Líder político, conócete y decide mejor
Por Carlos Jesús Cruz Valenzuela /
Sus dos principales enemigos son la ignorancia y los vicios como persona
En la actualidad todo líder político (presidente de la república, gobernadores, presidentes municipales, senadores, diputados federales y locales, regidores) quiere transformar, para bien, sus respectivos gobiernos, funciones, programas, leyes, apoyos sociales, entre otros muchos rubros; buscando para ello todo tipo de acciones encaminadas a buscar las mejores políticas y decisiones que deriven en beneficio de sus organizaciones y principalmente de los ciudadanos que representan, a quienes está de más decir, se deben.
Y estos líderes o directivos políticos se abocan a esas tareas de mejora porque ven falta de satisfacción en los ciudadanos que representan, en temas como: el combate a la pobreza, falta de empleo, inseguridad, malas avenidas y vialidades, no se diga la corrupción, entre otros rubros de los que el ciudadano se encuentra decepcionado, insatisfecho.
Intentando atender y satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, los líderes políticos comienzan a conocer nuevas herramientas y alternativas de soluciones, programas exitosos en otras comunidades, nuevos esquemas, quieren conocer experiencias en ciertos temas para evaluarlas y en su momento aplicarlas, pero por más novedosas y reconocidas que éstas sean, simplemente algo pasa y las cosas a la vista de los ciudadanos siguen igual, están pues insatisfechos en los rubros más sensibles para ellos.
El líder político es un ser humano mujer u hombre y como tal tiene enemigos entre los que podemos destacar a dos principalmente: la ignorancia y los vicios como persona.
Por lo anterior debemos recalcar que en la actualidad nuestros líderes políticos pierden gran parte de su valioso tiempo en intentar conocer soluciones superficiales a las demandas de la ciudadanía, pero poco tiempo invierten en reflexionar y conocerse a ellos mismos.
¿Quién no ha escuchado la gran frase inscrita en el Oráculo de Delfos que dice: “Hombre, conócete”?
La frase nos invita a hacer un alto en el camino y reflexionarla, puesto que hoy en día y gracias a la tecnología, todo mundo queremos conocer de todo: política, gobiernos, problemas sociales, redes sociales, música, cultura, religión, entre otras por mencionar algunas; pero casi nadie reflexiona sobre el conocimiento de uno mismo como persona, como ser humano, sobre qué potencialidades y debilidades tenemos, qué vicios o virtudes practicamos como hábitos y que engrandecen u oscurecen nuestro ser y nuestro hacer.
El líder político puede tener defectos como la falta de ética, la falta de compromiso, la informalidad, entre otros aspectos negativos que como seres humanos podemos tener, lo importante es auto escudriñarnos, igualmente puede tener por el contrario, valores y virtudes, pero sin duda con defectos o virtudes repercutirá en las personas a quien representas, dirigen o lideran.
Cabe preguntarnos: ¿de qué sirve un sistema anticorrupción planeado para dar confianza y transparencia a la ciudadanía del acontecer diario de los gobiernos si el líder ignora que tiene hábitos como la mentira, el tráfico de influencias, la falta de compromiso, entre otros que ignora de sí mismo? ¿O de qué servirá el mejor programa social contra la pobreza si su líder tiene hábitos de robar o vender despensas y apoyos destinados a los más necesitados?
Por lo anterior es que se hace importante que los líderes se conozcan a sí mismo y analicen sus potencialidades o sus defectos y partir de ahí buscar ofrecer un mejor servicio a la ciudadanía. En los últimos años está comprobado que no fallan los gobiernos de los partidos ya sea el color que sea, es claro quien falla: el hombre quien lidera, gobierna o dirige.
*Carlos Jesús Cruz Valenzuela
Instituto de Ciencias y Educación Superior, A.C.
Maestría en Liderazgo Desarrollador