No es tequila, no es mezcal, es Bacanora!

Orgullo sonorense que busca conquistar al mundo
Por Ileana Bernal
De color cristalino, aroma ahumado y sabor intenso, el bacanora es mucho más que un destilado: es símbolo de resistencia, identidad y tradición en Sonora. Se toma “derecho”, con quien vale la pena y en una charla amena.
Producido exclusivamente a partir del agave yaquiana o Agave angustifolia Haw, el Bacanora ha evolucionado de bebida clandestina a emblema cultural, con denominación de origen, presencia en mercados internacionales y una nueva propuesta para extender su producción a todo el estado.
Una historia marcada por la ilegalidad
Durante más de 70 años, la producción de bacanora fue prohibida en Sonora. Desde 1915 hasta 1992, la ley estatal lo consideró una bebida ilícita, lo que obligó a sus productores a destilarlo en la clandestinidad, en lo profundo de la sierra, con métodos rústicos y mucha pasión. No fue sino hasta 1992 cuando el Congreso del Estado derogó la prohibición, y finalmente, en 2000, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) otorgó la Denominación de Origen Bacanora (DOB) a 35 municipios del este de Sonora.
Expansión y reconocimiento internacional
Actualmente, el Bacanora es reconocido como una bebida única dentro del catálogo de destilados de agave de México, junto al tequila y el mezcal. Sin embargo, su producción es mucho más limitada: mientras que el tequila produce más de 500 millones de litros al año, el Bacanora apenas supera los 400 mil litros anuales, de acuerdo con el Consejo Sonorense Regulador del Bacanora (CSRB).
Este año, la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su respaldo a la propuesta de ampliar la Denominación de Origen del Bacanora a los 72 municipios de Sonora, con el objetivo de fortalecer su exportación, certificación y posicionamiento global.
La iniciativa se sustenta en un estudio técnico e histórico realizado por la Universidad de Sonora, que demuestra que el agave yaquiana ha sido cultivado en todo el estado durante más de 225 años. La titular de la Oficina del Ejecutivo estatal, Karla Paulina Ocaña Encinas, afirmó que la expansión “no solo protege la herencia cultural, sino que refuerza la cadena productiva y abre puertas al mercado internacional”.
¿Cómo se produce?
El Bacanora se elabora de forma tradicional. Los productores cosechan el agave silvestre, que tarda de 6 a 8 años en madurar. Las piñas se cocinan en hornos subterráneos con leña durante varios días, luego se machacan manualmente o con tahona, se fermentan naturalmente y se destilan en alambiques de cobre. Este proceso artesanal garantiza un perfil sensorial único, distinto al del tequila o el mezcal.
Un impulso a las comunidades rurales
La producción de Bacanora está fuertemente ligada a comunidades rurales en la sierra sonorense. Muchas de las marcas artesanales son gestionadas por cooperativas, familias e incluso lideradas por mujeres. La cadena productiva impulsa la economía local al generar empleos en campo, destilación, embotellado y comercialización.
Bacanora, sabor que cuenta historias
Con cada sorbo de Bacanora se saborea parte de la historia sonorense: la lucha por mantener vivas las tradiciones, el espíritu rebelde de su gente y el valor de una identidad que resiste al olvido. Hoy, este destilado está listo para escribir su próximo capítulo: llevar el sabor de Sonora al mundo.
Datos clave del Bacanora:
• Municipios con Denominación de Origen actual: 35
• Propuesta de ampliación: 72 municipios (todo Sonora)
• Producción anual promedio: 400 mil litros
• Número de productores registrados: Más de 70
• Empresas certificadas: Alrededor de 30, muchas familiares
• Mercados internacionales: Estados Unidos, Alemania, Japón, Canadá
• Precio promedio: De $400 a $1,200 MXN por botella (según la marca y tipo)