El Pensamiento Estratégico para la Efectiva Toma de Decisiones
Por Wilfrido Yeomans Orozco /
Cuando se trata de tomar decisiones, en cualquier ámbito de vida, ya sea en lo personal, familiar, profesional o laboral, es de suma importancia conocer los procesos básicos cognitivos, para estar en posición de desarrollar habilidades y estrategias del pensamiento, que nos permitan mejorar y actualizar la capacidad resolutiva que involucra el trabajo intelectual.
Los procesos básicos cognitivos o procesos mentales, fundamentalmente se estructuran en tres tipos de pensamientos, bajo el orden siguiente: la idea, el juicio y el raciocinio.
Aunque dichos pensamientos los ejecutamos instintivamente, en ocasiones es eso lo que principalmente nos genera problemas, ya que hay momentos en que nuestras decisiones las tomamos de forma apresuradas, sin tener conciencia de las fortalezas y debilidades de nuestro propio funcionamiento intelectual. Es decir, al tener una idea, significa que registramos una operación mental, la cual está captando la representación de un objeto o situación y eso como tal, en muchas ocasiones lo consideramos suficiente para ejercer nuestra toma de decisiones, dejando incompleto nuestro proceso cognitivo.
Por consiguiente, es trascendental que una vez que se genera la idea, seamos capaces de hacer un juicio lógico, que le de valor a las ideas generadas, asumiendo que el juicio es la representación mental, mediante el cual afirmamos o negamos el ser o existencia de las cosas.
Sin embargo, una vez generada la idea, y aplicando un juicio lógico de valor sobre la misma, el proceso cognitivo completo, lo cerramos con el raciocinio, este último pensamiento es la representación mental en la cual se obtiene un conocimiento nuevo a partir de otros ya establecidos, concretamente podemos indicar que el raciocinio en su forma de expresión, es la argumentación de las cosas, en este caso es el argumento en el que se sostienen la decisiones que tomamos. Por tanto, el raciocinio como pensamiento es el producto del proceso cognitivo, puesto que nos permite aseverar bajo un análisis estructurado y razonado nuestra postura para una toma de decisiones que ofrezca una mayor certidumbre y por consecuencia una toma de decisión efectiva.
En conclusión, si pretendemos que nuestras decisiones tengan efectos positivos respecto a nuestros propósitos trazados, entonces vale la pena entender como estructuramos nuestros pensamientos, es decir, identificando las operaciones cognoscitivas que ejercemos a través de un interiorizado conjunto de mecanismos mentales, que nos permiten recopilar, producir y evaluar la información, así como controlar y autorregular el funcionamiento intelectual propio, desarrollando así, la habilidad del pensamiento estratégico.
*Instituto de Ciencias y Educación Superior, A.C.
Maestría en Liderazgo Desarrollador