Buen humor “la sonrisa de la razón”

Lo importante es que la risa agregue algo de alegría, algo de dulzura o de ligereza a la miseria del mundo, y no más sufrimiento o desprecio
Por Guadalupe Rojo
Buen humor contra ironía. Es descortés darse aires de importancia, no es bueno tomarse demasiado en serio. Carecer de humor es carecer de humildad y lucidez, estar demasiado lleno de uno mismo, y ser demasiado severo o agresivo nos lleva a carecer de generosidad, dulzura, misericordia…
No faltan razones para reír o llorar, pero ¿qué actitud es mejor? La realidad, lo decide el sentido común, nos indica que en un funeral cabe una actitud seria, empática con el sufrimiento de los deudos, en cambio una boda es motivo de alegría porque el amor de los novios llega al sacramento del matrimonio, naciendo con ello una nueva familia, hacer lo contrario es una insensibilidad y una falta de educación.
Hay que saber distinguir el humor de la ironía
La ironía es la risa mala, sarcástica y destructora, la risa de la mofa, la que hiere. Es una risa que se burla pero no de sí mismo: goza a costillas del otro. Es un arma que apunta casi siempre contra otro. La ironía desprecia, acusa, condena…
La ironía se ríe del otro, el humor se ríe de sí mismo, o del otro como de sí mismo, y se incluye siempre, en el sinsentido que instaura y devela. Se puede bromear acerca de todo, pero no de cualquier manera: el fracaso, la muerte, la guerra, el amor, la enfermedad… Lo importante es que la risa agregue algo de alegría, algo de dulzura o de ligereza a la miseria del mundo, y no más sufrimiento o desprecio.
Sin embargo, la risa no lo es todo, y tratándose de males que podemos impedir o combatir, será sin duda culpable no hacer otra cosa que bromear. El humor no reemplaza la acción.
La insensibilidad respecto del sufrimiento ajeno es una falta. “De allí que el humor puede hacer reír de todo, a condición de reírse primero de sí mismo.
El humor trata de aceptar aquello que nos hace sufrir, la ironía es más bien asesina. La ironía hiere, el humor cura. La ironía puede matar, el humor ayuda a vivir. La ironía quiere dominar, el humor libera. La ironía es despiadada, el humor es misericordioso. La ironía es humillante, el humor es humilde.
En la ironía aguda hay malevolencia y una amargura que excluyen la indulgencia; la ironía es a veces despectiva y agresiva. El humor, en cambio, tiene simpatía y es la ‘sonrisa de la razón’, no el reproche ni el duro sarcasmo. El humor es amor; la ironía, desprecio.
El buen humor es una cualidad muy atractiva que nos hace reír con los demás de las situaciones de la vida que de otra forma nos harían sufrir.
Tener buen humor descubre una inteligencia avanzada que encuentra el lado amable y simpático de la vida.
Tampoco tener alegría y buen humor quiere decir falta de gravedad, por el contrario son perfectamente compatibles.
El humor no es lo serio (todo tiene sentido) ni lo frívolo (nada tiene sentido). Devela lo que hay de frivolidad en lo serio y de serio en lo frívolo. El humor ríe como se debe: ni demasiado ni poco, cuando es pertinente, y de lo debido…”: André Comte-Sponville en el Pequeño tratado de las grandes virtudes.
Y como el ejemplo es el mejor predicador, terminemos con algo de buen humor.
Se oyó a un niño rezar: «Jesús, si no me puedes hacer un niño bueno, no importa. Yo me divierto mucho así como soy».
La prueba de la bañera
Durante una visita a un Instituto Psiquiátrico, uno de los visitantes le preguntó al Director, qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser Internado.
—’Bueno’, dijo el Director, ‘hacemos la prueba siguiente: llenamos completamente una bañera, luego le ofrecemos al paciente una cucharita, una taza y un cubo y le pedimos que vacíe la bañera. De la forma como vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no’.
—Ah, entiendo —dijo el visitante. —Una persona normal usaría el cubo porque es más grande que la cucharita y la taza.
—No —dijo el Director, «una persona normal sacaría el tapón»… Usted ¿qué prefiere: una habitación con o sin vista al jardín?
Busca incansablemente la verdad.