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Las ideas, única arma capaz de vencer el odio y la barbarie

Por David Figueroa /

El enemigo a vencer es la exclusión y división generadas por el odio y la intolerancia, pero también por “la violencia pasiva”, es decir temo y odio en silencio pero no hago nada

La masacre a cristianos que celebraban la pascua en un centro recreativo en Pakistán cuyo saldo fue más de 70 personas muertas y más de 300 heridos manifiesta el peligro de una  sociedad de odio en construcción.

Bien lo expresó Ernesto Samper, presidente de la Unión de Naciones Suramericanas (SUNASUR): “Si el objetivo del terrorismo es instalar el miedo en los ciudadanos, la respuesta de éstos debe ser el trabajo, el estudio, una vida normal”. Esto aplica a todos los países del mundo, incluyendo el nuestro.

Como SUNASUR otras organizaciones internacionales levantaron la voz para condenar el hecho, como Luis Almagro, Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) y Ban Ki-moon Secretario General de la ONU.

Adjetivos como fanatismo, barbarie o masacre fueron expresiones para calificar el último suceso; y Almagro se atrevió a ir más allá al advertir en su cuenta de Twitter que “Nadie está inmune a esta violencia indiscriminada-globalizada asociada al terrorismo”.

Es lamentable ver que organizaciones internacionales condenan una y otra vez este tipo de violencia desde hace muchos años sin que algo pueda detener el extremismo ideológico y sus consecuencias.

No hay cifras oficiales sobre el costo de estas masacres pero autoridades nigerianas dieron a conocer el año pasado un aproximado de 12 mil víctimas en los últimos 5 años en el mundo, 3 mil de ellas sólo en 2014.

La crónica de sucesos desde mucho antes de la caída de las Torres Gemelas es prácticamente interminable y difícil de contabilizar.

El mundo civilizado se estremece ante estos acontecimientos uno tras otro, pareciera la construcción de una sociedad del odio fundada principalmente en el temor, también antesala del totalitarismo.

Las consecuencias son un rechazo que termina en xenofobia hacia quienes infunden este temor; es decir el resultado es peor que su causa.

El resentimiento y la ignorancia amenazan sin duda la paz mundial; es en estos momentos cuando debemos recordar que la libertad, igualdad, democracia, solidaridad son el antídoto contra cualquier forma de autoritarismo:

Socialista, social-nacionalista o el fundamentalismo religioso.

La verdadera amenaza son ideas totalitaristas, por ejemplo: que hay un único Dios verdadero: el propio, y dos únicos destinos: el cielo o el infierno; que sólo hay un enemigo: el rico del pobre, la eterna división de burgueses y el proletariado; o una raza superior a las demás, etcétera.

El enemigo a vencer es la exclusión y división generadas por el odio y la intolerancia, pero también por “la violencia pasiva”, es decir temo y odio en silencio pero no hago nada.

La lucha está en el plano de las ideas no en las armas ni el combate al enemigo con más violencia.

El temor se vence con diálogo y tolerancia. El odio con conocimiento y más tolerancia.

Vivimos en un continente diverso en su riqueza cultural, social e ideológica; con seres pensantes más abiertos y más comunicados entre sí cada día, sin límites ni distancias.

La ruta es aceptar esta diversidad y enfocar en la educación, en el combate a la ignorancia y la intolerancia el esfuerzo desde cada país, desde cada rincón del mundo. Esa es la única y verdadera forma de solidarizarnos con tantas víctimas estemos lejos o cerca.

Conductas de odio y violencia han ido ganando terreno a la razón; a la construcción prosperidad.

Aquí en México también lo vemos, no con ataques terroristas afortunadamente y confiamos en no llegar a esos extremos, pero sí en nuestro diario vivir desde la esfera política que cada vez se traslada más a la social lamentablemente.

A la luz de estas vidas que se perdieron y tantas otras, reflexionemos con detenimiento tanto gobierno como sociedad:

¿Qué es lo que nos domina, el miedo o el conocimiento? ¿La violencia o las ideas? La comodidad e indiferencia de la lejanía tal vez sea el peor enemigo a vencer…

…vayamos por el camino de las ideas, la empatía, el diálogo para que desde lo individual a la colectividad se imponga un mundo de paz.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y  en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

*David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.