La hora de cumplir a Sonora
Por Gerardo Moreno/
Claudia Pavlovich hace historia al ser la primera gobernadora de la entidad; acabó un gobierno que sale por la puerta de atrás y se abre paso a la segunda alternancia
Pasaban 21 minutos del domingo 13 de septiembre cuando Claudia Pavlovich Arellano tomó protesta como gobernadora constitucional ante el pleno del Congreso del Estado. Así el PRI regresaba al poder, iniciando la segunda alternancia en Sonora y marcando la historia política, al ser la primera mujer en ocupar esa responsabilidad.
El hecho se dio ante un congreso del Estado repleto de invitados especiales, miembros de su gabinete, diputados entrantes y salientes, directores de medios de comunicación, también destacadas figuras como el presidente Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, exgobernadores, representantes de las fuerzas armadas de México, del Poder Judicial, entre otros.
Por fuera del recinto, decenas de simpatizantes esperando el momento en que Pavlovich Arellano comenzará su mandato. Todo en un ambiente de fiesta.
Para las 11 de la noche el acceso principal al edificio del Congreso parecía una pasarela, los invitados especiales eran ovacionados a su paso. No así el gobernador Guillermo Padrés, quien decidió entrar por la puerta de atrás, acompañado de su esposa, Iveth Dagnino de Padrés, parte de su gabinete y diputados electos del PAN.

A las 11:35 entró Claudia Pavlovich al recinto legislativo por la puerta principal y subió a la oficina de Presidencia del Congreso. Para las 11:40 los legisladores ocuparon sus puestos. A los medios de comunicación los confinaron en un saloncito ubicado en la planta alta, solo con una pantalla para ver el evento.
La sesión comenzó a las cero horas con el pase de lista. A las 12:06 se declaró abierta la sesión extraordinaria de toma de protesta, presidida por el diputado Samuel Moreno Terán y se comisionó a dos grupos para trasladar a Guillermo Padrés y Claudia Pavlovich. Mientras, declararon un receso. Ya a las 12:15 se reinició la sesión, ya instalados los protagonistas en la mesa directiva.
Se rindieron honores a la bandera y exactamente a los 21 minutos del día 13 de septiembre, el diputado Samuel Moreno le tomó protesta a la Gobernadora: “ciudadana Claudia Artemisa Pavlovich Arellano, protestáis guardar y hacer guardarla constitución política de los estados unidos mexicanos, del estado, las leyes que de ellas emanen y cumplir patrióticamente el cargo de gobernadora constitucional del estado de Sonora que el pueblo les ha conferido”… dijo el legislador a lo que ella respondió “sí, protesto”.

Después salió del recinto y en medio del público que estaba afuera esperando con música de banda se encaminó al Palacio de Gobierno a pie, rodeada de los ciudadanos que se acercaban a felicitarla.
Al llegar a Palacio subió al salón Gobernadores donde realizó su primer acto como gobernadora del Estado de Sonora. Ahí le tomó protesta a todo su gabinete legal y ampliado quien la acompañará en la tarea de dirigir el estado los próximos seis años.

Entre los principales nombramientos: Secretaría de Gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella; Secretaría de Economía, Jorge Vidal Ahumada; Secretaría de Educación y Cultura, Ernesto de Lucas Hopkins; Secretaría de Salud Pública, Gilberto Ungson Beltrán; Secretaría del Trabajo, Horacio Valenzuela Ibarra; Oficialía Mayor, Elia Sajara Sallard Hernández; Secretario Particular, Manuel Puebla Espinosa de los Monteros; Secretaría Técnica del Ejecutivo, Jorge Durán Puente; Jefatura de Oficina del Ejecutivo Estatal, Natalia Rivera Grijalva.
Claudia Pavlovich comentó brevemente que ahora le toca cumplirle a los sonorenses en temas como combate a la corrupción, creación de empleos, desarrollo social y por supuesto el terminar con la impunidad reinante en el gobierno de Guillermo Padrés.
El último acto de campaña de Pavlovich
Por Imanol Caneyada
Claudia Pavlovich, todavía el 13 de septiembre, y a pesar de haber tomado protesta unas horas antes como gobernadora, parecía seguir en campaña y se subió al estrado del Centro de Usos Múltiples a ofrecer un discurso aguerrido y virulento, lleno de promesas que los alrededor de ocho mil convocados aplaudieron a rabiar.

En un escenario faraónico, frente a la plana mayor del priismo sonorense y parte del nacional, con un maestro de ceremonias rimbombante y trasnochado, y ante un público dispuesto a celebrarle todo, la nueva jefa del Ejecutivo se rindió incondicional al delirio del poder y mostró ese viejo rostro de un partido al que le encanta exhibirse arrollador e implacable, el del culto al gobernante, el de los desfiles y los monumentos broncíneos.
Porque el evento del domingo fue, sobre todo, un evento partidista, la gran fiesta del regreso al Palacio de Gobierno de una clase gobernante que se ausentó seis años para demostrarnos que los otros, los panistas, lo hacían mucho peor que ellos.
A pesar de que el presidente Enrique Peña Nieto, unos días antes, había mandado cancelar la cena de celebración de la Independencia por ser un gasto superfluo en estos tiempos de crisis; a pesar de que el equipo de transición de la gobernadora se encontró con unas finanzas públicas en bancarrota y una deuda quintuplicada, la nueva gobernadora eligió ungirse como tal en un evento nada republicano; todo lo contrario, se trató de algo bastante triunfalista y monárquico.
Desde las diez de la mañana el CUM ya presentaba un lleno casi total. Abajo, a nivel cancha, aguardaban los invitados especiales, cuyos rostros aparecían magnificados en las cuatro pantallas gigantes que colgaban sobre sus cabezas.
El actor Jesús “Choby” Ochoa, nuestro charolastra preferido, fue el más enfocado de todos ellos, incluso por encima de quien ostenta el poder detrás del trono: Manlio Fabio Beltrones, recién estrenado dirigente nacional del PRI; o su inseparable socio en eso de dirigir los hilos del poder, Emilio Gamboa Patrón.
También había panistas de lujo, como Diego Fernández de Cevallos y el ex candidato a la gubernatura Javier Gándara.
Tres gobernadores priistas, entre ellos, el muy cuestionado por sus excesos Manuel Velasco, de Chiapas; y uno que decidió revelarse al partido, ir de independiente y ganarles: el famoso Jaime “Bronco” Rodríguez, de Nuevo León.
Dos gobernadores gringos, el de Arizona y la de Nuevo México, para el toque internacional.
Además de la caída en desgracia Rosario Robles (de Sedesol la mandaron a la Secretaría de Desarrollo Agrario), en representación de Peña Nieto.
El nuevo alcalde de Hermosillo, Manuel Ignacio “Maloro” Acosta, y el que se iba, Alejandro López Caballero, a quien la gobernadora no nombró, refiriéndose a él únicamente por su cargo.
Y los representantes del poder Legislativo y Judicial. Y exgobernadores.
Y el gabinete principal y el ampliado, y al menos siete mil miembros de la clase media y media alta sonorense con aspiraciones que sacaron su mejor traje del clóset para la ocasión, además de los burócratas, a los que les picaron las costillas para asistir al evento y no perder el empleo.
Todos bien divididos en niveles jerárquicos y espaciales, no fueran a mezclarse.
La entrada de la recién nombrada gobernadora fue triunfal y larga, muy larga, pues desde el acceso hasta el escenario, todos los VIP (el resto se contentaba con mirar desde las alturas) buscaron la forma de salir en la foto, de saludarla, de recordarle que ahí estaban, al pie del cañón, para lo que se le pudiera ofrecer.
La música de fondo, “Sonora querida” en versión jazz; luego, “Sonora querida” en versión orquestal. Si a Bours le gustaba la “Yaquecita”, parece que la banda sonora de la nueva gobernadora será “Sonora querida”.
En cuanto al discurso, después de mencionar a algunos de los invitados especiales (la ovación que se llevó Beltrones cimbró el CUM), estuvo estructurado en tres partes.
La emotiva, en la que resaltó el homenaje que hizo a su madre, Alicia Arellano, pionera de la incursión de la mujer en la política local y nacional e impulsora de la paridad de género.
La agresiva, en el que una vez más acusó al gobierno saliente de corrupto, aunque se abstuvo de dar nombres y anunciar qué medidas concretas y específicas se habían tomado.
Y la parte de las propuestas, en la que hubo omisiones graves: Guardería ABC, Río Sonora y Acueducto Independencia; resaltando especialmente el anuncio de una Fiscalía Anticorrupción que investigará el pasado y el presente, y el decidido impulso a la aplicación del nuevo sistema acusatorio penal, en el que Sonora lleva un vergonzoso retraso.
Y eso fue todo en un acto perfectamente prescindible que no aportó nada a la entidad; el último acto de campaña de Claudia Pavlovich.