DE PRIMERA MANOPrincipales

De Primera Mano | … Esa fue una respuesta contundente del Estado

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

ERA EL SEXENIO del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), cuando empezaron a darse una serie de secuestros en la zona metropolitana de la ciudad de México. La gota que derramó el vaso fue el secuestro y asesinato de un infante. Aquel acontecimiento consternó al país y de inmediato se dieron las exigencias al gobierno para encontrar a los culpables y llevarlos a la justicia.

Ante ese escenario el Presidente De la Madrid instruyó a su procurador general de la República a dar con los secuestradores y asesinos.

A los días la orden presidencial se cumplió. Cuando el procurador informó al Presidente, éste le solicitó que personalmente constatara que fuesen los autores del secuestro y asesinato del niño. MMH no quería cometer errores.

El procurador regresó con la información solicitada, añadiendo que personalmente confirmó la responsabilidad de los detenidos, una pareja donde el señor confesó además que había laborado en la Policía Federal.

El Presidente dijo que “había qué tener cuidado si en el traslado de los criminales, estos intentaban huir, porque en ese caso podría la policía hacer uso de su arma de cargo”.

Y en efecto, después trascendió que los secuestradores y asesinos, habían muerto al intentar evadir a la justicia en el traslado a un penal.

Eran otros tiempos. Imposible pensar hoy en acciones como esa, pero la anécdota queda para la posteridad, en cuanto a las razones de Estado que prevalecieron para hacer justicia en años donde el Presidente de la República era omnipresente y superpoderoso y finalmente se llegó a la conclusión de que se había hecho justicia.

Nadie dijo nada. Nadie protestó. Más bien, los actores críticos del régimen de la época, asintieron.

En nuestros días, secuestran y asesinan de una manera atroz a una inocente de tan sólo siete años de edad en la ciudad de México y al ser cuestionado al respecto, el Presidente de la República responde que es enemigo de la violencia, que su gobierno está atacando las causas de la descomposición social y que su deseo es que todos seamos buenas personas para poder vivir en paz y con tranquilidad.

¿Y la obligación constitucional del Estado Mexicano de procurar justicia y aplicar el código penal para evitar la impunidad? Todo indica, se mandó al olvido.

El crimen, en este fin de la segunda década del siglo XXI, en México, trabaja en medio de un mar de impunidad y de los privilegios que le otorga el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, en su papel de predicador y por encima de su obligación constitucional de cumplir y hacer cumplir las leyes.

Finalmente, el incumplimiento de esa obligación primordial como gobierno, traerá como consecuencia mucho más muerte, odio y destrucción para definir la época como la peor en la historia moderna de nuestro país.

GILBERTO Lozano, el principal promotor del llamado Congreso Nacional Ciudadano, estuvo ayer en Hermosillo, tuvo contacto con medios de comunicación y presidió una concentración en la Plaza Bicentenario, en pleno centro cívico de la capital del Estado… Lozano se ha convertido en uno de los críticos más contundentes del régimen que encabeza el Presidente López Obrador… Asegura contar ya con dos millones de seguidores en sus plataformas digitales y establece la seguridad de que al final del día, los mexicanos tomaremos conciencia de los graves peligros que corremos ante un régimen populista y este país será distinto cuando los ciudadanos seamos verdaderamente los patrones de los funcionarios de gobierno.

PARÉNTESIS luctuoso para enviar nuestras condolencias a familiares y amistades de don Carlos Aparicio Rochín, que, nos informan, falleció esta semana… descanse en paz un hombre siempre ligado a la radio en Sonora.

TAMBIÉN, desde este espacio, un fuerte abrazo solidario para el bueno amigo, Carlos Silva Toledo, ante el fallecimiento de su señora esposa… Reciba nuestro pésame.