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Mercado Municipal, olores inconfundibles que te hacen recordar 

Por Lucía Soto Gaxiola y María Encinas Miranda/

Llegar al centro de Hermosillo, es como llegar al corazón de la ciudad, ya que es un lugar sumamente tradicional, con las raíces muy arraigadas. El punto clave: el mercado municipal, con una antigüedad de más de 100 años, siendo así uno de los recintos más históricos y emblemáticos de la región.

Remodelado en 1982, en él se encuentran todo tipo de historias, leyendas, anécdotas y recuerdos que albergan todos los locales y que los propietarios recuerdan con nostalgia.

Un olor sin igual es el que describe perfectamente al mercado municipal: una combinación de verdura, carnes, café, mariscos, así como unas antojables tortillas sobaqueras.

Algunas personas entran y salen, otros se sientan tranquilamente a charlar y comer,  así como las que pasean detenidamente observando hasta el más mínimo detalle, mismos que podrían ser turistas o reporteros.

Recorriendo este tradicional edificio es como damos con uno de los lugares con más antigüedad en el mercado: el tradicional café Doña Elvira. Su copropietario Carlos Arturo Munguía nos adentró un poco más en la historia y muy amablemente accedió a charlar.

“Este lugar se inauguró en noviembre de 1936, y su nombre es porque así se llamaba mi mamá. Yo tengo 52 años laborando, tenemos clientes frecuentes, que vienen diariamente desde hace años en cuanto se abrió el local, aquí he hecho muy buenos amigos”, comentó.

7 Mercado MunicipalPlaticando con don Carlos, cuenta que en las mañanas es donde hay más actividad ya que la gente viene por su ya tradicional café, a comprar la despensa, o simplemente a desayunar, por lo que también se vende burritos y sodas.

En el mercado no existen clases sociales, ya que viene todo tipo de personas y con todo tipo de oficios, además, al mismo tiempo que atiende a los clientes, recuerda con nostalgia las travesuras que hacía y que por lo mismo su mamá lo regañaba.

Las leyendas no podían faltar, tal es el caso la del fallecimiento de un velador de apellido “Murrieta” que cuya presencia paranormal se siente muy seguido, según cuenta Don Carlos.

Cuenta que se levanta desde las cuatro de la mañana para prepararse en un día normal en su trabajo, “cómo no me va a gustar y cómo no lo voy a querer si de aquí le he dado de comer a mi familia y he sacado a mis hijos adelante, gracias a Dios ahora ya son unos profesionistas”.

Siguiendo nuestro recorrido por el mercado, encontramos otro sitio muy peculiar: “Malteadas la parroquia”, donde nos atendió Erica Bringas, hija del propietario del lugar, y quien muy amablemente accedió a platicar con nosotros.

Con 55 años de experiencia, es un lugar muy concurrido por los habitantes de Hermosillo, ya que sus malteadas se han vuelto en toda una tradición para las personas que visitan el mercado municipal.

Erica nos cuenta que al mercado asiste todo tipo de gente, desde estudiantes y  trabajadores, hasta cantantes famosos, mismos que nos enseña en fotos desde su celular.

Las malteadas tienen una diversa variedad en sabores, desde lo tradicional como lo es el chocolate, hasta algo más elaborado como la  malteada de pistache. En el mismo puesto también se venden tacos de barbacoa o cabeza, que son muy solicitados todos los días.

“Desde las diez de la mañana a la una de la tarde es cuando se puede ver más gente por aquí, ya que generalmente es cuando vienen a desayunar o a comer; además, los sábados puedes ver el mercado municipal lleno”, comentó.

La hija de la propietaria cuenta que también siendo parte del grupo de establecimientos dentro del mercado, se ha enterado de mucha historias, tal es el caso la de un niño que hace más de 50 años murió dentro del lugar, y que frecuentemente hoy en día se escuchan voces del pequeño.

“Hablando sobre leyendas o historias, se oye mucho la de un niño que se llamaba Manuelito, se dice que murió aquí hace muchos años y la gente va y lo visita y le deja juguetes o rosarios, ya que dicen que es milagroso”, relató.

Por último, nos adentramos a las oficinas del mercado, ahí, su administrador Carlos Altamirano quien tiene 10 años trabajando, nos platicó un poco sobre sus funciones y como es un día normal en ese lugar.

7 Mercado 3“Aquí te puedes encontrar a todo tipo de gente, profesionistas, trabajadores, empleados, amas de casa, adultos mayores, niños, hay mucha variación, pero sobre todo, es gente apegada a las tradiciones, gente que les gusta lo tradicional, tu puedes venir a las cuatro de la mañana a la barra de la cafetería, y la vas a encontrar llena la mayoría de las veces, en el mercado hay más gente por las mañanas que por las tardes”.

Al igual que los dueños de los puestos, el administrador del mercado cuenta que también ha escuchado muchas historias del mismo ámbito, pero que nunca se ha encontrado con algo sobrenatural.

“Se dice mucho de leyendas y esas cosas, pero yo nunca he sentido nada ni he visto nada, sin embargo, aquí en la oficina falleció el anterior administrador”, relató.

La vida normal en el campo de trabajo de un administrador no es nada sencilla, así lo comentó Carlos, quien tiene que coordinar todas las actividades del mercado, que tiene desde que llega hasta cuando se va.

“Muchas veces llego en las mañanas y ya tengo mucho trabajo por hacer: los pendientes normales y los pendientes de las necesidades diarias que van surgiendo, así como revisar el trabajo operativo, el buen funcionamiento, la limpieza, el personal, los veladores, entre muchas cosas más, tengo que checar que todo esté en orden y que no haya ningún problema”.

Así concluimos nuestro recorrido por el mercado municipal, un lugar con una tradición que indiscutiblemente sobresale y que seguramente alberga muchas historias más que desconocemos.