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Olor a Dinero | 2020 la calma, 2021 la tempestad

La gran interrogante es si el PRI y el PAN podrán retener algunas de las gubernaturas que gobiernan

Por Feliciano J. Espriella

El año próximo será un año atípico en materia electoral. Sólo en dos estados habrá elecciones: En Coahuila se elegirán las 25 diputaciones locales y en Hidalgo a 84 presidentes municipales. No estará en juego ninguna gubernatura.

Sin embargo, la paulatina homologación de los calendarios electorales federales y locales que se ha venido realizando, provocará que en el 2021 ocurra la madre de todas las batallas.

Una vez que tomen posesión de sus cargos los dos gobernadores electos el pasado mes de junio, el mapa electoral estará conformado por 12 gubernaturas encabezadas por el PRI, 10 por el PAN, 7 por Morena, 2 por Movimiento Ciudadano y el independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”.

Esta geografía electoral tiene evidentemente una composición equilibrada entre las tres principales fuerzas políticas del país, peeero… en dos años coincidirán las elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados con comicios locales en las 32 entidades federativas. Se elegirán 500 diputados federales y además 15  estados elegirán al titular del poder ejecutivo local: Baja California (si logran tumbar la Ley Bonilla), Baja California Sur, Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

La gran interrogante es si el PRI y el PAN podrán retener algunas de las gubernaturas que gobiernan ¿Cuántas de ellas perderán? ¿Cuántas les arrebatará Morena?

PRI y PAN igual o peor que cuando les llegó el tsunami del 18

A más de un año de distancia de la debacle del 1 de julio de 2018, los otrora partidos mayoritarios, Acción Nacional y Revolucionario Institucional, parecen no haber entendido que les arrimaron una paliza de pronóstico reservado.

No han hecho, no están haciendo y no se les ve intenciones de hacer algo para recuperar tan siquiera una mínima parte de lo que les arrebató Morena. Divididos y con pugnas internas que cada día los debilitan más, ya perdieron la tercera parte del tiempo que tenían para iniciar procesos que les permitieran volver a ser competitivos.

Si llegan así al primer domingo de 2021, lo más probable es que nuevamente los arrasen Morena y hasta partidos que hace un par de años eran comparsas de otro o simplemente no figuraban. Y de allí a la desaparición definitiva tal vez no haya más que un pequeño trecho.

El PRI envuelto en un proceso electoral en el que ni ellos mismos creen, pareciera apuntar a que ya definieron su futuro y se convertirán en un partido bisagra, comparsa de Morena. Está tan desangelado y al parecer tan definido el resultado de la elección, que los candidatos ni siquiera entusiasman a los propios priístas en los estados que visitan.

De Ivonne Ortega, la eterna candidata perdedora, quien lleva en su fórmula como segundo a nuestro coterráneo José Encarnación “Pepe Chon” Alfaro, se dice que su juego es ser “Patiño” de su contrincante Alejando “Alito” Moreno, y que al igual que en las otras contiendas en las que ganó perdiendo, una vez concluido el proceso electoral tendrá un buen premio de consolación

De cualquier manera, ni a una ni al otro, se les ven patas para caballo.

En cuanto al PAN, su apuesta es querer convencer a la población de que son ellos la verdadera oposición, con la evidente intención de alojar en sus filas a los que esperan se vayan decepcionando de López Obrador y su gobierno.

El problema será que una vez desilusionados de quien pensaban era su última esperanza, se animen a votar de nuevo, y si se animaran, todavía tendrían que lograr que voten por el PAN, lo cual no dobla sino multiplica exponencialmente el grado de dificultad.

En dos años pasan muchas cosas

Quedan dos años y todo puede pasar. Puede suceder que el partido gobernante incremente su popularidad y afiance su base electoral en el corto plazo como respuesta a su política de transferencias directas a los beneficiarios de los programas sociales.

Pero también puede suceder que el desgaste natural del ejercicio del poder disminuya la intención del voto para los candidatos de Morena. La moneda está en el aire, aunque para la oposición luce mucho más complicada, pues la agenda política la mueve y domina ampliamente el presidente.

La cuestión es: ¿Tendrán tiempo los actores políticos para renovar su oferta política y construir una narrativa electoral lo suficientemente convincente para 2021? Hay poco tiempo y los partidos de oposición no parecen tener prisa. El mapa geopolítico que ya se ha reconfigurado en ocasiones anteriores puede volver a cambiar drásticamente.

De hecho así será seguramente, pero no sabemos a quiénes beneficiará. Quienes tienen más que perder son el PRI y el PAN y todo apunta hacia ello. Creo que aún tienen tiempo. Pero muy poco.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.