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¡Cuidado, joven ebrio al volante!; sonorenses desafían el peligro al mezclar alcohol y volante

Por Imanol Caneyada/

Con las fiestas decembrinas la combinación alcohol y volante se convierte en un arma que mata o traumatiza; por estas fechas, uno de cada tres jóvenes se ve envuelto en un accidente vial relacionado con el alcohol

Hace ya algunos años que una de las principales causas de mortandad en el mundo son los accidentes viales. Alarmada por el alto índice de fallecimientos relacionados con ellos, la ONU, en 2010, dio a conocer el Plan Mundial para el Decenio de Acción para las Seguridad Vial 2011-2020.

Lo justificaba así:

“Cada año, cerca de 1,3 millones de personas fallecen a raíz de un accidente de tránsito —más de 3,000 defunciones diarias— y más de la mitad de ellas no viajaban en automóvil. Entre 20 millones y 50 millones de personas más sufren traumatismos no mortales provocados por accidentes de tránsito, y tales traumatismos constituyen una causa importante de discapacidad en todo el mundo. El 90% de las defunciones por accidentes de tránsito tienen lugar en los países de ingresos bajos y medianos, donde se halla menos de la mitad de los vehículos matriculados en todo el mundo. Entre las tres causas principales de defunciones de personas de 5 a 44 años figuran los traumatismos causados por el tránsito. Según las previsiones, si no se adoptan medidas inmediatas y eficaces, dichos traumatismos se convertirán en la quinta causa mundial de muerte, con unos 2,4 millones de fallecimientos anuales”.

México, como país miembro, se vio obligado a implementar programas y acciones, entre los que destaca el Programa Nacional de Alcoholimetría, un manual para la implementación de operativos relacionados con la conducción y el consumo de alcohol y sustancias prohibidas.

Y es que en la mayoría de los accidentes, la presencia del alcohol en el conductor (o de drogas) es factor determinante, además del uso del celular.

Si México ocupa el octavo lugar en el mundo en accidentes viales, según el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, Sonora está en el séptimo lugar dentro de la República.

A partir de 2012, en Sonora el asunto de la combinación alcohol y volante comenzó a tomarse un poco más en serio.

Para estas fiestas decembrinas, por ejemplo, el Instituto Hermosillense de la Juventud ha lanzado el programa Frénate, que incluye simulacros de accidentes en distintos puntos de la ciudad y en las escuelas; reparto de volantes en los principales cruceros y centros nocturnos con información sobre la conducción responsable, además de convenios con sitios de taxis con el fin de contar con mil unidades que trabajen en coordinación con el IHJ, ofreciendo precios accesibles, para lo cual se entregarán tarjetas en centros nocturnos y bares, con información de números telefónicos de las empresas que forman parte de los convenios.

Y es que según datos del mismo Instituto, en Hermosillo, 78% de la población de más de 15 años consume bebidas embriagantes, y uno de cada tres jóvenes se ve involucrado en estas fechas en accidentes viales.

Uno de los ciudadanos hermosillenses que más ha impulsado programas y acciones de prevención al respecto, y que más ha hecho por la concientización del mortal peligro de manejar bajo los efectos del alcohol y las drogas es Jorge Güereca, actualmente regidor del Ayuntamiento de Hermosillo y fundador de la Fundación Por Un Mejor Andar.

Falta cultura vial, faltan programas: Jorge Güereca

En el año 2007, Jorge Güereca quedó en silla de ruedas a causa de un accidente vial. Un conductor alcoholizado embistió contra el automóvil en que viajaba; a causa de ello perdió la movilidad en sus piernas.

Jorge Güereca Mada, regidor y también fundador de “Por Un Mejor Andar”.
Jorge Güereca Mada, regidor y también fundador de “Por Un Mejor Andar”.

Desde entonces, inició una empecinada lucha por crear conciencia entre la población de los peligros del alcohol y las drogas al volante; una población con una precaria cultural vial y con creencias terribles del tipo “es que tomado manejo mejor”.

Decidido a combatir este mal, emprendió un recorrido junto a su equipo por los 18 municipios de Sonora con mayor índice de accidentes viales.

Lo que encontró no fue nada alentador.

Nos dice Jorge en las oficinas de la Fundación que está demostrado científicamente que el consumo de alcohol y otras drogas merma la capacidad de reacción del conductor. El tiempo que pasa entre el momento en que el chofer detecta el peligro y procesa en su cerebro la situación para que éste ordene al cuerpo reaccionar, es mucho mayor que en estado normal.

En caso de un choque, una de las consecuencias de esto, nos ilustra, es que el conductor alcoholizado sufre menos heridas que las personas que no lo están, pues el primero ni siquiera alcanza a tensar el cuerpo como respuesta al peligro, mientras que los segundos sí, con lo que los traumatismos suelen ser más severos.

El principal problema que enfrentamos en Sonora es la falta de cultural vial y los escasos programas existentes para combatir esta carencia.

En otros países, señala el entrevistado, existen parques viales en los que los niños, desde muy pequeños, aprenden el significado de las señales de tránsito, y en general, se les fomenta una cultura vial con el objeto de prevenir accidentes.

Ni en México ni en Sonora existen este tipo de programas, denuncia Jorge Güereca.

Otro de los grandes problemas es la laxitud para la obtención de la licencia de manejar. Según el regidor y fundador de Por Un Mejor Andar, en la mayor parte de los municipios de Sonora, está generalizada la existencia de “coyotes”, intermediarios que a cambio de un dinero tramitan la licencia sin que haya de por medio un examen médico ni una prueba de manejo teórica y práctica.

Esto provoca que cientos de miles de sonorenses circulen por las carreteras y calles de la entidad sin el menor conocimiento de los reglamentos de tránsito ni del comportamiento que un conductor debe tener al manejar.

Durante mucho tiempo, nos señala el entrevistado, la falta de dureza en las leyes para castigar a los conductores alcoholizados o bajo los efectos de las drogas, y la corrupción policiaca hizo que en Sonora el peligro creciera de forma alarmante y no hubiera conciencia al respecto.

A partir de 2012, con las reformas a la Ley de Tránsito, el endurecimiento de las multas y la creación de los retenes de alcoholemia el problema ha disminuido, pero no es suficiente, insiste Güereca.

El deplorable estado de las carreteras y las calles y la falta de mantenimiento a las señales de tránsito son también factores que inciden en el alto número de accidentes viales.

Pero el principal problema que detectó la Fundación Por Un Mejor Andar en su recorrido por Sonora es la falta de lugares de esparcimiento para los jóvenes.

En nuestro estado, la mayoría de ellos tiene como única diversión consumir bebidas embriagantes y droga, casi siempre a bordo de un automóvil.

Una de las acciones que ha promovido en muchos municipios la Fundación es la creación de espacios para que los jóvenes se reúnan a tomar y divertirse. De esta forma están controlados y al terminar la fiesta, un cordón de filtros policiacos alrededor del lugar en cuestión se asegura de que sea un conductor asignado quien vaya al volante.

La principal falla de esta medida en los lugares en que se llevó a cabo, como el municipio de Guaymas, señala Güereca, es que las autoridades municipales lo ven como una medida recaudatoria y no preventiva, criminalizan a los jóvenes para engrosar las arcas municipales y, muchas veces, los bolsillos de los funcionarios.

Esto nos lleva al famoso tema de la transformación de los retenes existentes en los filtros preventivos en la actual administración.

En Hermosillo, uno de cada tres jóvenes que consumen bebidas embriagantes se ve involucrado en estas fechas en accidentes viales. El Ayuntamiento estableció los filtros anti alcohol como medida preventiva.
En Hermosillo, uno de cada tres jóvenes que consumen bebidas embriagantes se ve involucrado en estas fechas en accidentes viales. El Ayuntamiento estableció los filtros anti alcohol como medida preventiva.

Jorge Güereca fue el principal promotor de este cambio en el seno del Ayuntamiento y reconoce que el actual alcalde, Manuel Acosta, tuvo la sensibilidad de implementarlo.

Nos aclara el entrevistado que con estos filtros Hermosillo está aplicando las directrices del Programa Nacional de Alcholimetría, pues tienen un espíritu preventivo y no punitivo como los anteriores retenes.

La presencia de la sociedad civil y personal de Derechos Humanos en dichos filtros y las medidas que se toman con el conductor buscan evitar un posible accidente, no recaudar dinero vía multas o “mordida” como sucedía antes.

La gran tragedia de la “mordida”, además del acto de corrupción en sí, es que ese conductor alcoholizado, una vez pagada la mordida, continúa su viaje y unas cuadras más adelante puede provocar un accidente fatal, advierte Güereca.

Con esta modalidad nos aseguramos de que la persona regrese a su casa sana y salva y no sea un peligro para los demás.

Pero insiste en que esto es apenas una de las muchas medidas que deben tomarse. Falta, por ejemplo, tener una base de datos estatal de los conductores reincidentes en este tipo de delitos a la que se pueda acceder desde cualquier municipio, de manera que las multas y los castigos sean mayores en estos casos, incluido el retiro de la licencia.

La conclusión de la larga charla que mantenemos con Jorge Güereca es que cuanto más severas son las medidas de prevención y punición, la ciudadanía responde mejor, aunque no le guste.

La prueba es que entre el 2012 y el 2014, la implementación de los retenes logró disminuir en 73% los accidentes de tránsito provocados por conductores ebrios, según datos del Consejo Estatal de Prevención de Accidentes.