¿Quién autorizó a Peña Nieto a negociar en lo oscurito?
Si aceptamos con los brazos cruzados que Trump construya su muro, estaremos aceptando y exhibiendo ante todo el planeta lo dicho por el orate que gobierna a la Unión Americana: que los mexicanos somos criminales
Por Feliciano J. Espriella
Los más abyectos acuerdos de México con la Unión Americana han sido fruto de negociaciones tras bambalinas, en lo oscurito. Recordemos uno de ellos, firmado por nuestro coterráneo Álvaro Obregón Salido, al que se le conoce como los “Tratados de Bucareli”.
En el año de 1923, el entonces presidente Obregón, urgido de que Estados Unidos lo reconociera como presidente, firmó con ese gobierno el 13 de agosto de 1923 los que muchos mexicanos han considerado infamantes tratados de Bucareli.
Según los críticos de este acuerdo que no pasó en ninguno de las dos naciones por la aprobación de sus respectivos congresos, como debió haber sucedido, constituye uno de los hechos más vergonzosos para México. Obregón entregó dignidad, decoro y soberanía nacional a cambio del reconocimiento de su gobierno. Otorgó a los extranjeros los derechos que no tenían los mexicanos.
Acerca de estos tratados, nuestro también compatriota y ex presidente Adolfo de la Huerta, quien formaba parte del gabinete obregonista como Secretario de Hacienda, consideró que el tratado violaba la soberanía nacional y sometía a México a «condiciones humillantes». De la Huerta acusó a Obregón de traición a la patria, mientras que él, a su vez, fue acusado de incompetencia en el desempeño de su cargo y depuesto.
El cuadro de aquel entonces era muy similar al actual. Un presidente mexicano debilitado y muy urgido de fortalecerse, enfrentado a un gobierno que intentaba a toda costa responder a muchos de los reclamos de sus ciudadanos.
Una llamada telefónica que causa escalofríos
En lo personal sentí una gran aprensión cuando escuché a Peña Nieto decir que platicó por espacio de una hora con Donald Trump y llegaron a algunos acuerdos ¿Qué tanto puede acordar un blandengue presidente que no ha podido ni controlar a sus subordinados con un bulleador profesional que acostumbra poner de rodillas a aquellos con quienes afronta? ¿Qué tipo de acuerdos pueden salir de enfrentar a la caperucita con el lobo feroz durante una hora?
El comunicado de la residencia oficial de Los Pinos en relación a la llamada de Peña Nieto y Donald Trump, sobre el pago del muro fronterizo textualmente dice: “Ambos presidentes reconocieron sus claras y muy públicas diferencias de posición en este tema tan sensible y acordaron resolver estas diferencias como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral. Los presidentes, también convinieron por ahora, ya no hablar públicamente de este controversial tema”.
Allí está el detalle, como diría el genial Mario Moreno “Cantinflas”. Si ya no lo van a ventilar públicamente y lo van a resolver como una parte de todos los aspectos de la relación bilateral, significa que lo van a hacer en lo oscurito. Donde se gestan las grandes iniquidades y traiciones.
El tema no era el pago, sino el muro
Por otra parte, lo más grave de la llamada telefónica no es el acuerdo para negociar a espaldas de la nación el asunto del pago del muro, sino la tácita aceptación de su construcción. Si el tema para Peña Nieto es el pago del infamante muro, queda implícito que ya aceptó la construcción del mismo, y eso, además de ignominioso y denigrante, es algo que los mexicanos no hemos aceptado ni aceptaremos jamás.
Nos denigra. Nos humilla. Si aceptamos con los brazos cruzados que Trump construya su muro, estaremos aceptando y exhibiendo ante todo el planeta lo dicho por el orate que gobierna a la Unión Americana: que los mexicanos somos criminales, violadores, ladrones y muchas lindezas más.
No presidente Peña Nieto. El tema de la construcción del muro no es negociable, ni siquiera discutible.
Se nos fue Manuel Romo, un gran artista y amigo entrañable
El pasado lunes se nos adelantó en el viaje eterno Manuel Romo Encinas, un gran amigo y artista sonorense de gran trayectoria. Fue un excelente pintor con una extraordinaria sensibilidad artística, promotor cultural de eventos y exposiciones en nuestro Estado; participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas en México e Italia.
Realizó estudios en la Escuela de Bellas Artes (El Nigromante) en San Miguel Allende, Guanajuato y de educación artística en la Universidad de Sonora, así como cursos de artes plásticas, acrílico, óleo sobre tela y acuarela.
Fue hijo de otro ilustre pintor orgullo de Sonora, Manuel Romo Rodríguez (QEPD), de quien no sólo heredó el don del arte y la creatividad, sino también su desinteresada entrega para difundir y darle realce a las manifestaciones artísticas de quienes como ellos, requieren de espacios para llevar su arte a públicos que los valoren.
Fue durante tres años presidente de la Asociación Sonorense de Artes Plásticas, A.C. (ASAP).
Fue sobre todo un extraordinario ser humano, padre y esposo ejemplar. Mis más sentidas condolencias a su viuda, mi entrañable amiga Silvia González Ascencio, sus hijos y nietos, QEPD.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.