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Al andar se hace camino…

Por Franco Becerra

En la sierra alta el viento mece con cadencia las hojas de las Amapas, en una sinfonía de matices que en la lejanía nos revela el pueblo de Arivechi, Sonora.

Así lo descubrí desde la intrincada brecha serrana que me llevó de la mina “La India”, cruzando por Tarachi —el pueblo de Gerardo Cornejo Murrieta— hasta llegar finalmente al lugar que viera nacer al Dr. Samuel Ocaña García.

Arivechi es un lugar donde la tranquilidad se apoderó del ambiente: por allá unos escolares juguetean con una pelota; por acá un abuelo se balancea en su poltrona mientras el café recién tostado perfuma la tarde.

No podría decir que me sorprendió encontrar al Kiosko morisco en el centro de la plaza, pues lo había visto en la revista Imágenes de Sonora de Enrique Yescas, pero no tuve más remedio que admirar la exquisita obra de filigrana árabe que merece —por derecho propio— la contemplación en silencio, y si el momento se acompaña con un buen trago de bacanora del que invitaba don Melitón Galindo Trejo, pues mucho mejor.

Arivechi es una tierra cuyos primeros pobladores fueron tribus ópatas, una de las 70 naciones dominadas por Sisibotari, el poderoso líder máximo de los ópatas.

Fue en el año de 1627 cuando el misionero jesuita Pedro Méndez fundó la misión de San Javier de Arivechi.

Los pueblos más antiguos de Sonora se encuentran en la sierra alta, por ello no resulta extraño que los sonorenses que viven en los valles tengan sus raíces familiares en esos encantadores parajes.

El Dr. Samuel Ocaña García es un ex gobernador de Sonora que ha sido además, 2 veces Presidente Municipal de Arivechi, donde como es su costumbre, se ha dedicado a trabajar día con día por el bienestar de su comunidad.

En el trienio del 2018 al 2021 entregó a su amado Arivechi tres obras: la remodelación del Kiosko morisco que ha regresado vestido de luces con la gallardía del diestro que parte plaza en la Feria de abril.

En diciembre del 2020 finalizó la construcción de la tercera etapa del balneario termal “La Agua Caliente”, paseo obligado para los lugareños y para quienes visitan Arivechi.

En 1984, durante la gubernatura del Dr. Ocaña se construyó un edificio para ofrecer alojamiento e internado a las niñas de la sierra para que cursaran su secundaria, después de 17 años de abandono fue cuidadosamente remodelado y es hoy el “Hotel Real del Viejo”, equipado con 30 confortables habitaciones y que será administrado por el propio ayuntamiento.

Honestidad y entusiasmo, talento y creatividad, caracterizan la personalidad del Dr. Samuel Ocaña García, por todo ello y aunque el médico neumólogo sea egresado del Instituto Politécnico Nacional, desde las gradas del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria le lanzamos todos un sonoro:

“¡Cómo no te voy a quereeeerrr!”.