Por milagro se volvió devota a la Virgen de Guadalupe

Todos los años miles de hermosillenses, como la señora Teresa, acuden con fe al Cerro de la Virgen a agradecer los favores recibidos por la Patrona de los Mexicanos
Por Gerardo Moreno Valenzuela
La señora Teresa de Jesús Ruiz Cazares tiene ya 26 años continuos sin fallar su peregrinación a pie y rezo del Santo Rosario en la cima del Cerrito de la Virgen de Guadalupe de Hermosillo, gracias a que la morenita del Tepeyac le hizo el milagro que su hija viviera y esté sana, por eso cada año hace todo lo posible por cumplirle en su día y de a diario profesar su fe.
Teresa de Jesús conoció a la Virgen de Guadalupe desde muy pequeña, por sus papás, ella es originaria de Tepache, Sonora, pero a los seis años se vino a vivir a Hermosillo, junto a sus padres.
Ya aquí decidió dedicarse a ser enfermera, un trabajo que ejerció durante más de 28 años en el Hospital de Gineco–pediatría, en el turno de noche, muchos años en el área de terapia intensiva. Aquí se casó y comenzó su familia. Y siempre estuvo presente el misterio de la Virgen de Guadalupe.
Por eso, en 1986, cuando se embarazó de su primera hija dijo que, si era mujer se llamaría Guadalupe, en honor a la virgen. Sin embargo, al momento de llegar al hospital se puso muy mal y el médico tomó decisión de que naciera por cesárea, entonces al ser mamá primeriza y toda la situación se puso muy nerviosa y decidieron ponerle anestesia general. Ahí perdió el conocimiento.
Resulta que la niña tuvo problemas para respirar al nacer y no le latía el corazón, fue necesario reanimarla y que entrará en incubadora. Cuando la Señora Teresa se despertó, le platicaron todas las complicaciones pero que a pesar de eso la bebé estaba bien y sana, entonces supo que fue por prometer en nombre a la virgen de Guadalupe que se salvó y le hizo el milagro que saliera viva.
“Cuando desperté me dijeron que la niña nació sin respirar, nació muerta porque le cayó mal la anestesia, pero ya la revivimos, la entubamos, le sacamos las flemas y la metimos a la incubadora y ya está lista, entonces dije yo: fue gracias a la Santísima Virgen, me la salvó porque le prometí su nombre…”.
“Le prometí ir a la Basílica a agradecer, pero no había podido hasta que me jubilé en 2010. Fui a la Ciudad de México y fui a la basílica a darle gracias y en el libro que tienen ahí escribí mi historia”.

La tradición personal de acudir al Cerrito de la Virgen el día 12 de diciembre, nació cuando su hija más pequeña tenía seis meses y se enfermó muy fuerte de una infección respiratoria y estuvo internada una semana, ahí le pidió a la Virgen que la salvara y de nuevo le cumplió el milagro.
“Le volví a decir a la Virgen, que se alivie mi hija, porque yo tengo que trabajar, y se alivió. Entonces ahí pensé, le he pedido muchos favores a la Virgen y yo no le he hecho ningún favor a ella, entonces un día que fue a trabajar un 12 de diciembre, pensé voy a pedir un pase para salir a las 6:00 de la mañana y voy a ir en camión hasta el tianguis y de ahí irme a pie al cerrito a agradecer y sí, me dieron el pase, agarre el ruletero, me bajé del tianguis y me fui a pie”.
Y platicó que todavía la Virgen actuó a su favor, porque después de cumplir su visita se estaba regresando de nuevo a pie, y ese día su esposo fue por sus hijos con su suegra y su mamá le preguntó dónde estaba su esposa, y le dijo que fue al cerrito y entonces le dijo que fuera por ella y ya fueron y la encontraron en camino y se regresaron juntos a su casa.
“De ahí pa’l real me propuse yo, todos los años voy a ir. Duré tres años yéndome yo sola. Me iba a las oficinas de Correo o a veces hasta el Gallo y de ahí me iba a pie hasta el cerrito de la virgen, luego una vecina supo que todos los años iba y me dijo que quería ir y me dijo voy contigo y ella me acompañó muchos años”.
Desde entonces siempre ha sido fiel a la virgen de Guadalupe, incluso en medio de su sala tiene una imagen grande y todos los días le reza una oración, un rosario o algún agradecimiento por todas las bendiciones recibidas.
En 2019 su esposo se puso muy mal, una enfermedad terminal y le pidió a la guadalupana que, si ya era voluntad de Dios llevárselo que no sufriera tanto, y finalmente su marido se fue tranquilo.
Ese mismo año de nuevo fue al cerrito de la Virgen a agradecerle todos los favores y bendiciones que le ha concedido. Durante 26 años ha acudido al cerrito sin fallarle. Incluso el año 2020, que estaba las medidas de la pandemia, vio en las noticias que permitirían que visitar a la Virgen hasta el día 10 de diciembre y entonces ese día se fue de nuevo sola a pie desde El Gallo hasta el cerrito.
“Por la pandemia nadie quiso ir, entonces me aventé yo sola, agarré el camión, me bajé en correo y de ahí me fui al pie. No había nadie, yo sola me la aventé hasta allá, llegué, una soledad, muy triste el camino, pero subí al cerrito y ahí cinco personas y yo, les dije si querían rezar el rosario y lo rezamos”.
Es que desde que se jubiló de ser enfermera en 2010, todos los días 11 de diciembre acude a una peregrinación que se hace a la Iglesia y se queda a la velación que se hace hasta medianoche y al otro día, para las 9:00 de la mañana acude, a pie, al cerrito de la Virgen.
Ya el 2021 que volvió a tocar ir al Cerrito, de nuevo se vio muchísima gente visitando el cerrito de la virgen en Hermosillo y este año, de nuevo, planea acudir puntual a hacer la caminata desde el Gallo, subir al cerro y rezar un rosario en agradecimiento a la Virgen de Guadalupe, ya sea acompañada o sola.
“Espero en Dios este 2022 voy a volver a ir, ya veré si salgo del Gallo o de correo, pero voy a ir y de que llego, llego, porque es mucha la devoción, porque a mí me ha hecho muchos favores La Virgen, pido en el rosario que todos seamos Guadalupanos”.
Comentó que ella es testigo de lo milagrosa que es la virgen de Guadalupe a quien le pide con fe, además, hay muchos testimonios ahí mismo el cerrito y por eso pide a las personas que no crean que simplemente le pidan.
“Para que vean el poder de la Virgen que pidan algo, hagan una manda a la Virgen y verán que cuando ya se los concedan vayan y cumplan la ida al cerrito para agradecerle. Si vas te encuentras muchas personas repartiendo aguas, tamales y demás, que te dicen que es porque le prometieron a la virgencita ayudar a sus peregrinos y ella les concedió el milagro”.