
En Sonora, 66 mujeres han llegado al Congreso como diputadas propietarias y 143 como suplentes; contamos con la primera gobernadora del Estado; y desde 1973 que llegaron las primeras dos mujeres a gobernar municipios, solo 60 mujeres han gobernado en 46 de los 72 municipios
Por Bulmaro Pacheco
La dirigente obrera que por muchos años trabajara en Navojoa como costurera —en los almacenes (La Bengala) de la tienda La Francesa, de la familia Bouvet—, María de Jesús Guirado Ibarra, nunca imaginó que sería la primera mujer sonorense en llegar al Congreso del Estado después de la reforma constitucional impulsada por el presidente Adolfo Ruiz Cortines (1953), para otorgarle a la mujer el derecho a votar y ser votadas.
México llegó tarde a esa reforma que ya habían introducido en sus ordenamientos constitucionales países como Canadá (1917), Estados Unidos (1920), Uruguay (1927), España (1931), Chile (1934), Francia (1944) y Argentina (1947), entre otros.
Fue en la XLI Legislatura (1955-1958); en el primer tramo de gobierno de Álvaro Obregón Tapia. Guirado entró por el distrito de Álamos y llevó como suplente a Esther Padilla, del mismo gremio.
María de Jesús, hija de don Manuel Guirado y María Ibarra, nació en Álamos en junio de 1910. Aprendió el oficio y fue secretaria general del Sindicato de Costureras de Navojoa, perteneciente a la Confederación de Trabajadores de Sonora (CTS) en 1942. Había ingresado como miembro activo del sindicato en 1930.
En 1952 dirigió el Centro de Capacitación Femenil de Navojoa, y por la cercanía que la ligaba a través de su hermano Manuel, chofer del candidato y después gobernador del Estado, Álvaro Obregón Tapia (1955-1961), Guirado fue la primera mujer legisladora local en Sonora y una aguerrida diputada. Su actuación en el Congreso la impulsó para ser la primera secretaria general de la CTS en Sonora.
Murió en noviembre de 1987, y sus restos reposan en el panteón Yáñez de Hermosillo.

Impulsadas por Carlos Armando Biébrich, Alicia Arellano Tapia, en Magdalena y María Irene Ortiz Gastélum en Tubutama, fueron las primeras presidentas municipales de Sonora (1973-1976) a 20 años de la reforma.
Alicia Arellano venía de ser senadora de la República (la primera por Sonora) y diputada federal (también la primera por Sonora). Irene Ortiz, hija del comerciante Ramón Ortiz al que ayudaba en su tienda de abarrotes como empleada de mostrador, hacía mucha labor social.
Fue regidora del ayuntamiento en 1970 y al terminar su período constitucional se desempeñó como presidenta de la Junta de Progreso y Bienestar del municipio (1982), fue secretaria del Ayuntamiento de 1991 a 1994, y tesorera del Comisariado Ejidal de Tubutama en 1999, y de ese año a la fecha preside el Patronato pro Restauración del Templo de San Pedro y San Pablo, de la cabecera municipal. A los 78 años vive en su casa de siempre, en Tubutama.
Alicia Arellano Tapia sería en 1979 presidenta municipal de Hermosillo (la primera mujer en la capital). A los 91 años está retirada de la política y vive en Hermosillo.
La profesora María del Refugio Bracamontes Martínez, fue suplente de Jesús Encinas Gallegos por el II Distrito de Magdalena, en la XLIV Legislatura (1964-1967).

Enriqueta Montaño de Parodi fue diputada propietaria por el IV Distrito de Hermosillo en la XLV legislatura (1967-1970), llevando como suplente a Rita Silvina Agramont.
La profesora Guadalupe López Rodríguez fue diputada por el VII Distrito de Ures en la XLVI legislatura (1970-1973).
En la legislatura XLVII (1973-1976) retorna Rita Silvina Agramont de López —ahora como diputada propietaria— por el VII de Ures, llevando como suplente a Guadalupe Rico de Ramírez.
La XLVIII Legislatura (1976-1979) inaugura la presencia de dos mujeres por primera vez: María Jesús Valenzuela Torres por el X Distrito de Huatabampo y de nuevo como suplente —del dirigente de la CTM, Manuel R. Bobadilla—, Refugio Bracamontes Martínez.
En la XLIX Legislatura de la transición (1979-1982) destacaron cuatro mujeres: tres como suplentes y una como propietaria. Glenda Ramírez Orozco, propietaria por el distrito I de San Luis Río Colorado; Sandra Bojórquez, suplente por el distrito de Magdalena; Hilda Luz Schmidt García por Etchojoa; y Celia Enríquez Duarte por el de Sahuaripa, también suplentes.
Es hasta la L Legislatura (1982-1985) cuando se da la expansión: María del Carmen Flores de Soler y Alicia Borrego de González, como diputadas propietarias, y Bertha Burrola Morales, Guillermina Sotelo Bárcenas y María Elena Torres Alonso, suplentes.
Para la LI Legislatura de 1985 a 1988, aparecen como diputadas propietarias solo Ofelia González y Teresa Pandura del PST, y tres suplentes: Valentina Ruiz, Adriana Aceves y Gloria Ruiz.
Para 1988-1991, aparecen Cecilia Soto por el PARM y Rosalva Aguilar por el PRI, así como siete suplentes.
Entre 1955 y 1991, en 36 años, las mujeres habían ocupado 22 posiciones como suplentes y solo 12 como propietarias en el Congreso local.
Entre 1991 y el 2015, las mujeres ocuparon 54 posiciones como propietarias y 121 como suplentes.
En síntesis, y desde que se aplicó (1955) la reforma Constitucional para reconocer el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, en Sonora, hasta ahora (de un total de 473 posiciones en 21 legislaturas -de la XLI a la LXI: 1955-2015-) 66 mujeres han llegado al Congreso como propietarias y 143 como suplentes desde que el Congreso local se integraba por 9 diputados (1929-1970); después por 11 (1970-1979); posteriormente, por 15 más 5 de RP (1979-1982); 18 más 6 de RP (1982-1988); 18 más 9 (1988-1994); y 21 más 12 de RP a partir de 1997, y hasta ahora, que suman 33 los integrantes del Congreso local en 21 distritos de mayoría relativa y hasta 12 de representación proporcional.
En los ayuntamientos y desde 1973 que llegaron las primeras dos mujeres a gobernar municipios, solo 60 mujeres han gobernado en 46 de los 72 municipios de la entidad.
Al 2017, Sonora registra por primera vez en su historia la elección de la primera gobernadora del Estado, a la par que en los ayuntamientos se eligieron 63 mujeres en las sindicaturas con todo y su suplencia, así como 124 regidoras de mayoría con suplencia incluida, y 15 regidoras étnicas.
Al Congreso local llegaron 9 diputadas de mayoría relativa y 4 por la ruta de la representación proporcional.
En el proceso electoral del 2015 fueron postuladas 62 mujeres por los distintos partidos políticos, como candidatas a presidentas municipales. Sólo ganaron nueve; 4 del PRI, 3 del PAN, 1 del Verde Ecologista y 1 del Partido de la Revolución Democrática.
La elección del 2018 será atípica en Sonora por varias razones: Los partidos políticos deberán postular el 50% de mujeres candidatas a presidentas municipales. Igual será en los distritos locales y en los federales.
Los partidos que puedan postular candidatos en los 72 municipios deberán incluir un mínimo de 36. Por segunda ocasión en la historia habrá candidaturas independientes, y hay 37 de 72 municipios donde el porcentaje de 3% de la lista de electores exigido para el registro de los aspirantes requiere de menos de 100 firmas. En los distritos electorales locales hay un máximo de firmas de 3,295 y un mínimo de 2,569.
¿Ayudarán las cuotas de candidaturas a mejorar la movilidad política y los métodos de postulación de candidatos en los partidos políticos? En el pasado, las cuotas de candidaturas por sector o fuerza representativa (grupos o sectores) dentro de los partidos, fortalecieron a las oligarquías internas y a los grupos de poder en detrimento de la democracia dentro de los partidos, y fomentaron la petrificación de candidatos y el transfuguismo de quienes optaban mejor por otros partidos ante la negativa a hacer tiempo en las listas de espera.
En el futuro inmediato, las cuotas de candidaturas deberán ser analizadas con sumo cuidado para evitar el predominio de los grupos de interés, sobre las bases partidistas o las exigencias de postulaciones en “donde puedan ganar”, olvidando quienes así lo exigen, que la política es y ha sido históricamente una dura lucha diaria contra la realidad, donde ahí, más que en ninguna otra parte, nunca ha existido la predeterminación histórica o electoral o de coyuntura que signifique el conocimiento de antemano de los resultados electorales.
Bienvenidas las medidas que lleven a operar en el terreno de los hechos las políticas de igualdad de género y el incremento de la participación femenina a todos los niveles. Son esas reformas —junto con la de la elección consecutiva en lo local—, las que estarán a prueba el próximo año.
bulmarop@gmail.com