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Cambio de estilo de vida y alimentación permite conservar la salud más tiempo

El «nunca es tarde para comenzar» aplica a cualquier etapa de la vida para hacer un cambio de vida en la alimentación y el ejercicio físico, y lograr mantener las células y las moléculas del cuerpo sanas, sin que tengan que entrar en el conocido proceso del envejecimiento del cuerpo, expresó María del Carmen Candia Plata.

En su participación recientemente en la Jornada Académica Multidisciplinaria: Envejecimiento y calidad de vida, organizada por el Cuerpo Académico «Salud en grupos vulnerables», del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, dijo que el organismo no envejece, sino que sufre alteraciones que le provocan deficiencias en su funcionamiento.

La jefa del Departamento de Medicina y Ciencias de la Salud habló de «Bioquímica en el proceso de envejecimiento», y advirtió que el oxígeno y la glucosa son los elementos principales que causan el deterioro en el organismo.

«Así como nos dan la vida, el oxígeno y la glucosa están provocando cambios y transformaciones de las moléculas del cuerpo y ya no son moléculas normales; así, anormales, es como afectan el funcionamiento de las moléculas buenas y dejan de cumplir con sus funciones esenciales», expresó.

Con apoyo de material gráfico explicó a los asistentes cómo se dan los cambios bioquímicos en el organismo, provocando las alteraciones con la acumulación innecesaria de células normales, la muerte de éstas y la sustitución de las mismas por las células anormales.

Candia Plata precisó que las células se mueren y las moléculas son modificadas principalmente por la influencia genética, pero, actualmente, más por la triada fatal ambiental de ácidos grasos, oxidación y glucosa, que aporta el grave problema de la obesidad.

Recordó cómo es que tiempo atrás la población presentaba menor incidencia de sobrepeso y obesidad, precisamente por el estilo de vida, tanto en la alimentación como en la actividad física, mientras que ahora lo que se consume va propiciando la obesidad abdominal.

Esto, añadió, provoca elevados índices de triglicéridos, disminución del llamado colesterol «bueno», aumento de la presión arterial y altos niveles de azúcares, que son los que ’descomponen’ las células y realmente deterioran al cuerpo.

«En los años setentas, el nivel de actividad física de la población mexicana era abrumadoramente mayor a la actual y había relativamente menos enfermedades. Una de las enfermedades crónico degenerativas relacionada con el estilos de vida ha sido la diabetes, y su prevalencia era del 2% en la población, y ahora, en algunos estados, llega al 16% como consecuencia solamente de que no se hace actividad física», comentó.

Es por ello, añadió, que para conservar la salud, el estado óptimo del cuerpo, debemos pensar en mantenerlo en actividad física y sobre todo cuidar lo que comemos.