DE PRIMERA MANO

De Primera Mano | Frialdad e indiferencia sonorense, alrededor de EPN

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

ALGUIEN convenció al Presidente Enrique Peña Nieto a recorrer la república en una despedida sexenal que incluyera inauguración de grandes obras públicas.

Y desde hace un par de semanas, Sonora estaba contemplado en la agenda presidencial, pero se esperó un tiempo más porque alguien informó en Los Pinos, erróneamente, que se terminaría la reconstrucción de la carretera de cuatro carriles, un ofrecimiento personal del primer mandatario de la nación, en 2014.

Bueno, alrededor de la una de la tarde de hoy martes, el aún Presidente de México arribará a la caseta de cobro del libramiento de Ciudad Obregón, el que ya está totalmente terminado y hasta en uso.

Imposible siquiera, pensar en la inauguración de “la 4”, cuando falta aún mucho por hacer para declararla terminada.

Es una promesa incumplida de Enrique Peña Nieto para Sonora y los sonorenses y en donde sufrió un engaño de parte de Raúl Ruiz Esparza, el titular de Comunicaciones y Transportes, quien se atrevió a “anunciar” que esa obra sería terminada en septiembre pasado.

Por su lado, el Jefe del Centro de la SCT en Sonora, ingeniero Javier Hernández Armenta, asegura que dicha rúa está reconstruída en un 93 por ciento. Los números pueden decir un lenguaje completamente diferente a la realidad.

Han pasado tres años y aún no se concluyen del todo, los trabajos en el tramo Ciudad Obregón-Hermosillo. La parte correspondiente a 167 kilómetros entre la capital del Estado y Santana, no se reconstruirá con concreto hidráulico “porque los contratos de obra ya estaban definidos”, se justificó.

Han trabajado dos años y medio en la reconstrucción del tramo Santa Ana-Magdalena, y aún falta una parte importante de uno de los dos cuerpos con el nuevo material utilizado.

Finalmente, el tramo Imuris-Nogales, observa un avance importante tan sólo en uno de los dos cuerpos con concreto hidráulico, sin concluir, pero falta el otro cuerpo de levantarlo y reconstruirlo, lo que significa que se completará esa obra en, cuando menos, un par de años más.

Hernández Armenta asegura también que no existe el temor de que eliminen o disminuya el recurso para esta obra, porque no está sujeto ese fondo carretero a la aprobación en el Congreso de la Unión.

Sin embargo, habría qué recordar que Andrés Manuel López Obrador y sus “superdelegados”, tienen el propósito de controlar todo tipo de recursos federales para la obra pública y es entonces cuando surge la duda del trato que pudieran recibir Sonora y los sonorenses con el nuevo gobierno.

¿Qué prevalecerá, la voluntad por concluir las grandes obras ordenadas por Peña Nieto sin terminar, o las fobias políticas de quienes están llegando a Palacio Nacional, en aras del control total?

Eso lo veremos pronto. Mientras tanto, es inevitable subrayar el temor de que obras prioritarias para los sonorenses, se queden en el tintero.

Finalmente, la presencia del presidente de la república en Sonora, no motiva ni entusiasma a nadie del sector ciudadano. Más cuando todos hemos respirado la sensación de que Peña Nieto pudo haber influído de manera especial, para que López Obrador iniciara su gobierno desde antes de la fecha de su toma de posesión.

Por los motivos que hayan sido.

LA CRISIS por la “invasión” de centroamericanos en Tijuana, más temprano que tarde, le va a pegar a Sonora… Y es que muchos de ellos se quedarán finalmente a vivir en estas tierras y como los bajacalifornianos han sido particularmente fríos con los hondureños, salvadoreños y nicaragüenses, nadie duda que pudieran descender a San Luis Río Colorado, Caborca, Nogales y hasta Hermosillo… Es un problemón que ha decidido tomar en sus manos para mostrar su acción “humanitaria”, quien será el próximo Presidente de México… Aún en contra de los intereses, la paz y la tranquilidad de los mismos mexicanos.