Sufren explotación empleados fronterizos
Los trabajadores guatemaltecos que laboran en la frontera sur padecen explotación en el campo, comercio, hogares, construcción y otros empleos, advierten organizaciones no gubernamentales.
Salarios bajos, falta de contrato y prestaciones, jornadas prolongadas, inadecuadas condiciones de trabajo y malos tratos, son las constantes en los empleos de los centroamericanos, señala Diego Lorente, director del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.
«Son condiciones precarias, pues el tipo de trabajo al que llegan los migrantes se da en sectores económicos complejos, vulnerables y de exclusión», señala el activista.
Según reportes de la policía, en septiembre pasado un trabajador guatemalteco murió intoxicado cuando fertilizaba plantaciones en un finca bananera debido a que no contaba con equipo adecuado.
Aunque existen migrantes con Tarjetas de Trabajadores Fronterizos, hay una gran población indocumentada que se encuentra en mayores condiciones de vulnerabilidad y de sufrir mayor explotación, agrega Lorente.
En el caso de trabajadoras del hogar, donde el centro tiene mayor experiencia, la mitad de las mujeres empleadas son menores de edad, entre 13 y 17 años.
En los hogares padecen abusos físicos y sexuales, sin embargo Lorente dice que no existen estadísticas sobre casos de explotación y abusos porque las víctimas no denuncian por temor a represalias y desconfianza a las instituciones.
Aunque la explotación y abusos que padecen los trabajadores fronterizos es un problema común, existe omisión de la Secretaría del Trabajo tanto Federal como Estatal para atender el tema, sostiene el defensor.
Asimismo, señala que la mano de obra guatemalteca sostiene sectores económicamente importantes de Chiapas a costa de la explotación, y alerta que el control migratorio, militar y policíaco que se está haciendo en la frontera sur del país podría agravar las condiciones de este sector.
Según una publicación del Observatorio de Migración Internacional de la Secretaría de Gobernación, que reconoce también la precariedad laboral de los migrantes, entre 2004 y 2010 registraron 300 mil cruces anuales de trabajadores guatemaltecos, cifras en base a la Encuesta sobre Migración en la Frontera Sur de México.
‘Los extranjeros trabajan más’
Bajo la explotación laboral de sus patrones, el guatemalteco Fidel Ortiz ascendió a encargado de una finca bananera.
El joven migró de su país a los 19 años para trabajar en el cultivo de plátano en la frontera mexicana.
Durante nueve años ha trabajado 12 horas diarias de sol a sol y con sólo media hora de descanso para el desayuno y media para la comida.
«Empezamos desde abajo como toda persona. Empecé trabajando 12 horas, de 6 de la mañana a seis de la tarde», recuerda el joven agricultor.
Enfundado en unas botas de hule, pantalón de mezclilla, playera y machete en mano, sostiene que no recibe ninguna otra prestación como vacaciones o seguridad social.
Por el mismo salario, los guatemaltecos trabajan más que los campesinos mexicanos, reconoce quien es ahora responsable de medio centenar de hombres.
En promedio los jornaleros agrícolas obtienen un ingreso catorcenal de 1 mil 400 a 2 mil 700 pesos, según su rendimiento.
«Los extranjeros trabajan más, rinden más. El extranjero le hecha ganas, viene a ganar porque vienen por temporadas», dice Ortiz.
Con esposa y tres hijos mexicanos, explica que el cultivo de banano está en permanente producción.
De la finca a su cargo cosechan semanalmente cerca de mil rejas de fruta que son entregadas a empresas que exportan a Estados Unidos.
REFORMA