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Ganado empieza a caer por contaminación de mina

Por Ernesto Méndez y Daniel Sánchez/

A 25 días del derrame en la mina Buenavista del Cobre comenzó a caer muerto el ganado en el pueblo de Bacanuchi, después de tomar agua y comer sacatillo contaminado por ácido sulfúrico.

El primer caso se registró el sábado a las tres de la tarde cuando una vaca, que apenas hace cuatro meses tuvo becerro, se echó y ya no quiso caminar, a pesar de la insistencia de su dueño, que la arreaba hacia el establo.

Ignacio Pesqueira Ramírez, de 77 años de edad dijo que nunca había visto morir así a un animal, que primero «comenzó a caminar como ciego, tambaleándose hacia los lados, para después desplomarse unos cuantos metros más adelante».

El hombre oriundo del Rancho Madero reveló que de inmediato se dio parte al comisariado ejidal, quien a su vez pidió autorización a la oficina de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en el municipio de Baviácora para extraer algunos órganos a la vaca y enviarlos al laboratorio.

«Por la mañana vino un carro para llevarse lo que le sacaron al pobre animal, que tenía muy grande el hígado», detalló.

Don Nacho explicó que después de la fuga de tóxicos que contaminaron el río Bacanuchi afluente del río Sonora, el ganado tomó agua de los charcos que quedaron en el lecho y lamieron sedimentos de color amarillo cobrizo que cubrieron la mayor parte de las laderas, donde hay bastante vegetación.

«La vaca murió de la contaminación, porque ahorita no es tiempo de que tengamos bajas, como ocurre en mayo por la sequía», precisó.

El ranchero reconoció su preocupación por la suerte que correrá el becerro que todavía tomaba leche de su madre ahora muerta y sus 30 vacas que siguen expuestas al ácido sulfúrico, que permanece adherido al suelo y que se puede observar con tan sólo mover un poco la tierra.

«Este color amarillo por donde pasa el río Bacanuchi no es normal, nunca lo habíamos visto y nadie nos dice cómo le vamos a hacer para recuperar nuestros ingresos, porque ahorita no podemos vender ganado ni la leche de la ordeña», indicó

Ignacio Pesqueira Ramírez agregó que cuando el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías visitó hace unos días el pueblo de Bacanuchi, prometió darles acceso a un pozo propiedad de un particular, pero hasta el momento siguen padeciendo por la falta de agua, que escasea incluso para las actividades más elementales.

Recordó que el mandatario estatal tiene un rancho en esta comunidad bautizado con el nombre de «Pozo Nuevo», donde precisamente acaban de abrir siete pozos para regar decenas de hectáreas de nogal, lo que provocó la disminución del suministro para el resto de la población.

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