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El dolor más grande…. Perder un hijo

Por Feliciano J. Espriella

Siempre había pensado que el dolor más grande para un humano sería la pérdida de un hijo. El pasado 18 de octubre la vida se encargó de comprobármelo de la peor manera. Se me fue la niña de mis ojos, mi hija Carmen Leticia.

Carmen Leticia Espriella, hija de Feliciano Espriella.

Todavía estoy muy afectado para tratar el tema a fondo. Algún día lo haré y denunciaré todo lo que haya que denunciar. De una cosa estoy seguro, si en este país existiera un verdadero derecho a la salud, mi hija todavía estaría viva y muy probablemente en vías de recuperarse.

Agradezco por este conducto las condolencias y muestras de solidaridad de todos quienes me acompañaron personalmente o con mensajes y ofrendas. Omito mencionar nombres por el temor de dejar en el olvido a algunos.

Agradezco también los apoyos en la búsqueda de devolverle la salud en sus últimos días a mis amigos Octavio Almada, Leonardo Félix Escalante, los doctores Raymundo López Vucovich y Filiberto Pérez Duarte, así como a Guillermo Noriega y Jaime Ramírez Montes del IMSS.

De mi hija sólo diré que la amé con toda mi alma y me siento muy orgulloso de haber sido el padre de una criatura realmente excepcional.

No es verdad que el dolor se mitiga con el tiempo. Sólo se aprende a vivir con él.

El Buen Fin

Del 15 al 18 de octubre próximos se llevará a cabo la X edición del Buen Fin, en donde principalmente comercios e instituciones bancarias han realizado intensas campañas de promociones para activar la economía en estas fechas e incluso a los burócratas se les adelanta una parte de su aguinaldo.

En esta ocasión el sector industrial se unirá al programa que busca impulsar las ventas del sector comercio, servicios y turismo, para ofrecer a los consumidores mejores precios.

Como en las anteriores ediciones se espera una intensa participación de la banca, que en los últimos años ha sido prácticamente el sector que mejor ha capitalizado este evento. De hecho, durante ese evento se llegan a realizar muchas más transacciones que incluso en algunos fines de semana de diciembre que es tradicionalmente el mes en que se disparan las ventas con plásticos.

El programa que nació de la idea del ‘Viernes Negro’ de Estados Unidos previo a la época decembrina, ha venido paulatinamente decayendo en el ánimo de los consumidores. A diferencia del evento norteamericano en el que en verdad los participantes ofrecen fabulosas promociones, en el Buen Fin de México los mayores atractivos lo representan las opciones de compras con tarjetas de crédito a meses sin intereses. Las promociones con descuentos y rebajas son mínimas y de poca monta.

Como se comenta líneas atrás, el evento mexicano ha venido de más a menos, y a esa tendencia bajista habrá que agregarle que en el presente año, desde octubre, las ventas con tarjetas de crédito se han frenado prácticamente. El frenón ha sido tan fuerte y brusco, que no sería nada remoto que los planes de ventas a meses sin intereses que han venido sosteniendo el mediano éxito del evento en años pasados, en esta ocasión no tengan grandes éxitos.

De suceder, muy probablemente estaríamos ante el principio del fin de este evento que no ha logrado afianzarse entre el público consumidor del país.

Telcel, la más abyecta de las telefónicas

Hace unas semanas dejé de ser usuario de Telcel por motivos personales entre los que destaca el mal servicio. Me cambié a Movistar y me llevé el número que había venido utilizando desde hace varios años. La verdad es que encontré excelentes planes en esta otra compañía, mucho mejores en mi opinión de los que ofrece la telefónica de Carlos Slim.

Hasta ahí todo iba bien, peeero… acababa de salir del estacionamiento del edificio en el que se encuentra Movistar cuando recibí una llamada a que no saben de quién… Exactamente, era de Telcel para ofrecerme sus “maravillosos planes”.

Y así ha sido desde hace varias semanas, diariamente me hacen entre 15 y 20 llamadas para promocionar sus productos. El pasado lunes, a las 5:00 pm cuando escribía la presente entrega, había recibido 12 llamadas de Telcel. Lo hacen a todas horas y de lunes a domingo.

Es un verdadero abuso que ya no seguiré soportando. Recurriré a la Profeco, a la CEDH o a dónde haya que recurrirse, pero voy a pararlos y cuando ello suceda, voy a compartir con el público cómo lo logré. Estoy seguro que no soy el único que padece un acoso de esa naturaleza.

El colmo fue hace unas semanas, cuando tenía hospitalizada y muy grave una hija. Por la necesidad de tener comunicación con médicos y familiares, no podía apagar el celular y en varias ocasiones les pedí que por “piedad” dejaran de llamar. Dijeron que iban a sacar el número del sistema, pero fue falso y hasta la fecha me siguen atosigando.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.