… ¿Y los detenidos, señor Presidente?

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
DÍCESE que la razón por la que se generó la violencia en Jalisco y Guanajuato el martes de la semana pasada, fue que el ejército detectó una reunión de dos mandos del crimen organizado en la región.
Horas después del terrorismo implementado contra la población civil y las tiendas Oxxo, principalmente, de manera oficial se informó de once personas detenidas y un presunto delincuente “abatido”.
A diferencia de ocasiones anteriores en que la autoridad desea que la población conozca la verdad de las acciones contra el crimen, los detenidos son presentados ante los medios de comunicación. Lo extraño, es que en el caso que nos ocupa, los presuntos detenidos no aparecieron públicamente.
Aunado a lo anterior, un par de días después, la misma estrategia utilizada en Jalisco y Guanajuato (quema de camiones urbanos, automóviles particulares y tiendas de conveniencia) se presentó en Ciudad Juárez. Ahora, se dijo, el origen había sido una riña en el penal del lugar.
Una diferencia entre Juárez y los hechos de Guadalajara y alrededores, es que en lo que fuera el “Paso del Norte”, asesinaron a varios civiles, entre ellos dos mujeres empleadas de una tienda y cuatro comunicadores de una estación de radio.
Como remate de la semana, horas después, el mismo escenario violento en Tijuana, Mexicali, Ensenada y Tecate en la Baja California.
El detalle a destacar en BC, es que la alcaldesa de Tijuana, la “morenista”, Monserrat Caballero, pidió públicamente a los “narcos”, cobren las facturas que no les han pagado a quienes las deben y no se las cobren a la ciudadanía que quiere vivir en paz y tranquilidad.
Se ganó – a pulso- las críticas de sus mismos correligionarios.
Desde el inicio, ante la opacidad mostrada por el gobierno federal, la “rumorología se apoderó de la opinión pública. ¿Dónde están los once detenidos? ¿Quién fue “abatido”? ¿Acaso se llegó a otro acuerdo tipo “culiacanazo”?
Y muchas eversiones de propios y extraños:
1.- En efecto, se detuvo a gente “importante” de la delincuencia organizada y las reacciones violentas no se dejaron esperar.
2.- Todo fue parte de una estrategia surgida del mismo gobierno federal. Con esos hechos violentos, el Presidente cuenta con los suficientes argumentos para convencer a quienes se oponen a la militarización total del país, sobre todo a su iniciativa de incorporar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
3.- ¿Por qué la delincuencia no se abalanzó en contra de inmuebles del gobierno o instituciones de empresarios amigos del Presidente? Si el propósito era protestar contra el gobierno, ¿por qué atacar a la población civil?
4.- ¿Por qué la firma “Oxxo” en tiendas de conveniencia, fueron las preferidas para ser incendiadas? ¿Porque el propietario de dichas tiendas (Grupo FEMSA, de Monterrey) José Antonio “Diablo” Fernández Carbajal, es enemigo del Presidente?
5.- ¿Por qué no atacaron establecimientos ligados a Ricardo Salinas Pliego, amigo del Presidente? Ahí están “Elektra”, Salinas y Rocha, Banco Azteca y TV Azteca.
6.- ¿Por qué acciones violentas, preferentemente en entidades federativas gobernadas por opositores a MORENA? Y usted me dirá: Bueno, también atacaron a Baja California, gobernada por la “morenista” Marina del Pilar… De acuerdo, pero pudo haber sido parte de la estrategia y, de paso, castigar a quien la ha emprendido contra un amigo del Presidente, el exgobernador Jorge Bonilla.
¿Será cierto, todo esto? ¿O parte de esto? ¿O nada?
Se repite, el origen es la opacidad misma del gobierno.
No presentó a los presuntos detenidos que originaron esta ola violenta.
Luego entonces, ¿Qué pasó?
Ya escucharemos la mañana de hoy las justificaciones del Presidente.