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Diálogo | #MXSinCorrupción: Un paso adelante y otro atrás

La corrupción y la impunidad sigue siendo el cáncer de México. Sabiendo esto ¿a dónde van esta clase de esfuerzos que la misma sociedad hace?

Por David Figueroa O.

Un paso para adelante y otro para atrás, así es la lucha contra la corrupción que refleja la segunda encuesta a socios Coparmex 2019 que reporta una disminución en la frecuencia de actos de corrupción en unas entidades, pero aumentó en otras; la pregunta es ¿qué se hace con estos datos?

Es un gran esfuerzo, no es cualquier cosa hacer un estudio de esta magnitud periódicamente; pero no tiene seguimiento por parte de los gobiernos sea cual sea el nivel, ni de instituciones nacidas precisamente con ese fin de vigilancia y transparencia.

Siempre el mayor esfuerzo viene de los ciudadanos y muchas veces para nada, por eso los datos tan interesantes que arrojan este tipo de investigaciones provocan un dejo de frustración. Nos enteramos cómo estamos, cómo vamos y hasta ahí, en un año conoceremos nuevos datos, esa es la única expectativa hacia adelante.

Por otra parte, según últimos datos de INEGI al respecto, al cierre de 2017 sólo 15 entidades habían incorporado el esquema de la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción en sus procesos (aunque de poco han servido, ejemplo Sonora); y otros 14 estados lo habían iniciado parcialmente.

Preocupante es que el tema de corrupción se concentra precisamente en la relación o contacto con entidades gubernamentales, sin dejar de lado por supuesto que también ocurre en otros espacios.

¡El mismo INEGI señaló que en 2017 la tasa de incidencia de corrupción (en delitos por cada 100 mil habitantes que tuvieron relación con servidores públicos), fue incluso mayor que la incidencia delictiva por robo en la calle o transporte público… más del doble! De más de 25 mil y 11 mil delitos respectivamente.

En este contexto los miembros del Consejo Empresarial dieron a conocer en días recientes los últimos resultados del indicador #MxSinCorrupción de la plataforma #DataCoparmex comparativo anual 2018-2019.

Este ejercicio en específico mide el porcentaje de empresas a nivel nacional que han sido víctimas de uno o más actos de corrupción en sus estados o municipios respecto a trámites públicos gubernamentales.

En lo general este porcentaje de empresas que han vivido actos de corrupción se redujo de 41.7% a 36.5% de un año a otro, pero con todo y ello 3 de cada 10 empresarios en el país siguen siendo víctimas de corrupción ante dependencias de gobierno.

Y es que hay esfuerzos, sin duda alguna; no todo es negro o blanco afortunadamente y hay ejemplos tangibles que por cierto llaman la atención.

Ahí está el caso Chihuahua que ha sido escándalo nacional por supuestos actos de corrupción cometidos en el sexenio del último de sus ex gobernadores, César Duarte Jáquez, quien incluso sigue prófugo de la justicia.

Pues resulta que de ser una de las entidades con los índices más altos en corrupción, en este último estudio resultó ser el estado menos corrupto de México según los empresarios que ahí invierten y producen bienes y servicios.

A Chihuahua le siguen Coahuila, Querétaro, Colima e Hidalgo como los 5 menos corruptos; del lado contrario de la tabla están después de Guerrero, Chiapas, Morelos, Ciudad de México y Estado de México.

Sonora se encuentra prácticamente a mitad de la tabla con un 35% de empresarios que dicen haber sido víctimas de corrupción en trámites de gobierno en el último año. No destaca entre las menos corruptas, ni entre las más corruptas; tampoco entre los que registraron mayores disminuciones en la corrupción, se podría decir que se mantiene.

El punto es que ahí está la información puntual, precisa, realista puesto que viene de los propios empresarios en todo el país, pero no pasa nada.

La corrupción y la impunidad sigue siendo el cáncer de México. Sabiendo esto ¿a dónde van esta clase de esfuerzos que la misma sociedad hace?

Los empresarios han estado muy activos especialmente los últimos 10 años sin quitar el dedo del renglón en el tema de corrupción con denuncias, manifestaciones, marchas, campañas sociales y advertencias hacia la clase política.

Eso es primordial que la sociedad participe, pero pocos la escuchan. Una impunidad generalizada campea de entidad en entidad mientras las cámaras legislativas se enfrascan en discusiones estériles o menos prioritarias.

¿Dónde están las Contralorías, los institutos de transparencia, las fiscalías anticorrupción, los diputados y diputadas? ¿Cuánto presupuesto eroga todos estos entes y con qué resultados? Aquí están los resultados: un paso para adelante y otro para atrás. ¡Lamentablemente!

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.