FUNSEN, la diversión como terapia

En este centro de rehabilitación atienden a niños con autismo, síndrome de Down, asperger, TDA, y trastorno sensorial; los instructores han diseñado un original espacio de interacción para estimular todos los sentidos
Por Gabriel Rigo Gutiérrez
Entrar a la sala de interacción sensorial, despierta a tu niño interior. Los colores, los objetos, las texturas, invitan a jugar. Este es el espacio donde queda definido el concepto del “FUNSEN, Fun Sensory Center”.
Subir a un columpio, gatear, o escalar, son actividades quizá consideradas como normales en un niño promedio, sin embargo hay menores para los cuales resulta difícil lograrlo, probablemente ellos están afectados por un trastorno de tipo sensorial, y que puede ser corregido estimulando el sexto y séptimo sentido.
Y es que además de la vista, olfato, oído, gusto, tacto, las personas tenemos otros dos sentidos: el vestibular (el movimiento de nuestro cuerpo en el espacio) y propioceptivo (informa al organismo la posición de los músculos).
FUNSEN, es de esos pocos lugares en Hermosillo donde intervienen para ayudar a estos niños.

“Primera Plana” platicó con Ilse Carolina Amaya y Juan Manuel Rodríguez, licenciados de psicopedagogía, y responsables de este novedoso proyecto que abrió sus puertas hace dos semanas.
Su objetivo va más allá de consolidarse como una escuela donde brindan terapias a niños con discapacidad, sino que buscan ser el lugar donde los niños logren desarrollarse y disfrutar la infancia con amigos y familia.
Juan Manuel, platica que la idea surgió un par de años atrás.
“Nos tocó trabajar en un centro de rehabilitación por tres años, ahí aprendimos y nos capacitamos desde Síndrome de Down, Autismo, asperger, hasta problemas auditivos, y siempre tuve el sueño de tener algo propio”, narra.
Con alegría recuerda los avances que veía en los niños, y eso lo motivaba a no descartar su sueño.
Cuando salió una oportunidad, no dudó en buscar a alguien para comenzar a desarrollar el concepto. Junto con Ilse, ambos fueron diseñando desde los espacios, las terapias, y sobre todo los métodos.
Como parte de la psicopedagogía, explican, hay áreas específicas que buscan impactar en los niños, como lo emocional, social, cognitivo, lenguaje. A partir de una evaluación con pruebas psicométricas realizan el diagnóstico y elaboraran lo que denominan “intervención”, es decir las terapias.
“Es un plan, métodos adaptados para que el niño si tiene dificultad en su desarrollo pueda mejorar, si en algo está mal, adaptamos ya sea en la escuela, en la familia, para que el niño pueda avanzar donde hay dificultadas”.
“Como tenemos psicología y la pedagogía, el complemento puede lograr modificaciones para que el niño tenga avance”, expone Ilse.
Las terapias en su mayoría son personalizadas.
Desde que el niño llega lo van dirigiendo a alguna de las salas según el área que requiere atención.

Pero sin lugar a dudas, la sala de integración sensorial es la preferida por los niños.
Es un espacio grande y colorido, con piso acolchonado. Con colchonetas gigantes para escalar, caminar, rodar. “Este es un método que desde mi punto de vista ha dado resultados”, comenta el instructor.
Actualmente atienden a niños en un rango de dos a 12 años. Las sesiones son de 30 minutos, una hora o de hora y media.
“Las terapias pueden ser de lenguaje, interacción sensorial o combinado; lo conductual se lleva en las dos (lo cognitivo conductual), depende de rangos y cuánto tiempo ocupa (son periodos mensuales)”.
Los horarios son por las tardes y están ubicados en calle Jesús Siqueiros No. 120, colonia Loma Linda.
La vocación de servicio y emprendimiento de ambos instructores los ha llevado a consolidar este proyecto, un sueño que ven materializado no solo en el espacio creado, sino en el avance de los niños.