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La rabia antimacrista de los argentinos

Argentina vive en estos momentos un brutal embate del neoliberalismo, sostenido en una prensa mentirosa que ha creado una alocada trama de novela negra

Por Imanol Caneyada

Córdoba, Argentina.- El V Encuentro de Novela Negra y Policial Córdoba Mata se ha convertido en un foro para la rabia contra Mauricio Macri, el presidente argentino que, como hace 30 años Salinas de Gortari en México, está poniendo las bases para desarrollar una política neoliberal dictada por el Fondo Monetario Internacional y las transnacionales.

Este año, el encuentro que organiza el escritor cordobés Fernando López lleva por título Los Medios y los Miedos; la mayoría de las mesas de discusión y análisis están enfocadas a la narrativa que han ido creando los medios de comunicación tradicionales al servicio de un poder tan abstracto como real.

En la inauguración del festival, dos pesos pesados de la argentina más antimacrista, el escritor Mempo Giardinelli, de feliz estancia en México durante muchos años, y el periodista Horacio Verbitsky, terminaron dando un mitin apasionado en el que advirtieron reiteradas veces de la ruta que un empresario sin historial político, Macri, ha inaugurado en Argentina para entregar el  país al gran capital.

Hay un gran sector de la población argentina que está enardecida, furiosa, impotente, que intuye o sabe las consecuencias del régimen que impera en este momento en el Cono Sur.

Es la misma furia e impotencia que en las últimas décadas hemos vivido en México.

Una rabia que durante muchos años se quedó en el diagnóstico, pero que no pudo articularse para hacer frente a las mineras, por ejemplo; a las maquiladoras, por ejemplo; a la apropiación paulatina del campo energético, por ejemplo; a la pérdida de la autonomía alimentaria, por ejemplo.

Argentina vive en estos momentos un brutal embate del neoliberalismo, sostenido en una prensa mentirosa que ha creado una alocada trama de novela negra contra el kirchnerismo, basada en las fotocopias de un cuaderno de un chofer que, por una década, supuestamente anotó de forma escrupulosa la entrega de moches de empresarios a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Desde el punto de vista jurídico, no hay sostén para tales acusaciones, el caso está lleno de absurdos; en opinión de Verbitsky, no quieren meter a la cárcel a la ex presidenta, la estrategia es desprestigiar al peronismo, al tiempo que el gobierno de Macri se presenta como un impoluto adalid de la honestidad.

La rabia antimacrista, sostenida por esa elocuencia argentina que encandila, y por un conocimiento profundo de las acciones que está instrumentando el Gobierno para privatizar el país entero, corre el riesgo, ellos mismos son conscientes, de no canalizarse hacia un movimiento organizado que frene el desmantelamiento del estado benefactor.

La estrategia del neoliberalismo, bien lo sabemos en México, es la de convertir ciudadanos en individuos, es la de pulverizar cualquier posibilidad para la acción y la organización comunitaria.

Y tengo la impresión de que en Argentina está rindiendo frutos, pues hay una amplia población que compra el discurso mediático oficial, un discurso perversamente bien armado.

Pero también hay una preocupación genuina por la pauperización del país y por una crisis económica provocada para que entren al rescate quienes ya sabemos, quienes han entrado al rescate en las últimas décadas en todo Latinoamérica.

El novelista Miguel Molfino, por ejemplo, proveniente del Chaco, al norte de Argentina, comentaba en estos días de festival que por primera vez en su vida había visto a alguien llorar de hambre. Literalmente, decía, llorar de hambre.

Los signos de la miseria están ahí, visibles en las calles de esta ciudad cuyo centro histórico es de una apacible belleza. Gente en las calles vendiendo baratijas, mucha gente, muchas baratijas.

El botín en esta vasta Argentina es enorme: gas, petróleo, agricultura, ganadería, bosques extensos. Y Macri lo ha puesto al mejor postor internacional.

La estrategia es muy parecida a la instrumentada en México. Irán declarando obsoletas e inservibles muchas de las empresas nacionales, iniciará una privatización que quedará en manos de una oligarquía rancia pero poderosa, mientras las transnacionales entrarán a saco y se quedarán con los sectores más estratégicos del país.

Hace tiempo que el neoliberalismo busca decretar la muerte del Estado y Latinoamérica se ha convertido en su mejor laboratorio.

Argentina puede verse en el espejo de México y reaccionar a tiempo, una larga historia de resistencia y movilización los respalda.

Pero en estos tiempos líquidos, tal vez no les alcance.