“Me gusta dar carrilla, pero no que me den”

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
EL PRESIDENTE López Obrador no tiene meses, sino años atacando a López Dóriga, Raymundo Riva Palacio, Héctor Aguilar Camín y Beatriz Pagés –entre muchos otros-, tan solo porque ejercen la crítica en base a su opinión contraria a la del poder central que ejerce el también titular del Poder Ejecutivo Federal.
Pero siempre hay un momento en que se “toca una tecla” o se pone “un punto sobre la i” y esto último sucedió cuando se ha coincidido por los periodistas en señalar que tanto ataque de AMLO contra Xóchitl Gálvez, está propiciando un enrarecimiento del clima político nacional, muy parecido al que rodeó el atentado que acabó con la vida del candidato presidencial, Luis Donado Colosio, aquel marzo de 1994.
Como esas opiniones “habían dado en el clavo” y advertían la responsabilidad de López Obrador ante la posibilidad de un atentado en nuestros tiempos, el principal inquilino de palacio nacional siguió la estrategia impuesta por el campeón mundial de boxeo en los pesos pesados a mediados del siglo XX, Jack Dempsey, quien estableció que “la mejor defensa es el ataque”.
Y así lo hizo el día de ayer.
Calificó la actitud de estos periodistas como “una campaña perversa y de malas entrañas”, rematando su indignación con el argumento de que él siempre ha seguido la doctrina del amor al prójimo y nunca actuar con perversidades. ¡Y lo está diciendo un hombre que, con todo el poder que tiene como Presidente de México, se ha dado el lujo de dividir a las y los mexicanos en pobres y ricos, en “chairos” y “fifís”, en buenos y malos!
Afortunadamente para AMLO, hay millones de personas que le creen sin dudar ni una palabra, pero, sin duda alguna, para la inmensa mayoría, esta no es la actuación de un Jefe de Estado que utiliza diariamente su púlpito nacional para golpear, dejando de lado los temas sensibles para el pueblo de México, como la inseguridad, el colapso en el sistema de salud y la corrupción impune en su sexenio, empezando por su familia.
SI EL INTENSO calor que nos azota en Sonora este verano, no motiva a fomentar la violencia irrefrenable –sobre todo los homicidios dolosos- habrá qué decir que es una enorme coincidencia… La tragedia de San Luis Río Colorado con el intencional incendio de un bar y la muerte de once personas; el asesinato de un entrenador de fútbol en pleno partido y ante imágenes que nos hacen concluir que se ha perdido en muchos la capacidad de asombro; un mes de julio de este 2023 con más de 40 homicidios dolosos en el Yaqui más la ejecución de un conocido abogado en Hermosillo, a plena luz del día, son sólo ejemplos que fundamentan el por qué nuestra querida entidad, está dentro del “top-ten” de los estados más violentos del país… Nada de qué sentirnos orgullosos… Es una verdadera tristeza y frustración.
SOBRE EL CASO de la tragedia en San Luis, no pasó desapercibida la coincidencia de Movimiento Ciudadano y del Partido Acción Nacional, cuyos principales dirigentes y voceros se fueron por la cabeza del presidente municipal, Santos González Yescas… Gildardo Real Ramírez, del Partido Acción Nacional, no sólo interpuso una queja contra este munícipe en la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, por negligencia y corrupción, sino que además, exigió su renuncia inmediata… El diputado Ernesto “Pato” de Lucas, de MC, exigió por su lado un juicio político contra González Yescas, en tanto sus compañeros Rosa Elena Trujillo, Natalia Rivera y Oscar Russo, en un video difundido en redes sociales, afirmaron que lo sucedido es una muestra de que en Sonora no hay autoridad y la que corrupción mata… Esta última parte incluyó un paquete de flechas envenenadas contra el Gobierno del Estado… Y aunque la alusión es directa al Gobernador Alfonso Durazo, nomás no se han atrevido a mencionar su nombre.
ESTE SEÑOR, Armando Villa Orduño, quedará como uno de esos casos en que su paso por el servicio público fue con más pena que gloria… Nadie sabe, hasta ahora, con certeza, las razones por las que el gobernador lo designó titular del área de Economía, sin conocer del tema ni ser conocido por el sector… Lo que se puede suponer es que todavía trató de ayudársele becándolo como coordinador de la comisión de vivienda, y ahora anuncia que mejor se va a casa… Quizá fue la decisión más apropiada… ¿Qué dirá su tío, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas?