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Cristina Fernández de Kirchner: Las acusaciones por corrupción

Hablamos de miles y miles de millones de dólares y que todo apunta a que fueron robados durante los gobiernos peronistas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, así como de numerosos políticos de su administración

Por Dr. Jorge Ballesteros

Dos fiscales en Argentina pidieron esta semana penas de prisión de hasta 12 años e inhabilitación para ocupar cargos públicos para la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por corrupción en la obra pública durante su gobierno.

La exmandataria está acusada de administración fraudulenta y de haber encabezado una asociación ilícita junto con su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner, durante los gobiernos de ambos (2003-2015).

Esta presuntamente se dedicaba a direccionar la obra pública en la provincia patagónica de Santa Cruz, que Néstor Kirchner gobernó durante más de una década antes de llegar a la presidencia y donde aún mantiene su residencia la vicepresidenta.

No se puede decir que la corrupción en Argentina sea nueva, pero lo que se ha destapado en los últimos tiempos especialmente con el caso de “los cuadernos” va mucho más allá, estamos hablando de que la constatación de que en la Argentina ha existido un proceso sistemático liderado por el propio gobierno de la nación, con el objetivo de saquear, a gran escala, las arcas públicas del país.

Estamos hablando de miles y miles de millones de dólares y que todo apunta a que fueron robados durante los gobiernos peronistas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, así como de numerosos políticos de su administración, funcionarios, jueces y muchos de los más importantes empresarios del país.

La trama de los “cuadernos” empezó con la llegada a la presidencia de Argentina, de Néstor Kirchner, en mayo del 2003 y continuó bajo la presidencia de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner hasta el año 2015. Es decir, más de una década de saqueo sistemático, de las arcas públicas.

Cristina Fernández de Kirchner, viuda de Néstor Kirchner, sucedió a su esposo en la presidencia de Argentina y gobernó desde el 10 de diciembre de 2007 hasta el 9 de diciembre de 2015.

Es hija de Eduardo Fernández y de Ofelia Wilhelm, nació el 19 de febrero de 1953 en Ringuelet, Provincia de Buenos Aires, descendiente de judíos españoles por su padre, y de judíos alemanes por su madre. “Kirchner” el apellido de su esposo, es en realidad Kirzner otro apellido judío.

Durante su turbulento gobierno se vio envuelta en varios escándalos de corrupción. El juez federal Bonadio ha imputado a Cristina Fernández de Kirchner, en varias causas, y ha sido procesada judicialmente en otras dos: una que investiga operaciones del Banco Central realizadas bajo su gestión y otra por presunta asociación ilícita y administración fraudulenta en la concesión de obra pública.

El 17 de septiembre del 2018 dictan prisión preventiva a Cristina Fernández de Kirchner (pero no fue a la cárcel) un juez procesó a la expresidenta argentina, acusada de haber recibido millonarios sobornos de empresarios de obras públicas durante su gobierno, lo mismo habría sucedido durante el mandato de su difunto esposo, Néstor Kirchner; sin embargo, no fue detenida por ser senadora y tener fueros. Tienen actualmente 18 causas judiciales.

Tres días después de asumir el mando, un fiscal federal de los Estados Unidos, comprometió a la presidenta Fernández de Kirchner, en un sonado caso de contrabando de dinero, al sostener públicamente que el mismo estaba destinado a su campaña electoral y había sido enviado por el gobierno de Venezuela (La Gaceta, 22 de diciembre de 2007).

Cristina Kirchner se vio envuelta en tantos escándalos que hasta se le acusó de mentir sobre su título profesional de abogada. Se denunció que el título universitario de Cristina no existe pues “no se recibió y se quedó debiendo 22 materias”.

En los últimos 70 años, Argentina ha enfrentado hiperinflación, el colapso del Gobierno y el mayor incumplimiento de deuda soberana del mundo. Pasó un tercio de ese tiempo en recesión, un récord que casi merece su propio capítulo en los libros de texto sobre economía.

Y, sin embargo, incluso la asediada Bolsa de Buenos Aires nunca había experimentado nada como la caída del 48 por ciento (en términos de dólares) ocurrida el 12 de agosto, un día después de que la primaria pronosticara el regreso de la izquierda Kircheniana.

Néstor Kirchner, esposo de Cristina, fue presidente de la Nación Argentina desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007.

A nivel internacional, Kirchner formó parte de un grupo de mandatarios de izquierda, de varios países, junto con Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela).

Kirchner comenzó un acercamiento al populista venezolano Hugo Chávez a partir de una necesidad económica. Pero la relación llegó al punto tal de cambiar la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional, por deuda nueva con el impresentable e insufrible Dictador. Ahora, la Argentina paga intereses excesivamente más caros a Venezuela que los que abonaba ante el FMI.

El pelotazo de la obra pública

La obra pública era una de las partes centrales del entramado político de los Kirchner, primero en Santa Cruz y luego en toda la Argentina. ¿Cómo funcionaba el sistema? El presidente Kirchner por medio de su ministro de Planificación Federal e Inversión Pública, Julio de Vido, que lo fue durante toda la etapa de los Kirchner al frente del país, se reunía periódicamente con las principales empresas constructoras del país, que a su vez eran convocadas por el presidente de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner.

En estas reuniones se acordaba que empresa se llevaría cada licitación pública, es decir se repartían el pastel en los despachos. Luego ya… cuando estaba todo decidido se convocaba el concurso público… pero esto era algo simplemente cosmético… siempre resultaba ganadora la empresa que se había acordado previamente por esta especia de “cartel de la obra pública”.

Una vez otorgada la obra, las empresas cobraban la primera cuota del contrato, el pago adelantado para supuestamente poder empezar las obras… sin embargo este pago se entregaba íntegramente a los políticos. ¿Entonces dónde estaba el negocio? En el sobrecosto. Se calcula que en promedio de sobrecosto rondaba entre el 30 y el 40% de la factura total.

De esta manera, si una obra era concedida por 100 millones, se aprobaban ampliaciones en el presupuesto hasta un total de hasta 140 millones, pero eso no es todo, luego en  ocasiones el gobierno, además, aprobaba cambios y nuevas ampliaciones en el proyecto… hasta que la empresa que se había adjudicado la obra por 100 millones terminaba cobrando muchísimo más… 180, 200, 250, incluso 2,8 veces el presupuesto inicial, es decir, en este ejemplo 280 millones… y eso que muchas de estas obras ni siquiera se terminaban.

Por supuesto a cambio de estas tranzas, las empresas pagaban en sobornos a los políticos, según el caso entre el 10 y el 20% del importe facturado.  Llegando a este punto nos preguntamos ¿Cómo funciona la obra pública en México, con este gobierno de Morena? Sin duda, no muy diferente que en Argentina.

Todo este proceso narrado, funcionó a la perfección durante años, pero ahora ha quedado al descubierto, resulta que el chofer que trasportaba “al recaudador” del gobierno a buscar las coimas o sobornos, los maletines con el dinero, tenía la obsesión de anotar cada viaje, cada parada, cada edificio visitado, el nombre de las personas que iban a ver para la entrega de los maletines… incluso las conversaciones que escuchaba durante sus viajes. Todo prácticamente lo tenía anotado en 8 cuadernos.

No se sabe si lo hacía por impulso, por entretenerse, si formaba parte de una especie de sistema de control y de contabilidad o simplemente quería cubrirse las espaldas… pero en esos cuadernos estaban apuntados todos los detalles de esta trama mafiosa.

Y finalmente esos cuadernos… llegaron a manos de un periodista que al ver lo que contenían, decidió entregarlos a la justicia… y tras meses de investigación, a finales de julio de 2018, comenzaron las detenciones de altos funcionarios y empresarios vinculados con la trama.

Pero eso no es todo… ahora muchas de esas personas han decidido colaborar con la justicia a cambios de beneficios penitenciarios… como por ejemplo continuar en libertad y no en la cárcel mientras continúa el proceso, y uno de ellos ha sido precisamente, Carlos Wagner, el presidente de la Cámara de la Construcción.

Carlos Wagner era la persona que convocaba a las empresas y uno de los que más se benefició de todo este tinglado. Su relato confirmó todo lo que decían los cuadernos. Y el resto de los testimonios van en la misma línea.

Los Kirchner habrían recibido casi 3 millones de dólares diarios durante sus 12 años y medio de gobierno, es decir más de 12 mil millones de dólares, tan solo con las obras públicas. Además, sospechas de corrupción y casos pendientes hay muchos más.

12 mil millones de dólares para pagar a políticos, jueces, periodistas, líderes sociales… y por supuesto también para llenarse los bolsillos. Todo apunta que así es como los Kirchner se hicieron y consolidaron su poder sobre la Argentina.

¿Terminará Cristina de Kirchner en la cárcel? Solo el tiempo nos lo podrá decir. De momento está de nuevo en el ojo del huracán, dos fiscales piden 12 años de cárcel e inhabilitación de cargos públicos acusada por varios cargos de corrupción.

Sin duda seguirá el camino de otros ex mandatarios izquierdistas como Lula da Silva, y Dilma Rousseff de Brasil que estuvieron en la cárcel por corrupción, o de Rafael Correa de Ecuador que se refugió en Bélgica para evitar la cárcel. López Obrador, otro izquierdista, una vez que deje su puesto en la presidencia de México, posiblemente tendrá que enfrentar cargos por traición a la patria, corrupción y ligas con el narcotráfico.