
La cocinera altruista que alimenta a niños de la Costa
Por Antonio López Moreno
Decenas de mujeres y hombres se alistan a diario desde las 18:00 horas para recibir a migrantes, personas en situación de calle, niños y trabajadores agrícolas que necesitan un plato de comida
Hace 61 años Rosalva Villa Duarte llegó a este mundo en un campo agrícola cercano a Hermosillo. El destino la llevó desde recién nacida al poblado Miguel Alemán, donde creció y descubrió su pasión por la cocina.
Hoy, como voluntaria en el “Comedor Guadalupano”, agradece la oportunidad de hacer lo que más le gusta, con la ventaja de que además puede ayudar a niños y adultos mayores en condiciones vulnerables.
“Antes trabajaba en puros restaurantes, duré casi 11 años en un restaurante aquí donde está la gasolinera, pero como vendieron, ya me empecé a buscar otros horizontes, pero siempre ha sido la comida lo mío”.
Durante más de 10 años desarrolló su talento para la cocina, siempre con un sazón peculiar; asegura que la mejor parte de la cena, es poder compartirla con alguien.
“Feliz porque el Señor nos pone los medios de cómo ayudar al prójimo, de una forma o de otra”.
En marco de las fechas decembrinas, doña Rosalva insiste en que la solidaridad debe ser un valor fundamental en la sociedad.
“Que volteen a ver a las personas, por ejemplo así los que a veces hacemos caso omiso, nos volteamos para otro lado y no nos fijamos en la necesidad de las personas”.
Al igual que Rosalva, decenas de mujeres y hombres se alistan a diario desde las 18:00 horas para recibir a migrantes, personas en situación de calle, niños y trabajadores agrícolas que necesitan un plato de comida.
El Albergue Guadalupano cumple 15 años de servicio en la costa de Hermosillo, por lo que su llamado es a donar o participar activamente en las labores sociales.