General

Colibricosas | ¡Ésele mi Tavo Arreola!

Por: Oscar «Colibrí» Maldonado 

 

PSSSTTTT… pos’ ahí tienen mis fieles e infieles lectores, ¡terrícolas todos! e hijos de la… Madre tierra, que acá este mentado Coly y mi cuatacho Tavo Arreola, vamos a salir con nuestro domingo siete.

Me refiero pues, a que en dicho día del próximo mes de abril se realizará el séptimo Festival Pic-Nic, que no es otra cosa que un dominical fiestón muy familiar en el Parque Francisco I. Madero, donde por cierto no falta la buena música.

Y hablar de buena música, ¡híjole! que agasajo saber que el cierre de shows musicales estará a cargo de los legendarios APSON, cuyo vocalista no es otro, que mi citado amigo Tavo Arreola, parido en Santa Rosalía, BCS, pero adoptado y adaptado en el vecino puerto de Guaymas.

La historia del buen Tavo —estupendo billarista y pelotero amateur en sus ratos libres— de cómo fue llamado y seleccionado a formar parte de Apson desde 1995, me la contó en días pasados al coincidir en la rueda de prensa donde se dio a conocer el programa «Pic-Nic 2019″… es una historia de película.

Les cuento pues.

Tavo Arreola, de toda la vida ha sido fan del grupo de Agua Prieta, que este año está cumpliendo la friolera de 60 años. Desde jovenazo formó parte de varios grupos, y así anduvo del tingo al tango musicalmente hablando, pero siempre su bandera musical fue… cantar rolas de los Apson.

Reencuentro muy afectuoso del mentado Coly y Tavo Arreola, vocalista de Los Apson. (Foto: Carlos PANDA Villalba)

Y aquí viene la historia real que Tavo me contó de viva voz, luego de intercambiar abrazos por el gusto de coincidir, de pura chiripa por allá en el restaurant «Está Cabral», que por cierto parcialmente quedó remodelado bien fregón.

«Mi Coly, hace 24 años, yo chambeaba en una maquiladora de Empalme a la vez que dirigía y cantaba con un grupo musical.

El mismo día me corrieron de ambas chambas, aclarando que en lo de vocalista me dijeron hasta la vista baby, por presiones de una persona solvente y dueña de los instrumentos y que me agarró «muina».

De regreso de Empalme a Guaymas agüitadón decidí irme a jugar billar… tú sabes, el billar relaja y me fui a retar al zurdo Pancho Pérez, de profesión técnico dental, quien es adicto a las carambolas.

Pero te cuento mi Coly, que para esto; tres meses antes, fui invitado de última hora a una tocada con el grupo La Familia de Chacho Munguía. El evento fue en un Hotel de San Carlos y no era raro, porque en muchas ocasiones así me invitaban de emergente.

En dicho evento, luego de varias rolas de diferentes géneros, me tocó el turno de cantar, y «of course» abrí mi actuación con, pos’ ya te la sabes, con una rola ¡de Los Apson!

Nunca me imaginé que entre la gente, en una mesa y con su familia, estaba José Luis «Lichy» García, saxofonista de Los Apson, quien al escucharme volteó al escenario y pidió silencio a sus acompañantes.

Cuando terminé la canción se me acercó y me preguntó si me sabía otras de Apson, y le dije que sí. Entonces, me pidió de favor que le diera chance de ir a su habitación por su cámara para tomar video. Y así canté varias de mi grupazo favorito, me felicitó, me preguntó mi nombre pero hasta ahí quedó todo”.

A veces lloro…

Y aquí viene lo increíble, cuenta Tavo, quien al preguntarle cuál fue la primera rola que cantó aquella tarde ante el «Lichy» allá en San Carlos y me dijo: la rola fue «A veces lloro»… Así lo recuerda:

“Tres meses después, ése mismo día que me corrieron de las chambas, y llegando a casa luego de jugar billar, mi señora me comentó que mi amigo y también músico, Tito Rodríguez, me había dejado un recado de un tal «Lichy» García.

Lichy, por suerte conocía a Tito, a quien le contó sobre mí, con la esperanza de que me contactara. ¡Caray! Lichy no sabía que ambos somos amigos desde plebes, par de vagos músicos soñadores, y cómplices en una y mil anécdotas.

En el escrito, Tito me aconsejaba que me reportará al teléfono que había dejado Lichy, ésa misma noche a las diez, o al día siguiente a las diez de la mañana. Opté por llamar al día siguiente, y ya en contacto con García, este me informa que me quieren hacer una audición para formar parte de Apson.

Incrédulo y emocionado, con poquitas horas de dormir por la adrenalina, tomé mi bajo y envuelto en una cobijita (no tenía ni estuche) viajé al día siguiente muy temprano a Agua Prieta, en donde allá me recibieron Lichy y Pancho Durazo, baterista original y hermano de Arturo (Q.E.P.D.) fundadores de Apson.

Luego de invitarme a comer, me dijeron que a las 4 de la tarde tendrían ensayo-audición en el mismísimo lugar donde ensayaban los originales, cuando de pronto Lichy, me pregunta:

—¡Oye Tavo!, ¿y ésa guitarra pa’ que la traes?

—Pues es mi bajo, pos’ pa’ tocar en el ensayo. —respondí—.

—No te queremos de bajista Tavo. ¡Sino de vocalista!

Ya sabrás mi Coly… me quedé como catatónico por buen rato, mientras Lichy y Pancho se iban riendo», recuerda emocionado este bato sencillo que siempre ha sido Tavo.

En la audición y tras apenas la segunda canción que Tavo cantó, se levantó Pancho Durazo de la batería, lo abrazó y le dijo: «¡Ya estás, te quedas con los Apson!”.

Tavo Arreola, debutó en Mexicali, con un sueldo de 500 dólares que le pagaron dos días antes de su debut, y de ello han pasado 24 años. (La anécdota de los 500 dólares por lo cual el Tito Rodríguez aún le da carrilla, se las cuento en mi próxima columna del viernes 5 de abril, en víspera de la presentación de ¡Los Apson! ¿Enten?).

POR Hoy es todo y como dijo el Ginecólogo ¡Parto sin dolor! ya saben que siempre digo la verdad ¡hasta cuando miento! pero ustedes; ¡DIGAN NO A LA TRISTEZA! y ¡JUILAS PA’ LAS COBACHA de EMPALME y GUAYMAS!