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Llega a Hermosillo el derrame tóxico

EL NORTE/

La contaminación por el derrame tóxico de la Mina Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, ocurrido hace un año, ya repercutió en la salud de las personas de la capital y amenaza a la mayor concentración poblacional del Estado.

Reina Castro Longoria, bióloga especialista en ecología de la Universidad de Sonora, reveló que el agua de la presa El Molinito, que contuvo el derrame durante un año y abastecía a Hermosillo, está contaminada con metales, ya que han detectado alta presencia de arsénico en la sangre de seis habitantes de Molino de Camou, ejido aledaño al embalse.

Indicó que también se encontró arsénico en los pozos del ejido y en el agua que llegó a Hermosillo, tras pasar por la principal zona de recarga de pozos.

«No podemos negar el efecto directo del derrame en la población», afirmó Castro.

«Medimos arsénico en El Molinito, salió positivo; medimos arsénico en los pozos junto a la presa, salió positivo; medimos arsénico en el desfogue hacia Hermosillo y salió positivo; y sale positivo en la sangre de las personas que están afectadas».

Castro y un equipo de especialistas de diferentes instituciones realizaron estos análisis de manera independiente, por lo que han enfrentado el descrédito de las autoridades federales en Sonora.

«Está siendo negado, las autoridades dicen que no pasa nada, hay declaraciones de que no es cierto nuestro estudio», expresó la bióloga.

Los investigadores encontraron valores de 13.8 hasta 19.3 miligramos de arsénico por litro de sangre en cuatro mujeres del ejido Molino de Camou que presentaban malestares y erupciones en la piel.

Además, un hombre de 55 años resultó con 2.2 miligramos por litro y a un joven de 15 años le detectaron 12.6 miligramos por litro.

Las normas internacionales marcan como máximo permitido 1 miligramo por litro de arsénico en la sangre.

«Ya hay daño a la salud de forma observable, directa por el derrame, hay daño al ecosistema, hay daño a la salud humana, hay daño al trabajo y a la economía de los pueblos», reclama Castro.

A Nadia Gómez Moraga, los médicos de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios le dijeron que su sangre estaba sana, a pesar de que presentaba malestares, sin embargo, el estudio independiente realizado a finales de junio reveló que tiene 19.3 miligramos por litro de arsénico.

«Quedé impactada porque soy la que traigo más metales, hierro, arsénico», dice la mujer de 32 años.

«Me dijo el doctor que él me iba a dar más seguimiento a mí, a ver qué pasa más adelante, pero es probable que me dé cáncer».

Castro consideró que el riesgo de contaminación está latente para 33 mil habitantes de Cananea, 23 mil de los siete municipios ubicados junto al Río Sonora, y un millón de habitantes de Hermosillo, que ahora tienen la contaminación en la presa Abelardo L. Rodríguez.

Los habitantes de Molino de Camou dejaron de confiar en la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora (UVEAS) instalada por la Cofepris en Ures para dar seguimiento a afectaciones de salud por el derrame.

Aunque 270 personas han acudido con síntomas similares a los que presentan los pobladores de Molino de Camou, la UVEAS no han reportado personas con metales pesados en la sangre a raíz del derrame.

EL NORTE publicó el 4 de agosto que a un año del derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado a los ríos Sonora y Bacanuchi, ocasionado por la mina Buena Vista del Cobre, no había castigo para los responsables.