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Neomarxismo, la salida del closet de la izquierda

Los fundamentos filosóficos de las teorías radicales de género son la revolución sexual, el freudomarxismo, la interpretación reductiva de la historia y “Desconstruir para resignificar

Por Dr. Jorge Ballesteros

La frase aquella de Ronald Reagan “el comunismo ha quedado en el basurero de la historia”, desgraciadamente solo fueron buenos deseos, ya que el comunismo no desapareció por completo con la implosión de la URSS, sino que se metamorfeó en una nueva forma, igual de letal y perversa, que es el neomarxismo cultural.

En 1989, la inminente disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dejaba en orfandad ideológica y financiera a gobiernos y agrupaciones marxistas.

Perdidas las banderas de lucha de clases, el marxismo desnudo corrió a fabricarse nuevas o apropiarse de ajenas.

Tomaron otros caminos para reciclarse, entre cientos de organizaciones que surgieron desde los noventa (ongs, fundaciones, asociaciones, coordinadoras, comisiones, redes, movimientos, federaciones, etc.), crearon las suyas con fraseología democrática identificándose con liberales estadounidenses, europeos, y organizaciones internacionales proveedoras de fondos.

Así iniciaron la embestida a creencias y tradiciones, apuntando mensajes a jóvenes y mujeres, empujando el aborto provocado, ideología de género, matrimonio entre homosexuales, feminismo lésbico, cambio de sexo, pedofilia, prostitución, drogadicción, ecologismo antihumano.

Se abocaron a crear y reclutar nuevos “revolucionarios”, a través de la llamada ideología de género,  pasando “de una lucha de clases a una lucha por la cultura”. Dejó de reclutar “obreros explotados” y comenzó a capturar “almas atormentadas o marginales” a fin de programarlas y lanzarlas a la provocación de conflictos bajo excusas de apariencia noble.

Es una nueva izquierda que ya no busca movilizar a una clase obrera que entendió que el sistema capitalista da oportunidades para el desarrollo, sino que busca definir a “sujetos” a partir de criterios culturales.

Hoy la lucha es cultural de la nueva izquierda y dentro de esa lógica la “ideología de género” es una de las armas culturales más potentes.

La ideología de género es una teoría que rompe la relación lógica entre las dimensiones biológica, psicológica y social de la sexualidad. Por ello, esta ideología dice que cualquier forma de sensación o comportamiento sexual es equivalente entre sí. Es hoy la punta de lanza de una Revolución Sexual que desde los años 60 se pretende imponer al mundo entero.

Los fundamentos filosóficos de las teorías radicales de género son la revolución sexual, el freudomarxismo, la interpretación reductiva de la historia y “Desconstruir para resignificar”.

La Ideología de Género afirma que el sexo “… es una construcción cultural; por consiguiente, no es resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo… el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino…”. Es decir, la ideología de género niega la importancia a la diferencia genital entre hombre y mujer… la mujer (femenino) no nace se hace, de igual manera, el hombre (masculino) no nace se hace.

Es la absoluta “revolución sexual de clases”, que pretende que la distinción de sexos desaparezca. El absoluto control de la reproducción por parte de la mujer, incluyendo el aborto a petición. La total liberación sexual, incluyendo el derecho absoluto a tener relaciones sexuales con otros individuos sin importar la edad, el número, el estado civil, los vínculos familiares o el sexo. En definitiva, la sexualidad se convierte en un juego, en un pasatiempo, y en una finalidad en sí misma.

Son el blanco, el ataque y la transformación de la familia como base de la sociedad, las creencias religiosas, la moral y en general toda la cultura.

Es una ingeniería social que pretende una deconstrucción de la conciencia misma de la persona, al substituir su cultura y cambiar sus valores, sus creencias, su moral, su lenguaje, sus hábitos, la concepción del mundo, de su naturaleza humana, de la biología, de su sexualidad, etc.

Es una ideología perversa, propia de mentes enfermas y degeneradas como sus creadores enfermos mentales y depravados sexuales. Paso demostrar lo anterior:

Wilhelm Reich, seguidor de Marx y Engels pero sobre todo discípulo de Freud. Fue favorable a la revolución sexual y a la tarea de facilitar el divorcio y destruir la familia por ser parte del «capitalismo represor» del que deriva el «mito de la sexualidad procreadora».

Fue impactado en gran parte porque su mamá se suicidó traumada por haber violado a un niño de trece años y haber tenido relaciones con el preceptor. Posteriormente también se suicidó su padre.

Toda la obra de Reich es antipatriarcal, criticando la familia como «autoritaria».

Fue expulsado del partido comunista alemán y luego perseguido en Estados Unidos por las terapias que aplicaba en sus clínicas, sometiendo a mujeres con problemas psicológicas y abusando sexualmente de ellas. Cometió también actos de bestialismo.

Alfred Kinsey, practicó el sadomasoquismo y la pedofilia.

Recopiló su pensamiento en su obra «El comportamiento sexual en el hombre». En dicho estudio cometió un gran fraude con las estadísticas a fin de demostrar que la mayoría de las personas padece una perversión sexual: el 37% de los hombres tuvieron relaciones homosexuales en la adolescencia, 18% mantuvieron relaciones homosexuales por al menos tres años entre las edades de 16 a 55 años, etc… Lo que Kinsey nunca dijo es que esas entrevistas y estudios las hizo entre la población carcelaria, por lo que no son representativos de la sociedad.

Georges Bataille, admirador del Marqués de Sade, partidario del satanismo orgiástico, propagó las bondades de los sacrificios humanos rituales.

Michel Foucault, es el teórico del «erotismo narcisista» basado en la consideración de que «el hombre soberano es un asesino en potencia», por lo que el sadismo sexual es la consecuencia más depurada de la sexualidad.

Uno de los más reputados ideólogos de género, seguidor también de Nietzsche y Sade, homosexual obseso, también miembro del partido comunista.

Fue iniciado en los Estados Unidos en el sadomasoquismo homosexual y en el consumo masivo de drogas de todo tipo. Intentó varios tipos de suicidio y nutrió un intenso odio por su propio cuerpo que le llevaba a despellejarse con una cuchilla de afeitar.

Margaret Sanger, fundadora de Planed Parenthood, la multinacional del aborto. Abandonó a sus propios hijos dejándolos en la indigencia, se la pasaba en relaciones sexuales de forma irrefrenable, fue defensora de la eugenesia.

Terminó en delirio alcohólico en una clínica, casada con un multimillonario, si bien tuvo relaciones con otros millonarios de quienes obtuvo los recursos para su fundación.

Amelia Valcarcel, quien tematizó el código moral como el «derecho al mal» de las mujeres: éstas deben reivindicarse contra los valores patriarcales y abandonar la dulzura femenina para adoptar su derecho al mal.

Bruno Mattei, quien plasmó el erotismo como expresión de puro odio en un sinnúmero de escenas gore.

Shulamith Fireston, autora de «La dinámica del sexo», texto básico del feminismo. Hizo de la supresión de la familia su objetivo prioritario. Para ella, la maternidad representa la «opresión radical» que sufre la mujer debido a la «servidumbre reproductiva determinada por la biología», misma que es necesario suprimir.

Kate Millet, se convirtió en lesbiana por razones ideológicas, al considerar que el papel de los hombres en el sexo es de dominio. Por ello es preciso cuidar la disposición de los cuerpos durante el acto sexual, cuidando que ninguna de las personas esté encima de otra en la cama, sino en paralelo. Millet, ha tenido que ser ingresada varias veces al psiquiátrico, dictaminada con depresión maníaca y esquizofrenia, y ha intentado el suicidio en diversas ocasiones.

Elisabeth Fisher, amiga de Millet, bohemia radical hippie, fundadora de «Aphra», el primer periódico feminista, se terminó suicidando, al igual que su amiga cubana María del Drago, y al igual que su otra amiga feminista Ellen Frankfurt.

Nos baste estos ejemplos como botón de muestra de la insania de los teóricos de la ideología de género, que están envenenando a nuestra cultura, y con la cual el neomarxismo cultural vuelve por sus fueros en la conquista de las naciones.