las drogas ilegales. Un gran porcentaje de soldados que estuvieron en Irak y Afganistán tomaban y siguen consumiendo pastillas para dormir, antidepresivos y ansiolíticos para sobrellevar la depresión y la angustia de la guerra. Pero el miedo, la depresión y la angustia lo causan las hormonas, los neurotransmisores y las redes neuronales. Años después del suceso muchos soldados sufren el trauma: ataques de ansiedad por el estrés postraumático, necesitarán algún tipo de droga, legal o ilegal. EU es el mayor cliente en cuanto al uso de drogas.

La búsqueda de la felicidad mediante la bioquímica es la causa número uno de la criminalidad en el mundo. En un estudio en América Latina muestra que un gran porcentaje de mujeres son encarceladas por delitos relacionado por dedicarse al negocio de sustancias psicoactivas. El fenómeno se conoce como feminización de la pobreza, se manifiesta en áreas urbanas y rurales. Se desempeñan como cultivadoras, recolectoras, vendedoras al menudeo y transporte, además de introducir drogas a centros de reclusión.

La búsqueda de la felicidad sigue en auge y la constante es el cambio sin esfuerzo, el negocio seguirá creciendo. Es muy notorio el vacío existencial. Buda dijo que la búsqueda de sensaciones placenteras es la raíz del sufrimiento. Las sensaciones son adictivas y desaparecen fácilmente.

Para conseguir la felicidad real, necesitamos desacelerar la búsqueda del placer, estar atento y experimentar el momento. Según el budismo la solución es reducir el ansia de sensaciones agradables y no permitir que controlen nuestra vida.

Podemos entrenar la mente para que aprenda a observar como surgen y pasan las sensaciones, hoy en día los teléfonos inteligentes son la adición de chicos y grandes, saturados de todo para no aburrirse, pero impiden que descubran esas sensaciones agradables: disfrutar de una conversación, un plato de comida, una fruta, escuchar música, bailar y hasta un orgasmo.

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