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Roban ruinas de Iglesia de Batuc; Vandalismo y desconsideración

Piedra por piedra se están llevando los vestigios históricos que quedan del templo sumergido de San Francisco Javier 

Por Gerardo Moreno Valenzuela

La Iglesia de San Francisco Javier de Batuc, que fue la obra de arquitectura más importante y majestuosa de la Sonora colonial, con casi 300 años de antigüedad y a pesar de quedar sumergida bajo las aguas de la Presa del Novillo, aún sigue en pie en estos momentos, pero ahora está siendo amenazada por la mano del hombre, que, sin consideración ni respeto por la historia, la vandaliza y se la roban piedra por piedra.

El Padre Marco Vinicio denuncia vandalismo y robo en el templo histórico.

El padre Marco Vinicio Félix Del Castillo, el encargado de realizar durante los últimos años la tradicional misa en recuerdo de los tres pueblos que desaparecieron bajo la Presa Plutarco Elías Calles (Batuc, Suaqui y Tepupa), platicó que en su última visita lamentablemente encontró vandalizado el templo.

“En esta última visita que hicimos nos dimos cuenta que había ahí ciertas pintas que se habían hecho en algunas columnas de los vestigios del templo. Aquí es muy importante decir que el templo que aún y cuando se encuentra en vestigios y que a veces está bajo el agua, viene a ser un signo de los pueblos y de lo que hubo ahí, un recuerdo de mucha gente, un lugar querido y valorado por muchos”.

El padre Marco Vinicio es originario de Hermosillo, tiene 10 años de ser ordenado Sacerdote y está dentro de la Arquidiócesis de Hermosillo, fue asignado a la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Carbó y a la Parroquia de San Miguel de Horcasitas, y atiende a todas las comunidades cercanas, incluida la misa en la Iglesia de San Francisco Javier desde el 2017.

Platicó que ahora los restos de la iglesia está completamente emergida por la sequía y es de relativo fácil acceso, se organizan algunos tours turísticos al lugar o incluso algunas personas van y hacen carnes asadas dentro de la iglesia, dejan ahí el cochinero, pintan las paredes y hasta se ve que hurtan parte de la cantera o incluso arrancan piedras de los muros.

“Nos hemos dado cuenta de que la gente que va a visita ahí se llevan piedras del lugar, porque es pura piedra cantera, o que hacen ahí entre las mismas piedras del templo algunas carnes asadas, se ven los rastros de quema de carbón. Entonces a lo que estamos llamando es al respeto, consideración y cuidado, de esto que nos queda, como dijimos son vestigios, son rastros de lo que hubo y que para muchos realmente llega a ser algo muy especial, porque nos recuerda a lo que ahí hubo gente que vivió y llega a ser un lugar muy especial, con mucho significado”.

Recuerdos de la historia

El pueblo de Batuc fue fundado en 1629 como la misión “La Asunción y San Francisco Javier de Batuco”, fundada por el jesuita español Martín de Azpilcueta, en territorio de la nación ópata, en medio de la sierra sonorense.

Visitantes se han llevado piedra cantera.

En el año de 1744 el padre Jesuita de origen Sueco-Alemán, Alejandro Rapicani, comenzó la construcción de la iglesia de San Francisco Javier de Batuc, la cual, a diferencia de otras parroquias de la época colonia, la realizó completamente de cantera, las demás se hacían con muros de adobe y techos de madera.

La iglesia fue terminada alrededor del año 1760 y por mucho tiempo los historiadores la marcaron como la mejor construcción de toda la provincia de Sonora. Siguió de pie, incluso después del gran terremoto de Bavispe de 1887 y un derrumbe parcial de sus bóvedas en 1935.

Fue en el año de 1964 que la gran iglesia de San Francisco Javier terminó debajo de las aguas de la Presa Plutarco Elías Calles, junto al pueblo entero de Batuc viejo, Suaqui y Tepupa. Su parte frontal fue traída a Hermosillo y está como monumento central en la plaza de los tres pueblos en Villa de Seris.

La iglesia permaneció sumergida y en épocas de sequía se llegaba a observar, hasta que en el año 2017 emergió completamente y hasta se podía acceder a pie desde San José de Batuc, pueblo donde algunos habitantes del viejo Batuc se asentaron, y fue ese año que el padre Vinicio ofreció de nuevo la Santa Misa en las ruinas de la iglesia que seguían de pie, a pesar del tiempo y del agua.

Punto de reunión

El padre Vinicio platicó que la primera vez que realizaron la misa en San Francisco Javier de Batuc fue en junio del 2017, tratando de ir antes de la temporada de lluvias de verano que es cuando se vuelve a inundar, acudieron algunas personas de los tres pueblos que desaparecieron bajo la presa del Novillo.

“Desde el 2017 ahí nos hemos estado reuniendo como signo, punto de reunión, para celebrar una eucaristía los tres pueblos, Suaqui, Tepupa y Batuc, es un punto de reunión, como decimos, es simbólico para nosotros pues entorno a la eucaristía se dan muchos reencuentros de la gente, las mismas personas han ido formando esta convivencia y hacer un momento significativo de alegría y fiesta”.

En 2018 y 2019 se volvió a realizar la misa durante esas fechas y cada vez fueron más y más personas de estos tres pueblos, al punto de llegar a ser más de mil personas congregadas durante la última eucaristía, hasta se volvió un motivo de fiesta y alegría, un punto de convivencia simbólico para las familias que venían de estas tres comunidades desaparecidas.

En 2017 el sacerdote ofició por primera vez una misa en las ruinas de la iglesia de Batuc, con la intención de recordar y reunir a familiares de los pueblos sumergidos.

Desafortunadamente por la pandemia durante el 2020 y 2021 no fue posible realizar esta celebración. Pero este año 2022 sí se va a realizar, ahora pusieron como fecha el 24 de septiembre, sabiendo que fue en el mes de agosto de 1964 cuando las últimas personas dejaron estos tres pueblos para dar paso a la presa.

“Era pesado el calor y la humedad que se siente más ahí. Pero ahora por la sequía que tenemos pensamos que podríamos alcanzar hacer la misa en septiembre, ahí mismo en los vestigios y pues tener todavía buen tiempo, mejor que en junio… en caso de que llegara a llenarse de agua, la misa sería a la orilla de la presa, sin ningún problema”.

Invitación a cuidar este patrimonio

El padre Félix Del Castillo platicó que desde hace tiempo la misma gente del pueblo de San José de Batuc, que es una colonia que se formó luego que Batuc viejo quedará inundada por la Presa del Novillo, está impulsando una campaña para que se cuide y proteja los vestigios de la iglesia de San Francisco Javier.

Es necesario hacer un trabajo más intenso para que se promueva el cuidado y protección de lo que queda de la Iglesia, el tiempo que siga está de pie en ese mismo lugar, y también acercarse con las autoridades del municipio de San Pedro de la Cueva, que es la cabecera de estos tres pueblos extintos de Sonora, para que apoye.

También acercarse autoridades estatales y federales, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para que ayuden a cuidar este edificio, como se hace con otros edificios históricos y así lograr que dure mucho más tiempo como este símbolo de los pueblos de Suaqui, Teputa y Batuc.

Pero, sobre todo y el principal llamado es a las personas que visitan este lugar, van porque saben que es algo impresionante, histórico e icónico, entonces hay que cuidarlo, respetarlo y protegerlo.

“Es algo que queremos conservar, mientras el tiempo, el agua y pues a veces los embates de la gente nos lo vayan quitando, entonces es un llamado para el respeto, la consideración, para que no se lleven piedras, que respeten el lugar y no sigan haciendo carnes asadas adentro, no realicen pintas en las paredes y no se lleven piedras o despegando piedras de las columnas para llevárselas”.

Por último, el padre Vinicio Félix invitó a todas las personas que quieran visitar los vestigios de la Iglesia de San Francisco Javier de Batuc y convivir con las personas que vivieron en estos tres pueblos, vayan a la celebración eucarística el 24 de septiembre a las 5:00 de la tarde en Batuc y si no pueden, también habrá un acto el primero de octubre en la Plaza de los Tres Pueblos en Hermosillo.

*Nota del editor: Los datos históricos fueron obtenidos de artículos hechos alrededor del libro “La Iglesia sumergida” escrito por el ingeniero Juan Encinas Blanco.