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DARDOS| Hermosillenses bajan la guardia; la “misma normalidad”

Por Rigo Gutiérrez E.

Se cumplen exactamente siete meses desde el primer caso de coronavirus en Sonora y parece que después de dejar atrás los “picos” de contagios, hoy los hermosillenses comienzan a salir más confiados a la calle, olvidando poco a poco el riesgo.

Ya todos reconocen que el cubrebocas es una herramienta útil para disminuir los contagios, sin embargo en estos días, cuando uno recorre las calles del centro o se adentra en las colonias, es común ver que la gente está dejando de usarlo.

Hace unos días platicábamos con tres empresarios sonorenses por separado, los tres reconocían que la gestión de la crisis de Covid en Sonora fue acertada en las primeras semanas con el llamado del ‘Quédate en Casa’, mismo que en cierta parte funcionó para evitar la movilidad masiva.

Como recordará, durante casi cuatro meses se le machacó a la gente que debía quedarse en casa, y el grueso de la población lo adoptó. Hasta aquí se había logrado penetrar en la conciencia colectiva. ¿Pero qué pasó después…?

Los siguientes mensajes de las autoridades sanitarias comenzaron a ser un tanto contradictorios y perdieron fuerza porque no se reforzaron con nuevos contenidos acorde a la necesidad. Se entiende que todo ha sido caos. Pero a la distancia se puede ver que solo faltó un giro en la narrativa para mantener la atención en las medidas efectivas, como el caso del cubrebocas en espacios públicos.

Si bien es cierto los casos han bajado, y el semáforo epidemiológico está en “amarillo” para Sonora, hay voces que ya alertan de una segunda ola de contagios. Quizá es tiempo de revisar qué funcionó y ajustar lo que no fue efectivo.

Y es que por ejemplo esta semana, un representante de la Organización Mundial de la Salud en Europa, declaró que los gobiernos deben dejar de usar el “confinamiento” frente al Covid. Extrañamente, meses atrás ellos mismos recomendaron el encierro.

Por eso, tal vez será preferible hacer un diagnóstico a nivel local para marcar una ruta clara y coherente, sin causar más daños, porque algo queda claro: la gente sabe colaborar, pero se desilusiona cuando las autoridades no ponen el ejemplo, ni se comprometen.

DARDO FINAL… Fuerte resonó el reclamo de la senadora Lilly Téllez durante la comparecencia del Dr. Hugo López Gatell en el Senado de la República. La sonorense no se anduvo entre las ramas y le presentó las cifras de la tragedia del Covid en México. López Obrador, desde su “mañanera” trató de compadecer al doctor consentido de Palacio Nacional, pero de nuevo Téllez reviró: “Decir la verdad no es maltrato. México tiene la tasa de letalidad más alta de los países con más COVID”… Lo que sea de cada quien, pero la senadora habla de frente y no le tiembla la voz para defender su postura. Otros, simplemente guardan silencio cómplice.