Dardos

Ocurrencias sobre ruedas en Hermosillo

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Para entender los problemas del transporte urbano en Hermosillo es indispensable viajar en camiones: esperar media hora en el frío a ver si te “levantan”, subir por la puerta de atrás y apachurrarte entre el pasillo, gastar tu salario del día en un taxi para no llegar tarde al destino, viajar apretujado rezando porque no vaya a estornudar el de enseguida que no trae bien puesto el cubrebocas, y otras tantas más peligrosos aventuras que se viven a bordo de las unidades.

Por eso es visto como una ocurrencia cuando las autoridades plantean, según lo indicado para la fase de “Código Rojo” por Covid, que el transporte público debe llevar un 25% de aforo. La realidad en las calles, es distinta a como se ve desde las oficinas.

De entrada, se debe considerar que no circulan las unidades suficientes. Expertos en el tema, como la agrupación Vigilantes del Transporte, calculan que para cumplir con el protocolo debería ir por camión entre 10 y 15 personas. Algo que evidentemente no ocurre.

Los mismos Vigilantes, revelan que actualmente se mueven alrededor de 230 unidades, a todas luces insuficiente para cumplir con el propósito.

La segunda ocurrencia fue paralizar la ciudad a las ocho de la noche, incluyendo el transporte público. Y créame que entiendo la preocupación de las autoridades para disminuir los contagios, pero en este tema en particular, claramente no hicieron la tarea. ¿A caso pensaron que por tele transportación todo Hermosillo aparecería en su casa y listo?

Y aunque después rectificaron que el horario de camiones se extendería a las nueve y media de la noche, quedó en evidencia que falta coordinación trasversal, pero sobre todo ver hacia la gente… Algunos le llaman sensibilidad.

Es cierto que todos debemos contribuir a disminuir la movilidad, es un acto responsabilidad en estos críticos momentos que vivimos, pero también se deben poner todos los medios posibles para que se cumpla. Es una larga cadena que empieza por la autoridad, pasa por la empresa concesionaria y termina en el usuario. ¿Dónde cree que se deba hacer ajustes?

DARDO FINAL… Resulta curioso que diputados locales y federales andan con toda la efervescencia política (como es su naturaleza) pero se olvidan de la chamba. Ahí tienen a una diputada María Dolores del Río que ya figura como coordinadora de precampaña de Alfonso Durazo en Morena, y hasta sale a dar ruedas de prensa. Solo una duda: ¿Cuánto tiempo le dedica a esa nueva chamba? Porque hasta donde tengo entendido sigue cobrando su cheque por allá en el Congreso del Estado y no son cinco pesos… Pero en fin, así es la fiebre electoral.