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¿Cómo sería un paréntesis de paz entre tanta violencia?

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EL MÉXICO violento está viviendo uno de sus momentos más álgidos en esta tercera década del siglo XXI. La “4-T” está apunto de registrar 150 mil homicidios dolosos, una cifra que supera todas las demás de los sexenios anteriores.

Hoy, en este 14 de febrero, “Día del Amor y la Amistad”, el soñador ansiaría una oportunidad para la paz en medio de tanta violencia, con imágenes tan perturbadoras como la difundida en redes sociales, cuando un sacerdote es víctima de la bala asesina disparada por su propio hermano.

¿Cómo sería un día en que la violencia se detuviera, tan sólo en un breve paréntesis, para detener el demoníaco conteo de víctimas fatales en nuestro suelo? ¿Qué lo motivaría? ¿Alguna fecha especial? ¿El llamado de un líder o lideresa?

La historia registra un “detente” en medio de una batalla entre soldados jóvenes de dos naciones europeas durante la primera guerra mundial. Era la Noche Buena y uno de ellos empezó a entonar la melodía “Noche de paz, noche de amor”, seguido por el coro de ambos bandos.

Fueron unos cuantos minutos que ambas voces, de dos países en guerra, se unieron para invocar a la paz. Terminó de entonarse la canción y la batalla de reanudó. Algo tan sorprendente como increíble.

Pero hablando de nuestro país, de nuestra nación, ¿qué tendría qué suceder para que los criminales detuvieran sus acciones, aunque fuese por un solo día?

Por un lado, todos compartimos el hecho de que la maldad se genera por la miseria del ser humano y porque éste último se olvida de Dios. Lo desaparece de su corazón.

Es como la noche al sol. Éste último siempre está ahí, en el centro del universo, pero el movimiento de la tierra genera la oscuridad de la mitad del planeta.

También sabemos del rotundo fracaso de la demagogia “lópezobradorista”, quien puso en marcha su estrategia de “abrazos y no balazos” para tratar de recuperar la seguridad pública. Resultó peor, porque la delincuencia y el criminal, actúan con la plena seguridad de que no será castigado.

También la historia registra un “Día de San Valentín”, violentísimo, en el Chicago de los años veinte, con la presencia del bandolero Al Capone.

Por los sentimientos y valores que aún prevalecen en la inmensa mayoría de las y los mexicanos, el “Día de las Madres” y el “Día del Amor y la Amistad”, deberían ser considerados los 365 días del año y no envolverse en el sentido comercial de la fecha.

Pero bueno, la invitación a reflexionar sobre la oportunidad de darse un “detente” en la mente de los criminales, debía ponerse sobre la mesa.

Quizá el perdón no existe en miles y en millones que han sido golpeados por la vida.

Pero cuando menos, deberían de darse una oportunidad para no disponer de la vida de otros.

AYER SE llevó a cabo un “parlamento abierto” convocado por el Congreso del Estado, para recibir propuestas que enriquezcan la iniciativa del titular del Ejecutivo estatal en cuanto a la reforma de la Ley que rige los destinos de la Universidad de Sonora… Encabezados por los legisladores Jacobo Mendoza y Blanca Cota, el foro sólo reafirmó la firme oposición a imponer un marco jurídico que sea regresivo para la vida de la máxima casa de estudios… El “quítate tú para imponerme yo” y la mano directa del Gobierno del Estado a través del Congreso para designar a integrantes de un nuevo Consejo de Gobierno que sustituiría a la Junta Universitaria, convence al más ingenuo de los ingenuos, de que el poder político desde palacio de gobierno violentaría la autonomía universitaria, dígase lo que se diga… Por lo demás, resulto algo absurdo que este tipo de convocatorias oficiales, no contemplen el campus de la UniSon para recibir propuestas… Quizá alguien se haya tragado el cuento de que “ya se realizaron 33 foros al interior de la Alma Mater y las ideas están siendo tomadas en cuenta”… Pues la próxima semana, el día 21 de febrero, se subirá la iniciativa de esta “Ley Durazo” a comisiones en el Congreso, quizá con la consigna de votarla lo más rápido posible, consumando el propósito impositivo del poder público.