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Héroes millennials: rescatistas sonorenses que ayudaron tras el 19-S

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

Durante una semana este grupo de rescatistas voluntarios de sol a sol recorría marginadas comunidades de Morelos desde donde se apreciaba imponente el Volcán Popocatépetl. Ahí los daños tras el terremoto del 19 de septiembre son incalculables.

Con la certeza de quien fue, vio y auxilió, los jóvenes afirman sin cortapisa: la catástrofe no solo fue en la ciudad de México. Esta brigada recorrió desde Jojutla, Hueyapan, Tetela, Tepalcingo y otros pueblos —difícil de pronunciar, según confiesan— donde la constante era familias que habían perdido todo.

“El más pobre fue el que resultó más dañado. Había casas sin techos, con una sola pared, otras sin  ninguna; muebles, artículos domésticos, todo con pérdidas totales. Gracias a Dios estaban vivos y pueden volver a trabajar”, recuerda Rainiero de la Vega, joven enfermero que aun viste bata blanca.

Media hora atrás, la unidad integrada por siete voluntarios, acababan de aterrizar procedentes del aeropuerto de la Ciudad de México. Aun aturdidos, con el cansancio en el rostro, pero el entusiasmo en la piel, los muchachos colocaron sus cascos sobre la mesa y platicaron esta experiencia.

Así las cosas, todo inició cuando Álvaro Michel Ortiz, escuchó sobre la necesidad de voluntarios para remover escombros y salvar vidas tras el sismo de 7.1 grados de Ritcher que sacudió al centro de la República.

El joven estudiante del plantel Conalep de Empalme, Sonora, no dudó en atender esa convocatoria y mensajeó a otro rescatista. No sabía cómo, pero tenía que ir; su vocación como bombero le imponía esa misión.

De un momento a otro Álvaro ya tenía a jóvenes dispuestos preguntando cuándo salían. Sin embargo había un problema: el transporte.

Fue así como el bombero decidió probar suerte y habló a la aerolínea Interjet. No sabía bien qué decir, solo tenía claro una cosa, debían ayudar y eran personas capacitadas para ese fin. Pasó lo impensable: dijeron que sí.

Al siguiente día consiguieron un carro, le echaron gasolina, y viajaron a Hermosillo para abordar el vuelo.

Edel Gutiérrez, Jeniffer Escobar, Álvaro Ortiz, Rainiero de la Vega, Ivana Lugo, Roberto García, y Brian Francisco Peralta, abordaron el avión ataviados con sus instrumentos y una maleta.

El lunes a primera hora estaban aterrizando en el centro del país, listos para ajustar sus cascos y trabajar. Durante un día apoyaron en Cdmx removiendo escombros, pero ahí les avisaron que en el estado de Morelos era donde se requería más ayuda.

Al siguiente día la unidad llegó a la Universidad Autónoma de Morelos, donde los alojaron y divididos en brigadas, junto con universitarios peinaron las poblaciones afectadas por el sismo llevando su auxilio.

Por las calles de los pueblos la escena era un tanto desoladora, como lo describe, y es que son poblaciones muy humildes donde las personas que ni tenían algo quedaron en peor situación.

Casas de adobe derruidas, familias enteras que vieron caer su único refugio. En estos sitios, comentan, se siente la pobreza.

Álvaro y Roberto, narraron cómo rescataron a una persona de la tercera edad entre escombros. Fue un llamado que recibieron en la base operativa. El terreno donde estaba vivienda estaba empinado.

“Era una zona de sumo peligro, estaba todo enlodado, al descender llegamos con la persona y empezamos a decir instrucciones, porque su casa era un 95% de probabilidad que se derrumbara. Lo desalojamos y llevamos al centro de salud”, platica Roberto quien tiene experiencia como bombero en Guaymas.

Pero además de labores de rescate, esta brigada auxilió principalmente en atención a quienes estaban pasando por crisis hipertensivas, diabetes alto, personas con heridas que todavía se aferraban a sacar pertenencias de casas derrumbadas.

Jeniffer Escobar pide a la comunidad seguir ayudando más allá del momento y es que señala “es un pueblo que necesita mucho de nosotros, no es algo de moda, esto les va costar en lo material, en lo psicológico, porque es un trauma, un duelo”.

La joven enfermera comenta que estos pobladores son gente muy linda y agradecida. “Fue una experiencia muy bonita, pero también triste, porque te das cuenta de la realidad de todos”, añade.

Un mensaje en su teléfono cambió la vida de estos jóvenes. No necesitaron más que determinación. De un día a otro su vocación de servicio escaló hasta lo más alto del altruismo. Así son los héroes.

Edel Gutiérrez Flores, Jeniffer Xiomara Escobar, Álvaro Michel Ortiz, Rainiero de la Vega, Ivana de Jesús Lugo, Roberto García Yépiz, Brian Francisco Peralta.