Semalulukut: Niños de pies ligeros y gran corazón

El grupo de danza “Semalulukut”, integrado por estudiantes con capacidades especiales, presentó el espectáculo “México Mágico”
Por Yesúa Molina
La pareja frente al público sudaba mientras sonaba la bamba, el caballero y la dama no dejaban de seguir el ritmo del baile veracruzano hasta enlazar el moño con los pies.
En el jardín del Museo de Arte de Sonora (MUSAS), el grupo de danza folclórico “Semalulukut” festejó su Segundo Aniversario con el estreno del baile “Sonora Bronco”.
Las mujeres con flores colocadas en la cabeza salían vestidas de blanco para interpretar el son del Guateque. A la siguiente pieza, el atuendo era otro: frondosas faldas con un mandil y abanico en mano, grandes aretes que distinguen la vestimenta tradicional del estado de Veracruz.
Los hombres caracterizados de viejitos arrancaron la simpatía del público cuando interpretaron el baile típico de Guerrero y caracterizados por sus propios medios se convirtieron luego en danzantes del venado sonorense, casi al final del evento.
El programa transcurrió durante una tarde agradable, festejando el empeño de los 14 jóvenes estudiantes del Centro de Educación Especial Capún, que desde hace dos años practican los bailes típicos mexicanos para presentarse frente al público.
Además de mostrar su talento, en esta ocasión el grupo “Semalulukut” presumió de haber participado en el programa PACMYC 2016 de Culturas Populares, recurso que les sirvió para adquirir atuendos y seguir con empeño sus clases de baile.
César René Cruz Guillen, director del grupo busca la difusión a la cultura así como la inclusión de los jóvenes en actividades cotidianas.
“Una polka es complicada, levantar las manos, levantar los pies, girar, es la prueba de fuego este día”, comenta mientras sus alumnos se preparan detrás del escenario.
Junto a las psicólogas Claudia Cruz, Claudia Romo y Sarahí Villarreal, trabajan con muchachos de cualquier capacidad intelectual, predomina la de síndrome de down, autismo y las demás varían, entre parálisis cerebral, síndrome de Asperger y Prader-Willi.

El baile resulta estimulante ya que les brinda herramientas para poder tener una vida independiente.
Zaira Miranda Gómez es de las iniciadoras de Capún, sus orgullosos padres Rafael Miranda y Sofía Gómez acudieron con entusiasmo al evento.
“A ellos les sirve porque son personas que no pueden estar sin hacer nada después de la escuela, ellos se quedan ensayando y los fines de semana ensayan de 9 a 1 de la tarde, lo que hemos notado es que ella se desenvuelve mejor, es independiente, todo lo hace sola y se siente importante”, indica Sofía.
En Capún los alumnos aprenden a ser autosuficientes, a valerse por sí solos independientemente de la discapacidad que tengan.
René Adrián Rosas Tapia, de 23 años, se integró apenas hace un mes al grupo. Sus primos, tíos y abuelos, presenciaron en primera fila el baile, que sus padres, Laura Alicia Tapia y Mario Rosas Campillo definieron como una sorpresa para todos.

Geraldine Gámez Gómez es muy dedicada y responsable, le gusta ser puntual en sus ensayos y en varias ocasiones ha viajado a presentaciones junto a sus compañeros, sus padres Francisca Gómez y Carlos Gámez Peñúñuri coinciden en que a ella le apasiona el baile y la actividad resulta alentadora.
El espectáculo resultó fascinante para el público, quienes ovacionaron ese esfuerzo y entrega. Los rostros emocionados de los artistas de “Semalulukut” eran muestra de gratitud.