Por Gerardo Moreno Valenzuela

Sofía* es una adolescente sonorense de 15 años, a su corta edad ya tocó fondo con las drogas. En varias ocasiones puso en riesgo su integridad y su vida, al punto de llegar a prostituirse por una dosis más.

Comenzó provocándose pequeñas cortadas en el cuerpo a los 12 años. Después experimentó con el consumo de alcohol, tabaco, mariguana y otros tipos de drogas, quedándose con drogas de impacto como la mariguana y el LSD. Para los 15 años, en sólo tres años, cambió totalmente su conducta, llegó a prostituirse para poder drogarse y se le llegaron a contar más de 50 cortadas en su cuerpo.

Este testimonio lo expone Joaquín Oloño Félix, encargado del Centro de Tratamiento y Rehabilitación “Salida 14” IAP, y “Casa Mía, recuperación de adicciones”. Es uno de los casos más impactantes que le tocó atender y está plasmado en el informe “Producción, tráfico y consumo de drogas en Sonora” elaborador por el Comité Ciudadano de seguridad Pública.

Para este texto, se escogió el nombre de Sofía porque es el más común en México durante los últimos años*, y el riesgo que sufrió esta Sofía representa el mismo que enfrentan las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Sonora, con el creciente monstruo de la adicción y la amenaza latente que representa las drogas sintéticas que ahora se venden, sin que nadie les preste atención.

Epidemia mundial

Marco Paz Pellat, vocero del Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Sonora, precisó que lamentablemente el problema de las adiciones es que las drogas cambiaron, antes lo más común venía de la naturaleza, como la mariguana, cocaína o heroína; ahora son drogas sintéticas que se hacen con químicos en laboratorios clandestinos, como la metanfetamina, cristal y más recientemente el fentanilo.

“Eso ha hecho que cambie de una forma radical el tema de las drogas, porque estas drogas sintéticas son mucho más poderosas, más adictivas y generan mayores niveles de rentabilidad a los grupos delincuenciales”.

Marco Paz, vocero del Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Sonora.

Según datos de la Sedena, en México cayó exponencialmente la producción de drogas tradicionales, por ejemplo, la amapola se pasó de 23 mil 492 hectáreas sembradas en 2018 a 11 mil 162 en 2021, una reducción del 52%, y con datos parciales del 2022, apenas hubo 5 mil 146 hectáreas.

Mientras que han aumentado los laboratorios clandestinos detectados, con un total de 127 aseguramientos entre 2018 y 2022, aquí Sonora se ubica en séptimo lugar nacional con 4 laboratorios desarticulados.

Sin embargo, Marco Paz detalló que este tema no solo está ocurriendo en Sonora y México, sino que se trata de una epidemia mundial que no podemos ignorar.

Riesgo inminente

Marco Paz explicó que el principal problema de las drogas sintéticas es que son mucho más potentes y adictivas, solo bastan una, dos o tres dosis para engancharte, generar la adición y provocar un daño irreparable en el cuerpo.

Por ejemplo, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) señaló que el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína.

“Por eso, aunque la uses en pocas ocasiones y con pocas dosis, te haces prácticamente dependiente, y produce un fenómeno parecido a quedarte zombi, recientemente se dio cuenta en los medios de una famosa artista que andaba en un bulevar de Los Ángeles totalmente desnuda, ese es el tipo de consecuencia de estas drogas, prácticamente te quita toda la parte racional”.

El otro tipo de drogas sintéticas más común y de moda es la metanfetamina, como el cristal, lamentablemente es una droga que se consume mucho en Sonora y tiene consecuencias muy graves porque a la tercera o cuarta dosis ya provoca un daño irreversible al consumidor.

“Estas drogas están generando dos fenómenos: en primer lugar, la violencia en los hogares, porque en primer lugar saca de conciencia a quienes las consumen y los vuelven dependientes; y segunda, alienta las bandas criminales, porque como es un gran negocio, están generando un alineamiento entre los narcomenudistas y las bandas delincuenciales organizadas, llegando a los carteles nacionales e internacionales”.

Para darse una idea de lo rentables que resultan estas drogas, detalló que de acuerdo a datos de la propia Sedena, producir un kilo de mariguana tarda entre 5 y 6 meses, y sí llega a los Estados Unidos deja una utilidad de 110 dólares por kilo. Mientras que producir un kilo de pastillas de fentanilo, tarda 2 horas y deja una utilidad de 119 mil dólares, ya puesta en Estados Unidos.

Además, la metanfetamina tarda dos días en producirse y deja una ganancia de tres mil 150 dólares. Entonces estas dos drogas sintéticas son un negocio muy superior a las drogas tradicionales.

“Por eso hay un problema gravísimo en Estados Unidos, y las muertes se están incrementando de forma alarmante, de acuerdo a las propias autoridades de este país, en 2011 las muertes relacionadas con el consumo de fentanilo no llegaban a dos mil 600, y el año pasado (2022) llegaron a 107 mil, es decir, 400 veces más”.

El problema, dijo, no solo es el consumo de fentanilo y metanfetaminas, sino que se están combinando con alcohol y otras drogas, y provocando las sobredosis.

Incluso ya ocasionó un llamado de alerta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para hacer un esfuerzo internacional contra las adicciones, y es un tema recurrente en la agenda pública de los Estados Unidos.

Laboratorios

Hierba, pastillas y cristal: el pan de cada día en las detenciones policiacas

Las drogas sintéticas altamente dañinas, marihuana y medicamentos controlados, son parte de los aseguramientos que todos los días lleva a cabo la Policía Municipal de Hermosillo.

Tan solo en los primeros 20 días de marzo, 45 personas fueron puestas a disposición del Ministerio Público por poseer droga. Son en promedio personas de 30 años, sin embargo, en las estadísticas también figuran adolescentes, estudiantes y adultos mayores.

En una revisión a los Informes Policiales Homologados, Primera Plana constató que los aseguramientos de droga ocurren todos los días en la capital del estado.

Los primeros días de marzo resultaron los más intensos pues tan solo el 1 de dicho mes, la Policía Municipal aseguró a siete personas. Cinco llevaban metanfetamina, uno un narcótico sin identificar y otro llevaba mariguana, este último era un jovencito de 20 años.

El segundo día del mes también fue crítico, pues aseguraron a una estudiante con droga en una preparatoria ubicada en la colonia Las Quintas. Asimismo, cinco personas más cayeron tras las rejas por posesión de psicotrópicos.

Del 4 al 6 de marzo detuvieron a siete personas, todos mayores de edad y a la mayoría con sustancias similares al cristal.

El siete de marzo junto con los días 12 y 13 del mismo mes, fueron los días en los que no se reportaron detenciones relacionadas a las drogas.

El 9 de marzo se detuvo a cinco personas, entre ellas a un adolescente que llevaba una tira de pastillas antidepresivas, que se adquieren únicamente bajo receta médica.

Del 11 al 18 de marzo la corporación local de policía reportó 16 detenidos por sustancias prohibidas, la mayoría de entre 20 y 45 años, salvo una menor de 17 en un plantel escolar.

Fentanilo y la realidad en la frontera

En la zona fronteriza entre Sonora y Arizona, el convivir con el fentanilo es algo que se ha vuelto común, donde incluso ya se convirtió en el principal motivo de internamiento en uno de los centros de rehabilitación de la zona, con el 60% de los casos que llegan, muchos de ellos reincidentes.

En entrevista con un responsable de estos centros de internamiento, precisó que el fentanilo en la frontera está avanzando muy rápido, al punto que hay muchas personas que mueren de manera inmediata por sobredosis, pues no se sabe con certeza cuántos miligramos de esa sustancia tienen las pastillas o polvo, y muchas dosis son muy fuertes, causando la muerte instantánea.

Dijo que está pasando igual que la crisis del cristal que le pegó fuertemente a Sonora hace algunos años, esa también inició en la frontera y luego llegó al centro del estado y del país, ahora es el fentanilo y no se está haciendo nada para frenarlo.

No se conoce la magnitud del problema

Marco Paz Pellat, denunció que lamentablemente en Sonora no se conoce realmente la magnitud del problema del consumo de drogas sintéticas, las adicciones y consecuencias que están generando en la sociedad, porque no existen estadísticas certeras sobre este tema.

“Eso está sucediendo, probablemente, en nuestras calles; el problema es que no tenemos como en Estados Unidos estadísticas actualizadas, no sabemos cuántos jóvenes, niños, han caído en una adicción y si no sabemos cuál es el tamaño del problema, es muy difícil resolverlo”.

Paz Pellat, explicó que históricamente Sonora es un paso hacia los Estados Unidos, donde está el mercado más grande de drogas, pero al ser un negocio tan bueno para los criminales, muchas de ellas se están quedando en nuestro estado, envenenado a los sonorenses y generando problemas de adicción y violencia.

Por ejemplo, en Ciudad Obregón hay señales que el tema del narcomenudeo es muy grande ya, el consumo en esa zona ha aumentado y el mercado que se formó ahí es lo que está generando la defensa violenta de este territorio, de esas colonias, provocando la violencia y homicidios que ahora se viven.

Incluso, dijo, hay casos de narcomenudistas que le ponen colores a las cápsulas de cristal que venden, para asegurarse que la droga que se consume en su territorio es la que ellos producen y que no hay otra banda invadiéndolos.

“Entonces estamos retados, el tema es muy serio, poco hemos hablado de él, no tenemos un diagnóstico objetivo basado en evidencia, datos, y eso urge, y por supuesto que nuestra respuesta está siendo muy reducida para el tamaño del reto que enfrentamos”.

Urge acción

Desde el Comité Ciudadano de Seguridad Pública aseguraron que este tema requiere acción inmediata en 4 aspectos urgentes:

Primero, se necesita información confiable y lo más actualizada posible sobre las adiciones, para saber la magnitud del problema que enfrentamos.

Segundo, aunque hay esfuerzos de prevención reconocibles, la realidad es que son muy débiles e insuficientes; por eso se requiere un esfuerzo mucho mayor desde el Gobierno y la sociedad.

“Particularmente en nuestros hogares, los padres de familia tienen que estar enterados de estos riesgos y saber cómo responder, si cae alguno de sus hijos en este consumo, no hay información para los padres, tampoco hay información en las escuelas con los maestros, es urgente que la prevención también se convierta en un arma útil para detectar a tiempo el probable consumo”.

Tercero, se necesitan áreas de atención efectivas para quienes ya han caído en esa adicción, una forma real para sacarlos adelante, porque ahorita a simple vista no se tienen suficientes.

Cuarta, que este tema debe convertirse en una prioridad: “no es un tema marginal, es un tema fundamental, porque se va ver que ahí está naciendo la violencia y la inseguridad que estamos viviendo en el estado y en el país”.

Enfrentar el problema de las adicciones es enfrentar también una de las principales causas de violencia, por eso, parte de la estrategia de seguridad debe ser atender este tema, antes que nos rebase, como está sucediendo en Estados Unidos y para esto no bastan conferencias y actos públicos, se requiere acción.

“Creemos que esto ya no puede permanecer solamente en diagnósticos, tenemos que pasar a la acción, se tienen que comprometer esfuerzos, presupuestos e indicadores muy precisos, estamos en riesgo, se nos puede ir lo más valioso que tenemos para el futuro que es la salud de nuestros niños y jóvenes”.

Lamentablemente no es un tema que esté dentro de las prioridades del Estado, no aparece el tema en la agenda pública, y el problema avanza. En estos momentos una dosis de cristal cuesta entre 20 a 30 pesos en las calles, y genera un efecto de 12 horas, y ahora viene el fentanilo. Es un mercado en expansión y un gran negocio para los criminales, por eso es un tema serio.

“Tenemos problemas, pero los problemas nunca han sido más fuertes que todos nosotros juntos, entonces tenemos que ponernos a trabajar juntos, ser corresponsables, pero tenemos que hacerlo ya, porque el tiempo sí cuenta y en esta situación más, hoy es un riesgo, pero puede convertirse en una terrible realidad… no permitamos que eso suceda, no normalicemos la violencia y el consumo de drogas, y pongamos a chambear, estamos a tiempo de revertir esto”.