Persiste polución a un mes del derrame
Un mes no fue suficiente para eliminar los niveles elevados de metales pesados de los ríos Bacanuchi y Sonora, ya que los 60 puntos monitoreados a lo largo de 270 kilómetros de cauces naturales aún arrojan resultados no satisfactorios.
Más de mil 100 muestras revelan resultados por encima de la norma para consumo humano, indicó el delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), César Alfonso Lagarda.
El funcionario federal consideró que las lluvias pueden diluir la presencia de metales como cobre, fierro, manganeso y aluminio, pero también podría ocurrir lo contrario y activarse.
Una falla masiva en el represo «Tinajas 1» de la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México, derramó el 6 de agosto al menos 40 mil metros cúbicos de lixiviados de cobre, una solución ácida cargada con iones de fierro, aluminio, manganeso y otros metales.
Al circular por los cauces, el ácido activó otros metales que fluyeron aguas abajo y llegaron a Arizpe el 7 de agosto, un día después a Banámichi y el día 13 llegaron a la presa «El Molinito», en Hermosillo.
El paso de la corriente tóxica orilló a la Conagua a suspender la operación de 320 pozos de agua en la región.
Por su parte, Grupo México informó ayer que han recuperado más de mil 170 metros cúbicos de material contaminado con metales pesados de las cuencas de los ríos Sonora y Bacanuchi, que están siendo depositados en presas de jales de Cananea.
Enrique Valverde Durán, director de salud de la empresa, precisó que las cuadrillas han recorrido 92 kilómetros, lo que representa un avance del 36 por ciento en la limpieza de los ríos.
Especialistas consultados señalaron que el retiro de material contaminado es apenas una fase del proceso de limpieza de los ríos tras el derrame.
El Diputado federal Manlio Fabio Beltrones propuso endurecer las penas por daños ambientales para que tragedias como el derrame tóxico de la mina de Grupo México no se vuelvan a repetir.
El legislador consideró irrisoria la multa de 40 millones de pesos a Grupo México por derramar 40 mil metros cúbicos de químicos al Río Sonora.
«Los más duros y ofendidos piensan que se debe incluir el retiro de la concesión; hay otros quienes hablan en materia de suspensión, mientras se limpia la materia afectada, y muchos otros más que miramos hacia adelante para que esto nunca más vuelva ocurrir», expresó.
Rolando Chacón/EL NORTE