De Primera Mano | La “nueva” UGRS

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
JUAN Ochoa Valenzuela, aguapretense y con una trayectoria de más de 35 años como ganadero, rendía protesta este sábado 23 de abril del 2022 como presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora.
Testigos, el gobernador Alfonso Durazo Montaño, directivos de organismos ganaderos en la república y, en la primera fila, los expresidentes de esta, la organización más representativa de los rancheros sonorenses.
Y fueron presentados uno a uno. Héctor Acedo, Benjamín Hurtado, Enrique Cubillas, Jorge Luis Molina, Luis Leocadio Aguayo.
También, alineados, Arturo Ortega, Sergio Torres, Luis Sierra, Alfonso Elías. Cumplía de manera formal y seria, Héctor Platt, quien dejaba la presidencia en medio del reconocimiento y los mejores deseos para con él y su familia.
Pero todos los expresidentes, tienen un denominador común: pertenecen a generaciones de ganaderos con un extraordinario arroga en la capital del Estado.
No es secreto alguno, que cada uno de ellos, en su momento, fue impulsado y apoyado mucho o poco por el Gobernador del estado en turno.
Ahora no es la excepción. En su mensaje al clausurar la asamblea, el gobernador Durazo se comprometió a apoyar a Juan Ochoa “para hacerlo –dijo- el mejor presidente que la Unión Ganadera haya tenido”.
El mandatario ofreció toda su ayuda para conformar una coordinación entre los ganaderos sonorenses, el Gobierno del Estado y la federación, para “recuperar el liderazgo que en el pasado tuvo nuestro Estado en el renglón de la ganadería”.
Luego entonces, no hay nada nuevo respecto a la voluntad del gobernador en turno ante la elección del nuevo presidente de la UGRS, salvo una excepción: Juan Ochoa no forma parte de esta familia ganadera con enorme arraigo en el centro del Estado.
Será, sin duda alguna, una gran oportunidad de marcar una diferencia y enviar al olvido versiones sobre los privilegios de la Unión, tan sólo para los “grandes ganaderos”, dejando de lado a los pequeños, que conforman la mayoría en Sonora.
Ya se verá.
VAMOS A ver cómo inicia la semana para el Presidente López Obrador, quien ha sido perseguido por la derrota en los últimos días… Primero, la célebre “consulta por la revocación de mandato” del domingo 10 de abril, se convirtió en una elección de Estado para “ratificarlo” en el cargo, pero contrario a su propósito de meter en la agenda pública expresiones tales como “ampliación del mandato” y mucho menos una “reelección”… Luego, el domingo 17 de este mismo mes fue derrotado en la Cámara de los Diputados, cuando fue rechazada por una mayoría su iniciativa de reforma eléctrica… A partir de entonces su mensaje de odio, seguido por sus corifeos, aumentó el volumen de forma impresionante, llegando a calificarse a quienes no piensan igual que el Presidente, como “traidores a la patria”, olvidando por un momento que su “4-T” forma parte del llamado Foro de Sao Paulo, con propósitos populistas y socialistoides… Asimismo, obliga a recordar que AMLO tiene como asesores a dos extremistas internacionales, Abraham Mendieta y Katu Arkonada, éste último ligado al grupo separatista español, ETA… Si a los dos argumentos anteriores le añadimos la violación de López Obrador a su juramento al rendir protesta como Presidente de México, ahí tenemos el perfil de lo que sería –y por mucho- considerado un traidor a la patria… Pero algo significativo que debió haber despertado la ira presidencial el fin de semana, es el hecho de que, por vez primera, en un acto donde estaba presente López Obrador, otra figura más se apoderó del micrófono… Y extranjero… Se trató de Ken Salazar, el embajador de Estados Unidos en nuestro país, quien por más de media hora habló en Veracruz de historia, condenó la invasión rusa en Ukrania y recordó que el destino nos ha unido como vecinos para toda la vida… Y estaban presentes inversionistas estadounidenses y canadienses, a quienes se terminó otorgando todo el apoyo para que inviertan “con toda la confianza posible”.
ESTARÁ usted de acuerdo conmigo en este punto: Las desapariciones de mujeres en nuestro país, con casos que han consternado de manera extraordinaria a toda la sociedad, son consecuencias de la impunidad que cabalga a todo lo largo y ancho del país… En otras palabras, a la ausencia de la autoridad, quien ni siquiera se atreve a enviar un mensaje a la delincuencia, de tomar cartas en el asunto… No sólo es una verdadera tristeza… es una enorme impotencia y frustración.