DE PRIMERA MANOPrincipales

¿Los mexicanos tenemos el gobierno que merecemos? ¡Claro que no!

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

LAS Y LOS MEXICANOS que nacimos en los años cincuenta, sesenta, setenta y todavía los años ochenta, nos formamos y conocimos un México algo distinto del que vivimos en esta tercera década del siglo XXI.

Es probable que el cambio socio-político y moral se haya dado en el arranque de este siglo y está muy ligado al clima de inseguridad que tuvo su parteaguas durante el sexenio del Presidente Vicente Fox.

Antes de esos años, antes de dicho “parteaguas”, el Estado Mexicano mantenía en activo su trabajo (eficaz o ineficaz) para cumplir con su obligación primordial de mantener la paz y la tranquilidad nacionales, haciendo cumplir la Ley.

No se sabe (cuando menos, yo no) si el gobierno del PRI en el siglo XX llegaba a acuerdos con  grupos delincuenciales. Tampoco se sabe (¿o será una leyenda urbana?) que el presidente Abelardo L. Rodríguez, en acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos, permitió el cultivo de mariguana para exportarla a los vecinos del norte y así mantener su ejército siempre “activo”.

La realidad es que crecimos con un México donde la figura presidencial (omnímoda, monárquica, autoritaria) inspiraba respeto por encima de la crítica popular que ha existido siempre, sobre todo cuando el gobernante en turno toleraba una prensa libre. Bueno, el Presidente José López Portillo, en su quinto informe de gobierno (1981), cansado de la crítica en los medios, no ocultó su enojo al decir: “Ya no estoy dispuesto a pagar para que me peguen”.

Pero el autoritarismo presidencial del PRI en las décadas de los ochenta y noventa, hartó a Juan Pueblo. El asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, entonces candidato presidencial priísta, fue la semilla de un “levantamiento” social para dar por terminado el “viejo sistema”.

Ernesto Zedillo –que odiaba al PRI-, promovió la llegada de Vicente Fox y el PAN a la Presidencia de la República. El grito popular era “sacar al PRI de Los Pinos”, a como dé lugar. Se logró. Incluso Zedillo felicitó a Fox antes de que el entonces Instituto Federal Electoral diera los resultados finales. El rumor de una “rebelión” tricolor, podría echar por tierra el acuerdo zedillista con el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.

Las y los mexicanos festejamos el cambio. Pero a partir del sexenio del “hombre de las botas”, la frivolidad, la ignorancia y la falta de oficio político trajeron una primera consecuencia: La falta total de respeto a la figura presidencial y de ahí, al asalto de las instituciones por quienes siempre habían querido desestabilizar al país, empezó a trabajar.

A partir de ese tiempo “algo se desató”. Luego llegó Felipe Calderón y como Presidente, declaró la guerra a los cárteles de la droga y tomó relevancia el número de muertes violentas en el país.

Muchos “expertos” dieron su opinión y recomendaban seguir el ejemplo de Estados Unidos, donde se administra (se dice) al narcotráfico, de acuerdo a los intereses del gobierno, jamás de acuerdo a los intereses del crimen.

Con le llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos, la frivolidad, la falta de respeto a la figura presidencial y la corrupción, elevaron la temperatura de Juan Pueblo y dejaron el clima listo como caldo de cultivo para que llegara una figura que veinte años atrás, había comenzado una lucha en base a su discurso de combate a la corrupción y de separar el poder económico del poder político.

 

Y todo cambió… Y el pueblo también

Por eso, el año 2018 la gente se volcó a abrazar el nuevo proyecto de nación, cansado, harto de los regímenes del PRI y del PAN. Era urgente enviar al viejo régimen al olvido.

Fue una decisión soberana. Democrática. Con toda la buena fe.

Y, efectivamente, México ya era otro. Y el pueblo también. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, representante del Estado Mexicano, cambió radicalmente su estrategia y ofreció “abrazos y no balazos” al crimen organizado. Militarizó al país, dejó que nuestros soldados fueran “vejados” y permitió el asalto a todas las instituciones y organismos autónomos que en los últimos 30 años, habían marcado un avance democrático en México.

La violencia se volvió exponencial. La impunidad galopa en todo lo largo y ancho del país y la delincuencia se ha multiplicado, convencida de que jamás será castigada.

Si. México ya es otro, pero su gente también es otra.

Los valores, muchos de aquellos valores que conocimos las generaciones que nacimos en la segunda mitad del siglo XX, se han perdido: El respeto a los padres de familia, a nuestros mayores, la defensa de la vida y el detener una cultura de la muerte, el fomento de la institución familiar como célula básica de nuestra sociedad, la honestidad, la congruencia, el amor a la verdad, el amor a nuestros símbolos patrios, el amor a México.

En el arrastre de las estrategias para degradar a las sociedades de parte del mundo, los mexicanos responsables de conducir al país en este momento, justifican su fracaso culpando al mundo.

En Estados Unidos, la cultura de la muerte es permitida cuando cualquiera, en plena libertad, puede adquirir un arma corta o larga, en cualquier tienda y a cualquier edad. Ayer fue un joven de 18 años que acabó con la vida de 18 niñas y niños en una escuela primaria de Texas; hace dos semanas, otro asesinó a gente de color en un supermercado, más antes, un tiroteo mató a gente dentro de una iglesia en California.

¿Y en México?

El crimen penetró una iglesia en Zacatecas y abrió fuego sin importar fieles asistentes y mató a un niño de dos años de edad. En Celaya, un comando abrió fuego contra asistentes en un bar, asesinando a once personas, entre ellas a ocho mujeres. Y el gobierno del Presidente “sólo se dedica a abrir carpetas de investigación y a cuidar los derechos humanos de los criminales porque también son seres humanos”.

El número de muertes violentas en este sexenio, ya superan los 130 mil. Dejará AMLO muy atrás a sus dos antecesores.

Sin duda, la obligación de muchos de nosotros es continuar ejerciendo la crítica, denunciando las incapacidades de nuestros gobernantes, pero ¿Y Juan Pueblo?

Y es que habrá qué recordar que no era exactamente lo que quería, pero este pueblo que llevó al poder a nuestros actuales gobernantes, encabezados por López Obrador, es quien sigue votando por MORENA, a pesar de la incapacidad mostrada en tres años y medio de estar en el poder.

¿Qué?

¿Le reprochamos a Juan Pueblo que tiene el gobierno que se merece?

Creo que no se trata de reproches porque todos somos susceptibles a ser atrapados por un manipulador.

Quizá y la peor experiencia que estamos obteniendo hoy, (como nunca antes) nos permita amar más al país, como no lo habíamos hecho antes.

Quizá y eso permita que en el futuro, elijamos mejor y no cometamos el mismo error.

 

El séptimo año de Claudia Pavlovich

LAMENTABLE que Claudia Pavlovich no esté viviendo su “séptimo año” como siempre lo había deseado… Ella quería caminar tranquila por la ciudad y recibir el saludo agradable de la gente… No ha sido así… Es hora de que no la dejan en paz ni allá en España, donde firma como titular de un Consulado… Ahora, habrá qué añadir que desde hace un par de semanas llegó una notificación a su domicilio en Hermosillo, advirtiéndole que el comité ejecutivo nacional del PRI había iniciado un proceso para declararla expulsada de este instituto político… “El partido de sus amores”, el que ella misma presidió… Lamentable porque su apuesta al olvido le ha recomendado guardar silencio y no aclarar señalamientos de corrupción en su contra… Lamentable porque la evidencia –más clara que el agua- es que ella negoció su salida sexenal para su propio beneficio… Por eso está en Barcelona… Si hubiera apoyado institucionalmente a un Presidente de la República que no era de su mismo partido, pero negociando dicho apoyo en favor de las y los sonorenses, merecería un reconocimiento, pero no fue así… Ella sintió temor de ser procesada penalmente, con justificación o sin ella y se preocupó por sacar el mejor provecho posible, pero para ella… En ese proceso arrastró a amigos que en su momento le apoyaron y carga el pesado lastre del señalamiento de haber ayudado a la derrota de Ernesto Gándara, quien nunca fue su amigo, pero por encima de ese sentimiento estaba el interés del PRI y el interés de Sonora y de los sonorenses… No es tampoco la primera persona, en su calidad de gobernadora, que decidió el pragmatismo político en contra de su partido… Ha habido otros gobernadores que, en su momento, apoyaron a un candidato presidencial que no había surgido de su propio instituto político y hasta existen evidencias de un exgobernador que operó para la derrota de su propio partido, resultando ganancioso… Pero en fin… Para Claudia, sus acciones, convertidas en errores por pisar a un pueblo al que debió tener más consideración y más respeto, la perseguirá toda su vida.

 

Buscando a nueva dirigencia del PRI

AL PUBLICARSE la convocatoria enviada por el jerarca priísta, Alejandro Moreno, para elegir a la nueva dirigencia del comité directivo estatal del PRI en Sonora, es muy difícil pensar en que las y los consejeros, en una asamblea estatal, se mandarán solos… Irremediablemente, como es un partido que no ha tenido transformación alguna, continúa actuando como en el pasado y éste nos indica que el “dedazo” continuará en el actual proceso para relevar en la presidencia y secretaría general, a Ernesto de Lucas y Kitty Gutiérrez, respectivamente… ¿Quién será el fiel de la balanza?… Pues nada más y nada menos que “Alito” Moreno… Él tendrá derecho de opinar y por cierto ¿a quién le preguntará en su visión rumbo al 2024? ¿Negociará con Manlio Fabio Beltrones? ¿Volteará a ver al gobernador Alfonso Durazo? ¿No le preguntará a nadie?… De todas maneras, anote usted tres nombres que estarán sobre la mesa: Zaira Fernández, Rogelio Díaz Brown y Bulmaro Pacheco Moreno… Ah… Y no descarte a un “tapado” sorpresa.

MUCHOS COMENTARIOS respecto a la presencia y ausencia de quien será designado Oficial Mayor del Gobierno de Sonora… Dícese de un personaje de la ciudad de México que ha comenzado a viajar a Hermosillo y que junto con él viene un grupo de “sureños”, de esos con el convencimiento de venir de conquista… Cuando está en Sonora se reporta sólo unas cuantas horas en lo que podría ser su oficina, pocos lo ven y luego desaparece… El Gobernador Durazo necesita gente no sólo de confianza sino también con capacidad, ya que ha podido darse cuenta que las expectativas optimistas sobre varios integrantes de su gabinete han fallado… Por eso ha comenzado a recurrir a personas que sin ser sonorenses, podrían darle mejores resultados…

 

En busca del auditor mayor de ISAF

EN EL CONGRESO del Estado comenzó el desfile de aspirantes a ocupar la titularidad del Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF), como su auditor mayor, decisión que deberá darse a conocer este 7 de junio… Se espera que tal designación recaiga en un perfil, no sólo con gran preparación académica, sino con la experiencia necesaria para ejercer el cargo y, quizá lo más trascendente, la independencia de grupos políticos y honestidad e imparcialidad en sus decisiones… Su desempeño es un valioso instrumento con que cuenta la sociedad para transparentar el ejercicio de los recursos públicos… Del grupo de aspirantes que lograron un registro para ocupar tal cargo, habría qué subrayar el nombre del contador Othón Ramos Rodríguez… Un perfil que sin duda alguna, cuenta con una trayectoria que le avala como profesional y reconocida actitud ética, además de su experiencia como presidente regional de los colegios de contadores públicos del noroeste y miembro de la Junta de Honor del Instituto Mexicano de Contadores… Un sonorense muy distinguido.