Dardos

¿Quién será el ‘grinch’ en esta Navidad?

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

SE TIRAN la bolita entre el municipio, el estado y la federación para aplicar medidas restrictivas según el Semáforo Epidemiológico y así frenar la nueva ola de contagios de Covid-19. Nadie quiere cargar con el costo político de volver a encerrar a la gente.

Pero la situación es clara, como los expertos en salud ya lo habían anunciado, el coronavirus ahí estuvo y regresó con más fuerza en las últimas semanas.

Según el “Dashboard Unison Covid-19 Sonora” que se elabora con información de la Secretaría de Salud, durante el mes de noviembre se acumularon 4,796 casos. Y para darse una idea del crecimiento, en tan solo en una semana se registró 804 nuevos contagios. Y como usted sabe, el frío será factor determinante.

Pero eso no es todo, en medio del esta creciente curva, se observa un dato que ha encendido las luces de alerta en todas partes. Se trata de las camas disponibles para atender a los pacientes más graves.

Y es que al 30 de noviembre en Sonora se tenían 766 camas disponibles en hospitales, de las cuales 404 estaban ocupadas, ligeramente por arriba de la mitad.

La pregunta sigue siendo ¿pero qué pasó?

Como usted recordará, a principios de junio las autoridades sonorenses determinaron hacer una “reconversión hospitalaria”, es decir, habilitar espacios en todas las clínicas y así tener capacidad. En la cresta de contagios se tuvimos hasta 784 personas hospitalizadas recibiendo atención, y aún así quedaban 173 lugares.

Pero a principios de septiembre la demanda de camas comenzó a bajar —incluso llegamos a tener solo a 147 sonorenses internados—. Entonces las autoridades definieron regresar a las clínicas a la normalidad en cuanto a atención, desde cirugías, urgencias, entre otras. Sin embargo el repunte de Covid llegó y agarró a todos un poco desprevenidos.

La tan multicitada “nueva normalidad” duró como trending topic en las redes. Y después la sociedad se relajó, mientras el virus ahí seguía a la espera.

Por eso el secretario de Salud, Enrique Clausen habla con apremio de que se deben adoptar medidas más restrictivas, mientras la alcaldesa de Hermosillo, Célida López, sigue tratando con ‘pincitas’ para no despertar antipatía en plena época decembrina. Por su lado, el subsecretario de Salud Nacional, Hugo López-Gatell, sigue cayendo en su credibilidad e incongruencia.

Queda solo una lejana esperanza: la vacuna. Pero como todo en el Lopezobradorismo se antoja será una nueva bandera mediática. No dudaría que de aquí a febrero mantengan una “Rueda de prensa” diaria (al medio día puede ser para no opacar otros horarios) para mostrar el avance de la vacuna en México. Hasta me imagino al titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, al frente de las cámaras… Ya lo dijo la OMS, en este gobierno no hay seriedad para atender la crisis de Covid.