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La Unison es su botín: sindicatos y rectoría no aprenden la lección

Por Gerardo Moreno /

En la Unison la historia se repite cada año: presiones, chantajes y nadie anticipa el conflicto de huelga; por su parte, los alumnos en la incertidumbre

La Universidad de Sonora volverá a sufrir horas de angustia e incertidumbre como cada año, al cumplirse de nuevo el plazo establecido por los sindicatos para estallar una posible huelga; una vez más pasaron los meses, las semanas, los días, y las partes no pudieron encontrar una solución al conflicto.

A horas de que tanto el Sindicato de Trabajadores y Empleados (STEUS) como el de Trabajadores Académicos (STAUS) voten en sus respectivas asambleas generales si aceptan los últimos ofrecimientos de Rectoría o se van a una huelga conjunta, vuelven a ser los más de 35 mil alumnos quienes más afectados se verán con esta situación que, lamentablemente ya se volvió una tradición cada mes de abril.

La historia se repite y no aprenden la lección

La situación es similar cada año, falta de recursos para cumplir las demandas de los sindicatos, un conflicto sobre violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo o un rezago en sus cláusulas y una serie de medidas de presión sindicales que concluyen con la paralización de las actividades académicas.

La Universidad de Sonora ha tenido que soportar 22 movimientos de huelga en las últimas tres décadas, tan solo del 2005 al 2016 se han colgado las banderas rojinegras en ocho ocasiones (solo en el 2010, 2013 y 2015, se logró evitar el conflicto).

La huelga de 2014 duró 66 días (la segunda más larga de la historia universitaria y puso en peligro de perder el semestre). El STEUS  la estalló por violaciones al Contrato Colectivo y nunca hubo negociación. Al final terminó con la resolución de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje a favor de las autoridades universitarias, donde se le quitó el 50% de los salarios caídos a los trabajadores y les obligó a levantar el movimiento bajo riesgo que se utilizara la fuerza pública.

Hoy, son los dos sindicatos los que mantienen emplazada la huelga para este viernes 15 de abril a las cinco de la tarde (desde 1998 no sucedía) y conforme avanzaron los días se percibió más lejano el diálogo y la capacidad para negociar.

Desde el 20 de enero el STEUS entregó su pliego petitorio y el cuatro de febrero instalaron la mesa negociadora. Solicitaron un incremento salarial del 20% y 9% a prestaciones, porque el sueldo de un trabajador está hasta cinco mil pesos mensuales del resto de los empleados universitarios (académicos y de confianza) pero como les tocaba una revisión contractual, sometieron a discusión 72 cláusulas del Contrato Colectivo.

Por su parte el STAUS entregó su pliego petitorio el 18 de febrero y el dos de marzo instaló la mesa negociadora. El sindicato solicitó un incremento del 6.2% al sueldo y un 2.9% en prestaciones; además piden dar marcha atrás a la reforma del Estatuto de Promoción Académica (EPA) por considerarla lesiva.

Para el 10 de marzo ambos sindicatos decidieron emplazar a huelga como medida de presión para que las autoridades decidan abrir el diálogo. Transcurrieron los días entre presiones, manifestaciones y protestas de los trabajadores, pero sin resultados.

Entre presiones, propuestas y chantajes

Fue hasta el pasado miércoles 13 de abril (a dos días de cumplirse el plazo para estallar la huelga) que las autoridades universitarias enviaron una propuesta “integral” a ambos sindicatos.

Heriberto Grijalva, rector de la Unison. Estiran la liga de los recursos para solventar peticiones sindicales.
Heriberto Grijalva, rector de la Unison. Estiran la liga de los recursos para solventar peticiones sindicales.

Al STEUS se le ofreció un incremento salarial del 3.15% (acorde a lo aprobado por el Gobierno Federal) y un incremento del 1% a las prestaciones de monto fijo, que representa un millón 444 mil pesos. Además crear un fondo de jubilaciones, donde la Universidad aporte quincenalmente el 1% del salario tabular de los trabajadores y el sindicato aporte el .75%.

También le propone modificar 18 cláusulas del Contrato Colectivo, entre ellas aumentar 10 mil pesos para realización de eventos sindicales, 50 mil para el fondo de ayuda funeraria y 33 mil pesos para la biblioteca sindical.

Al STAUS, le ofreció un incremento salarial del 3.15%. Pero además aumentos a cinco cláusulas de monto fijo: tres millones 800 mil pesos al programa de incentivo a la jubilación, 80 mil pesos más al fondo de ayuda para gastos médicos mayores, una aportación de 4 millones 800 mil para contratar este seguro y 500 mil pesos adicionales al fondo de vivienda.

En ambos casos, la Universidad reiteró que es el máximo ofrecimiento que sus posibilidades económicas y capacidad de gestión le permite realizar para no comprometer el funcionamiento y operatividad de la institución.

En entrevista realizada el martes, Heriberto Grijalva Monteverde aseguró que hicieron un esfuerzo extraordinario y comprometieron recursos que la misma Universidad deberá gestionar para garantizar este ofrecimiento integral.

Grijalva Monteverde aseguró que al STEUS le están haciendo un ofrecimiento en algunas cláusulas que dicen hay retraso de mucho tiempo y se están atendiendo los principales reclamos de los trabajadores.

Y en cuanto a la petición del STAUS por la reformas al EPA, señaló que no es asunto del Rector el modificarlo, es asunto del Colegio Académico y no entra a discusión con el sindicato, porque reiteró, no es de su competencia dar marcha atrás a esta postura.

Sin embargo, los dos sindicatos rechazaron las propuestas realizadas por las autoridades de la Máxima Casa de Estudios al considerarlas insuficientes y pobres:

Ismael Arredondo, secretario general del STEUS. Las presiones para alcanzar las propuestas.
Ismael Arredondo, secretario general del STEUS. Las presiones para alcanzar las propuestas.

Por ejemplo, Ismael Arredondo Casillas, secretario general del STEUS, aseguró que el ofrecimiento del 4.15% al salario integrado es insuficiente, ya que tienen un rezago de más de 20 años en sus sueldos y además todavía les propone quitarles el .75% del salario tabular para crear un fondo de jubilaciones —esto representa un millón 700 mil pesos—.

Arredondo Casillas señaló que las prestaciones donde están ofreciendo un mínimo incremento están muy alejadas a las necesidades de los trabajadores. Además que no se menciona el 50% de los salarios caídos de la huelga del 2014.

Por otro lado, Javier Quintanar Gálvez, líder del STAUS, aclaró que la propuesta “integral” de rectoría es insuficiente y bastante pobre, explicó que un incremento del 3.15% directo al salario es mucho menor al 6% que están pidiendo y a los porcentajes alcanzados en otras instituciones educativas del Estado, como el Itson.

“La propuesta no es integral, solo habla del ámbito salarial que está muy por debajo de lo que nosotros pedimos, que fue de 6%, además pedimos un programa de recuperación del poder adquisitivo, pedimos el 2.9% a cláusulas de monto fijo y ellos ofrecen muy poco”.

Por otro lado, aseguró que las autoridades se negaron a hablar sobre el tema central de los profesores universitarios que es la reforma al Estatuto de Promoción Académica (EPA): “no quieren tocar el tema y por eso la asamblea general decretó que podría ser el motivo principal para una huelga”.

Gobierno del Estado al margen del conflicto

Por su parte el secretario de gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella, expresó que el conflicto en la Universidad de Sonora es responsabilidad de Rectoría y de los sindicatos, y el Estado debe ser respetuoso de su autonomía, pero le apuestan al diálogo y al entendimiento.

Miguel Pompa, Secretario de Gobierno, confía en que las partes resuelvan el conflicto sin intervención del Estado.
Miguel Pompa, Secretario de Gobierno, confía en que las partes resuelvan el conflicto sin intervención del Estado.

“Es una negociación que tiene que resolverse forzosamente primero, entre las autoridades universitarias y los sindicatos, nosotros estamos interviniendo y estamos pendientes de que se dé el diálogo y que el entendimiento entre ambas partes prevalezca, para que sea el consenso para encontrar la solución”, comentó.

Recordó que en base a la última reforma a la ley interna de la universidad, el Estado queda a la expectativa de los conflictos internos de la Unison y son sus integrantes quienes deben resolver, internamente, esos conflictos.

Alumnos, ni los ven ni los oyen

En todo este proceso quien vuelve a perder es el estudiante, quienes no ven una forma de defender su derecho a estudiar y terminar a tiempo su semestre. Conforme avanzaron los días los sentimientos de incertidumbre, hartazgo y coraje es lo único que pueden sentir y expresar.

Por ejemplo, la presidenta de la sociedad de alumnos de la escuela de Sociología comentó que hay una gran inconformidad de parte de la comunidad estudiantil de la Universidad de Sonora, donde los alumnos consideran que se los están “llevando de corbata” en este conflicto.

Por otro lado David Rojas Acosta, presidente de la sociedad de alumnos de Derecho, expresó que los estudiantes universitarios ya están sintiendo impotencia al ver que las autoridades no pueden ponerse de acuerdo con los trabajadores, ni maestros, donde no contemplen la situación de los estudiantes en sus protestas: “estamos en un limbo porque no podemos hacer nada”.

Además, algunos universitarios ya comenzaron a ponerse de acuerdo con los maestros para llevar clases extramuros y otros están convocando, a través de redes sociales, a mostrar su descontento contra un movimiento de huelga.

En todo este panorama, de nueva cuenta la Universidad de Sonora se ve afectada por un movimiento de huelga donde las partes no han sabido ponerse de acuerdo. Y donde la conclusión que se llega es que dentro de la institución de educación superior más importante del estado no se ha aprendido a evitar estos conflictos.