En Hermosillo, no estamos preparados para lo peor…

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
CONOCEMOS en la capital de Sonora las llamadas “tormentas de verano”. Media hora, veinte minutos de intensa lluvia y nos deja la ciudad como una “Venecia sonorense”. Sin embargo, que esa lluvia esté acompañada de vientos de más de setenta y hasta de cien kilómetros por hora, es garantía de escenarios desastrosos en la ciudad.
Pero en esta ocasión, cuando vivimos la tercera década del siglo XXI, Hermosillo cuenta con una infraestructura citadina diferente a la de hace algunos años: Se están levantando diez torres de más de diez pisos en distintos puntos y la red de distribución de agua potable y drenaje está vencida. El colapso, los clásicos “socavones” son más comunes ahora.
Si a lo anterior le añadimos que Comisión Federal de Electricidad nunca pudo garantizar la energía suficiente para evitar los “apagones” ante una leve tormenta eléctrica y con vientos de tan sólo 30 kilómetros por hora, la ciudad se vuelve un sitio incómodo y complicado.
Ayer, a las tres de la tarde, se presentó, digamos, lo que puede calificarse como una “tromba” en Hermosillo. Informó Toño Juvera que en Altares, se superaron los cien kilómetros por hora en la velocidad del viento. Los boulevares estremecieron sus árboles con vientos de más de 70 kilómetros por hora.
Y, en efecto, llovió entre media hora y 45 minutos y transformó la ciudad en una laguna. Lo de siempre. Autos varados, árboles caídos y, en varios casos, con daños en automóviles y otros inmuebles. Se abrió un socavón de varios metros de longitud y profundidad en el paseo del Río Sonora. Se sabe, debajo corre exactamente eso: el río.
Pero se presentó algo distinto. Como en nuestros días de todo queda testimonio a través de los videos en las redes sociales, en esta ocasión “disfrutamos” del espectáculo, viendo volar sillas en edificio del Boulevard Kino y el “horror” de una grúa giratoria aérea que se está utilizando en la construcción de una torre, exactamente frente a la llamada “Torre Hermosillo”.
Todo hacía pensar que la “pluma” de esa grúa golpearía la estructura de los pisos superiores de la Torre Hermosillo, pero –y muy afortunadamente-, no sucedió así. Pareció que una mano invisible evitó, apenas por centímetros, que ocurriera un espectáculo que a esta hora estaríamos lamentando. Todo quedó en dos expresiones: ¡Ay we! y “Se les fue la onda, debe haber un freno a esa grúa”.
¿Estamos preparados en Hermosillo para soportar un fenómeno de intensa lluvia y vientos superiores a los cien kilómetros por hora?
No.
Debemos seguir agradeciendo a la Madre naturaleza que no excede sus límites con los hermosillenses.
Lo demás es conciencia de la gente, responsabilidad ciudadana y respuesta de autoridades y gobierno.
Pero lo de ayer, pudo haber sido mucho peor.
AYER POR LA mañana el Gobernador Alfonso Durazosignó un acuerdo con la Jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para que en Sonora exista el “software Marco” requerido (cuando menos 200 componentes) para digitalizar documentos y se permita agilizar mucho más la tramitología burocrática… Independientemente de la mutua ayuda entre ambos gobiernos locales, el mandatario sonorense envió el mensaje de que siempre la jugará políticamente, rumbo al 2024, con el Presidente López Obrador… Porque no se valen equivocaciones, por supuesto… Pero también hay “brazos” para abarcar a todas las “corcholatas”… Ayer también el huatabampense, comisionado de Conapesca, Octavio Almada Palafox, difundió una fotografía suya al lado del titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, a quien visitó en sus oficinas… ¡Nada como “ganarla” y moverse como pez en el agua!