Provocan casetas ‘vía crucis’ al ganado
Cada caseta que deben cruzar alrededor de 3 millones de reses para llegar a su destino es un calvario tanto para quienes las llevan como para el ganado.
¿La razón? revisiones sanitarias para impedir que se lleven enfermedades de un estado a otro.
La realidad, según ganaderos, un trámite tortuoso y costoso.
Para llegar de Chiapas a Mexicali, donde está su rancho de engorda, Carlos Gratianne, dueño de Ganadera Mexicali, pasa por cinco casetas de control fitozoosanitario.
La última, la de Sonora, dice, es un infierno para el ganado y un desfalco para el ganadero.
«Te obligan a bajar a los animales para revisar que no tengan garrapata, cuando ya han sido revisados desde que salen y en el resto de las casetas.
«Te hacen bañarlos con agua helada, a veces está a 2 grados de temperatura, que además a veces tiene otras sustancias y el ganado se intoxica, lo cual es cruel; y si quieres evitar el baño, te cobran una cuota de mil pesos por jaula», describió.
Entre las mermas de peso, los daños que sufre el ganado, las enfermedades que llegan a adquirir y las «cuotas» que pagan por evitar el baño, los ganaderos de Mexicali pierden alrededor de 35 millones de pesos al año, por las cerca de 350 mil cajas que movilizan hacia esta región.
«Nomás a mí, me sale entre 8 y 8.5 millones de pesos el chistecito, y todo por los controles que tienen ahí, que no tienen lógica porque el ganado ya viene revisado y certificado desde que sale de su lugar de origen», contó.
En el recorrido que los camiones cargados con los bovinos hacen, en ocasiones desde la Península de Yucatán a los estados del norte, o incluso de Tamaulipas hacia el sur, los ganaderos están sujetos a extorsiones e, incluso, a la pérdida total de sus animales.
«Es una letanía, son demasiados puntos de control en los que muchas veces es necesario bajar todo el ganado de los camiones y a veces hasta los tienes que bañar, y en todo ese proceso el ganado se daña, se lastima, pierde peso y con ello también valor, en ocasiones se enferman y mueren en el trayecto o al poco tiempo de llegar a su destino en algún estado norteño», detalló Álvaro Ley, presidente de Corrales Santa Cecilia.
El problema es reconocido por las propias autoridades sanitarias del País y como paliativo han establecido un procedimiento de movilización flejada de ganado bovino, del que apenas comienzan a verse resultados.
Éste inició en octubre de 2013, y en una primera participan sólo usuarios registrados voluntariamente ante la Dirección General de Inspección Fitozoosanitaria, del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Arturo Calderón, director general de Inspección Fitozoosanitaria, detalló que en las movilizaciones que se han llevado a cabo de octubre a la fecha, en promedio, las mermas por movilización se han disminuido en 3.1 por ciento, que en valor se traduce en un ahorro de 21 mil pesos en pérdidas por cada jaula (cargamento) de ganado.
Enrique Sánchez Cruz, titular del Senasica, aseguró que la meta para este año será que alrededor del 50 por ciento de los 3 millones de cabezas de ganado que se movilizan a través de puntos de control lo hagan bajo este nuevo esquema.
De acuerdo con Senasica, dicho proceso consiste en que el cargamento sea verificado y certificado en su lugar de origen por personal del organismo, el cargamento queda flejado y sellado.
Mientras dichos sellos no se rompan hasta su destino final, no se requiere de nuevas revisiones en cada punto de control.
REFORMA