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Rebasados por la inseguridad

A pesar de que en los últimos cuatro años Sonora incrementó casi al doble el presupuesto para Seguridad, los resultados en prevención del delito son insuficientes

 

Por Gerardo Moreno Valenzuela

Durante los últimos meses los hechos de violencia han escalado niveles cada vez más alarmantes, niñas ejecutadas a sangre fría, feminicidios, hijos asesinando a sus madres, homicidios dolosos casi a diario, panteones clandestinos, desapariciones y una violencia presente como algo natural, que hacen parecer que las autoridades están rebasadas.

Una de las tareas pendientes en el renglón de seguridad es la prevención, algo que es responsabilidad de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes sí han visto crecer sus presupuestos, pero al compararlos con el recurso total del Estado, alcanza apenas el 5% del presupuesto, y todavía el porcentaje es mucho menor al ver directamente el recurso dedica a áreas de prevención.

 

Cada vez más grande la “bolsa” presupuestal de Seguridad

Según el decreto de Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado para Ejercicio Fiscal 2025, a la Secretaría de Seguridad Pública se le asignó un presupuesto mayor a los 4,612.5 millones de pesos, que representa el 5.2% del total de recurso del Estado, que alcanzó los 88,285.68 millones.

Según el Apéndice “A” del decreto, se estipula que el recurso de la Secretaría se divide en: Despacho del titular 1,67.9 millones, que representa el 23.1% del presupuesto total de la dependencia; luego el Coordinación Estatal de Evaluación y Confianza con 399.8 millones que representa el 8.6%; la Coordinación Estatal del Sistema Penitenciario con 753.4 millones, que es el 16.3%.Image preview

Para el Instituto de Tratamiento y de Aplicación de Medidas para Adolescentes (ITAMA) son 137.9 millones que es el 3.99%; y el Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana solo tiene 36.7 millones el 1%.

La Coordinación Estatal de la Policía Estatal de Seguridad Pública tiene 1,285.5 millones que es el 27.8%; el Centro Estatal de Información sobre Seguridad Pública con 18.4 millones apenas el 0.4%; y la Universidad de la Seguridad Pública del Estado de Sonora con 137.3 millones el 2.9%.

Además, el Centro de Control de Evaluación y Control y Confianza, C3, tiene 84.3 millones que es el 1.8%; la Coordinación Estatal de Supervisión de Libertad Condicionada y Policía Procesal con 88.1 millones el 1.9%; la Coordinación Estatal de Ayudantía, Logística y Seguridad con 80.5 millones, el 1.7%.

Mientras que el Centro de Comando, Comunicación, Cómputo y Coordinación de Inteligencia (C5i) con 495.7 millones que es el 10.7%; El Centro Estatal Operativo con 7.6 millones apenas el 0.16%; y la Coordinación Estatal del Sistema de Atención a la Violencia Familiar y de Género (SALVA) con 18.8 millones, solo el 0.4% del total del recurso de la dependencia.

Por otro lado, durante los últimos años el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública ha aumentado durante los últimos años, sin embargo, la comparación es muy grande en cuanto a los recursos totales del Estado y lo destinado a esta dependencia.

En 2022 el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública fue de 2,558.9 millones de pesos, el 3.8% del recurso total de Sonora. En 2023 el presupuesto fue de 3,266.1 millones, el 4.2%.

Para el 2024 el presupuesto para la Secretaría subió a 3,604.7 millones de pesos, pero solo es el 4.3% del recurso total del estado; y este 2025 el presupuesto de seguridad fue de 4,612.5 millones, que es el 5.2% del total.

 

Las cifras no reflejan la realidad

Image previewPara la Presidenta del Observatorio Sonora Por la Seguridad, Krimilda Bernal Hoyos, las estadísticas y los números oficiales no mienten y sí hay una reducción en algunos delitos, sin embargo, ahí no se contempla la cifra negra que va en aumento, entonces los delitos que se cometen son muchísimo más de los que se investigan y castigan.

“Esto podría verse como algo positivo porque claramente los números no mienten, pero tampoco mienten las personas que han vivido la injusticia en carne propia y son víctima continua de diversos delitos y situaciones terribles en el estado de Sonora que va desde desapariciones, trata de personas, violencia feminicida, violencia de género, sexual, familiar, víctimas del reclutamiento, extorsiones, secuestro, o sea, siguen existiendo, pero no siempre se ven reflejados en las cifras”.

Por ejemplo, las cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, que son las oficiales y las que usa el Observatorio y prácticamente todas las organizaciones que ven el tema de seguridad, solo son un pedacito de la realidad, pues la cifra negra se estima en el 94% en todo el país, y todos esos son delitos no que se denuncian, no se abre una carpeta de investigación y no se registran.

 

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“Entonces, bajo esa perspectiva y todo lo que acontece en el estado de Sonora, y lo que hemos visto también en diversas redes sociales y medios de comunicación, de cómo las personas tienen un panorama complicado al momento de confiar en las autoridades y cuando medio se logra esta construcción de confianza, pues hay algo terrible que sucede o hay ciertos cambios en el sistema que pues ya no permiten esa continuidad”.

Krimilda Bernal aclaró que no debemos bajar la guardia ante el tema, si bien en algunos municipios la sociedad se acostumbró a periodo de tranquilidad eso no significa que se haya resuelto de fondo el problema y es algo mucho más profundo de lo que pueda hacer la autoridad en turno o figuras de autoridad en turno.

“Definitivamente es algo que debe de seguir en nuestra conversación cotidiana y claro que nos debe de preocupar con cierto límite para como ciudadanos no caer en este ciclo de desesperanza, creo que podríamos decirlo”.

Ya que estar expuestos ante tantas malas noticias, a la violencia e impunidad, puede generar sensación de ansiedad, angustia, depresión y también provocar impactos negativos en la salud mental de las personas; por eso, dijo, hay que ponernos ciertos límites al momento de consumir contenido de noticias, pero siempre siendo

objetivos, tampoco deshumanizarnos completamente ni negar la realidad es que complicidad y cada vez más compleja.

 

No es suficiente

Aclaró que el presupuesto de seguridad nunca va a ser suficiente, pero eso se tiene que suplir con algo bien previsto y planeado, aquí es donde tiene que relucir la estrategia, que parece que no es la adecuada y tampoco se ve voluntad en las personas tomadoras de decisiones de hacer los cambios necesarios.

“A veces esas prioridades se desbalancean y por privilegiar intereses políticos, la ciudadanía sale perdiendo. Por eso hemos mencionado, en múltiples ocasiones, lo importante que es no politizar la seguridad, ni la salud, ni la educación, nada debería de estar politizado. Pero pues desgraciadamente vemos como por estar con intereses de ciertos partidos o privilegiando a ciertas personas, las situaciones no mejoran y tampoco el desempeño de nuestras autoridades”.Image preview

Aclaró que se tenían altas expectativas durante este sexenio y la reacción ha sido diferentes y la respuesta de la autoridad también, no se ve que las cosas mejoren desde las instancias principales, y sin voluntad ni un interés genuino por buscar el bien común y el bienestar de todos, difícilmente se verá algo positivo en la entidad.

Ante esto, la directora del Observatorio por la seguridad, aseguró que este tema es en dos vías, tanto ciudadanos como gobierno tenemos responsabilidades propias y si no se cumplen las dos partes la situación no mejorará.

“Asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos, yo creo que una de las claves importantes porque también tenemos mucha responsabilidad de toda esta parte. Y en segundo, el exigirles a las figuras de autoridad el rendir cuentas y hacer su trabajo de forma eficiente y sin negligencias, el que cumplan con lo que les toca y respetar los derechos humanos de las personas”.

Es necesario ver cómo estamos fallando como ciudadanos, donde hemos puesto nuestras prioridades y exigencias, y al mismo tiempo pedir a las autoridades, tanto a alcaldes, gobernadores, legisladores y todos, para que cumplan en darnos seguridad, paz y tranquilidad.

“Nosotros como ciudadanos también volteamos a ver dónde fallamos, tratar de mejorar esa parte dentro de lo posible porque es algo que tampoco cambia de un día para otro, pero se va construyendo. Y a partir de ahí mantener y seguir con esas exigencias hacia la autoridad”.